23 de octubre de 2017

Cinco rosarinos en la búsqueda del sonido del tango del siglo XXI

El grupo, premiado por Cultura Municipal y ganador del Mundial de Orquestas, busca "una nueva frontera por sobre lo escrito".

Hay un semillero de artistas nutrido y regado por el tango que desde hace tiempo crece en la ciudad. No tan invisibles como su nombre lo indica, los cinco jóvenes músicos que integran la agrupación tanguera vienen yirando por distintos escenarios y en el último tiempo han obtenido dos reconocimientos que los impulsaron a seguir. Guido Gavazza en bandoneón, Manuel Martínez en piano, Pablo Galimberti en violín, Julián Cicerchia en guitarra y Mauro Rodríguez en contrabajo conforman La Máquina Invisible, todos con menos de 25 años que mantienen viva la llama del tango local. Presentan su primer y premiado disco esta noche, a partir de las 21, en el teatro Príncipe de Asturias del Parque de España (Sarmiento y el río).

"Somos estudiantes de música que de a poco nos vamos metiendo en el mundo profesional y grabar el disco requirió mucho aprendizaje. Fue una tarea compleja tanto poner las notas en el papel como hacer los trámites de Sadaic y fue un trabajo muy exhaustivo también; exploramos un mundo ajeno porque fue el primer disco íntegramente producido por nosotros, de mucho consultar y preguntar a otros colegas, fue una experiencia muy enriquecedora y hoy en día estamos muy contentos del producto obtenido", contó Manuel Martínez, pianista del quinteto.El disco ganó el concurso del Programa de Coproducciones Discográficas 2017 de la Editorial Municipal de Rosario y contiene versiones originales de temas clásicos del género así como también composiciones propias. "El disco lo empezamos a grabar en junio y de once temas, diez son pasados por nuestra pluma creativa, hicimos arreglos originales y las composiciones son también nuestras, nos metimos en el género y nos ha enamorado mucho, te puedo asegurar que los cinco estamos en el estudio y nos prendemos fuego viendo las nuevas vanguardias del tango, queremos hacer eso y aunque no sea lo más redituable, nos quedamos con la alegría de hacer todo autogestionado y ahora contamos con el grato apoyo de la Editorial", explicó el joven músico rosarino.

La Máquina resultó ganadora también del Primer Concurso Internacional de Nuevos Ensambles de Tango (también llamado Primer Mundial de Orquestas de Tango), en febrero de este año, una convocatoria para ensambles con músicos de hasta 36 años y que involucren en su repertorio a un compositor vivo. "Lo bueno de ese concurso es la composición, cosa que no es menor, porque te diría que más de la mitad de las orquestas hoy tocan tangos del pasado, tocan la época dorada del género, pero no se dedican a la producción y composición. De sesenta grupos quedamos elegidos entre los cinco ganadores y es un honor porque en el jurado estaban los máximos referentes de la vanguardia que reconoce el esfuerzo de las nuevas creaciones del género", contó Manuel.

En este concurso también fue galardonada la Orquesta Utópica, cosa que habla muy bien del presente del tango en Rosario y, según el joven pianista, son muy amigos entre ambas formaciones ya que Martín Tessa participó y acompañó en varios de los eslabones de la cadena de producción del flamante disco de La Máquina Invisible.

Esta noche estarán presentes cantidad de músicos de la escena local, como una orquesta de cuerdas de cinco instrumentistas, un saxofonista, dos cantores, músicos de la Orquesta Utópica y de La Biaba. "Todos amigos jóvenes que están en la movida del tango hoy", agregó Manuel sobre los invitados al concierto.

Formada en 2013 y centrada en la obra de Piazzolla, La Máquina se consolidó y empezó a crear un perfil autoral y arreglístico en la búsqueda de composiciones nuevas, sin dejar de referenciarse en autores contemporáneos y acorde al cruce de estilos típico de esta generación de músicos. Sus cinco integrantes se conocieron en la Escuela Municipal de Música, compartiendo tanto el estudio como la pasión por hacer tango.

"Nuestro aporte al género son los sonidos personales de cada integrante. Pablo (Galimberti) tiene una manera particular de arreglar, Guido (Gavazza) tiene una manera de componer original, a cada uno el tango le toca una fibra distinta pero el factor común es una visión hacia adelante, para buscar lo que no ha sido explorado y hacer versiones no convencionales, una buena palabra para definir a La Máquina es la intensidad, es su sonido intenso y eléctrico, que busca una nueva frontera por sobre lo escrito", detalló Manuel sobre el quinteto.

Los chicos, de entre veinte y veinticuatro años, parecen tener bien claro el rumbo a seguir, de dónde vienen y el camino para consolidarse como músicos profesionales. "De nosotros casi ninguno creció escuchando tango, escuchamos mucho rock, jazz y funk, cosas que parecen no tener nada que ver con el tango, género que nos encontró recién cuando formamos La Máquina y fuimos investigando hasta meternos en un universo que nos motivó muchísimo y la vinculación del tango con otros géneros es nuestro sonido invisible", explicó el pianista.

Es que este primer disco habla mucho también de las influencias que tiene cada integrante del grupo, y en la búsqueda de nuevos públicos incluyeron una versión tanguera de una canción de Fito Páez. Para Manuel, componer para el género es una tarea muy desafiante hoy en día, desde La Máquina Invisible tratan de encontrar del sonido del tango del siglo XXI.

"La apuesta es hacer un tango que no existía antes, lo que hacemos no es la versión bailable, el tango nuevo no es fácil como tampoco lo es llenar un teatro tocando tango raro, aunque nuestros colegas dicen que lo que hacemos está bueno", dijo Manuel, y agregó que no está para nada fácil la situación económica hoy. "Todos los músicos estamos un poco cruzados por la realidad laboral y uno siempre está alternando entre las posibilidades de concreción de un proyecto con las necesidades propias. Le pusimos mucha pila y la hemos remado de hace varios años, nos debatimos entre el tiempo de producción, el de formación, el tiempo de estudio y de trabajo. Fijate que ahora me voy a rendir para la facultad de música!", contó Manuel.

Además, recordó al cerrado bar Olimpo, que según el joven pianista era un polo de la movida tanguera y donde todos los músicos siempre fueron tratados muy bien. "La desaparición del Olimpo es angustiosa, es complicado conseguir fecha y que no sea en una milonga, no hacemos música tanto para bailar sino para escuchar, y salimos perdiendo con ese cierre, le damos las gracias al Centro Cultural Parque de España por esta oportunidad, y esperamos que se revierta la situación, porque no hay tantos lugares para mostrar", concluyó Manuel.

Fuente: La Capital