26 de septiembre de 2017

Científicos rosarinos descubren cómo enfrentar a las Superbacterias

Los resultados de la investigación que llevó 8 años fueron publicados en la revista científica internacional Nature Communications, en virtud de la relevancia internacional de la investigación.

Actualmente existen superbacterias capaces de soportar la acción simultánea de varios antibióticos. Estas cepas constituyen un serio problema para la salud de la población mundial ya que queda sin terapias efectivas para contener infecciones que fueron tratables hasta hoy.

Los resultados de la investigación que llevó 8 años fueron publicados en la revista científica internacional NatureCommunications, en virtud de la relevancia internacional de la investigación.

Las contribuciones centrales del trabajo co-dirigido por Alejandro Vila y Leticia Llarrull en el IBR, las realizaron María Natalia Lisa y Antonela Palacios, quienes comparten la primera autoría. En el trabajo participaron además Mariano González (IBR- Conicet-UNR) y Diego Moreno (IQUIR-Conicet-UNR), en colaboración con científicos de Estados Unidos y el Reino Unido.

La penicilina, descubierta en 1928 por Alexander Fleming, permitió salvar millones de vidas en la Segunda Guerra Mundial, cambiando el rumbo de la historia. Desde entonces se produjeron numerosos antibióticos similares a la penicilina, llamados antibióticos β-lactámicos. Estos compuestos, obtenidos a partir de fuentes naturales o mediante síntesis química, hicieron posible el tratamiento de infecciones bacterianas diversas, contribuyendo a que durante el siglo pasado se alargue notablemente la expectativa de vida de la población. Como contrapartida, su uso excesivo y/o indebido dio lugar a la selección de bacterias resistentes.

De hecho, comentan los investigadores, “actualmente existen superbacterias capaces de sobrevivir a la acción simultánea de varios antibióticos, las cuales alcanzaron una diseminación global”. Estas cepas constituyen un serio problema para la salud de la población mundial y nos enfrentan a una situación sin precedentes: es posible encontrarnos sin terapias efectivas para contener infecciones que han sido tratables hasta el día de hoy.

La posibilidad de diseñar nuevos fármacos requiere el conocimiento de las estrategias químicas de defensa bacteriana o la estructura de las moléculas involucradas. El equipo de trabajo descubrió que el mecanismo químico que usan las bacterias para bloquear los antibióticos es similar en distintas especies, lo que permite imaginar tratamientos quimioterapéuticos efectivos frente a un amplio espectro bacteriano.

Uno de los principales mecanismos bacterianos para sobrevivir a la acción de los antibióticos β-lactámicos es la producción de enzimas  capaces de degradarlos, llamadas β-lactamasas. Loscarbapenemes son una clase de antibióticos β-lactámicos que escapan a la acción de la mayoría de estas enzimas y por esto constituyen la última línea de defensa disponible frente a infecciones causadas por bacterias multirresistentes. Sin embargo, las bacterias evolucionaron y muchas son hoy capaces de sobrevivir a la acción de los carbapenemes.

Este trabajo abre puertas hacia nuevas líneas de investigación en el diseño racional de inhibidores que sean capaces de prolongar la utilidad de los antibióticos actualmente disponibles. Los resultados aparecen en un contexto de alerta, dado que 9 de cada 10 mil personas internadas en nuestro país, sufren infecciones por superbacterias, en tanto que en la Ciudad de Buenos Aires esa cifra se quintuplica, según informó el Servicio de Antimicrobianos de la Administración Nacional de Laboratorios e Institutos de Salud “Dr. Carlos G. Malbrán”.

Fuente: Conclusión