Los chihiros son pequeñas esculturas hechas a mano por el artista que se dieron a conocer entre los años 2010 y 2015.
En realidad, el primer chihiro es de 208 y forma parte de esta exposición en la que los delirantes y amistosos personajes se multiplican por cientos e invaden el Pasaje Pan amenazando con alegrar a toda la ciudad.
El propio Maguna dice sobre la exposición que cerrará el viernes:
“La muestra es mínima porque se trata de una escultura mínima (aunque estén en grupo), que resultó ser la expresión máxima de un concepto que laburé un tiempo bajo el nombre de «microdecó».
Durante cinco años (2010 a 2015) expuse y vendí cientos de chihiros en la Feria del Bulevar (Oroño y el río), donde tuve un puesto fijo ganado por concurso.
Muchos, pero muchos rosarinos, cuando ven un chihiro dicen algo como «a éste ya lo vi en algún lado». De hecho, desde que comencé a preparar la muestra, hace un par de meses, se asoman en mi foto de portada.
Los chihiros miden entre 15 y 20 centímetros de alto (excepto 6 que hay en la muestra, que son gigantes y miméticos), y pesan alrededor de 50 gramos. Desde que los hago y vendo es común que deba responder dos preguntas: de qué están hechos, y para qué sirven. Más un pregunta que me hago y todavía no alcanzo a responderme: qué expresan.
Están hechos de terracota sintética y aluminio, pintados con base y colores acrílicos, y laca al agua.
Sirven para alegrar, por medio de colores y actitud, rincones oscuros de estantes, escritorios, mesas. Pequeños espacios, de hábitats pequeños, que se consideran indecorables.
En cuanto a lo que expresan, sólo hay que interpretar lo que dicen mirándolos a los ojos, porque los chihiros se defienden solos. Nada se puede decir de ellos que ellos no digan”.
Fuente: Rosario3.com