27 de noviembre de 2017

Grupo de rosarinos que cumple 50 años de egresados eligió Paraná para celebrar

Se recibieron en 1967 y desde entonces se juntan cada año. Llegaron a la capital entrerriana para festejar una amistad que perdura en el tiempo.

Llegaron ayer a Paraná, la ciudad que eligieron para celebrar que hace 50 años terminaron la Secundaria en una escuela técnica de Rosario, que por entonces era la Industrial N° 2 General Manuel Belgrano; algunos con el título de técnico mecánico y otros con el de técnico automotor. Egresaron en 1967 y el viaje de fin de curso fue en Alta Gracia, provincia de Córdoba, donde se unieron más que nunca. Los acompañó un profesor con el que también crearon lazos fraternos y se sumó al grupo, que desde hace cinco largas décadas logra reunirse al menos una vez al año.

Hoy la mayoría son abuelos y rondan los 70 años. El docente ya falleció, al igual que dos de los del grupo Ovetem67, el nombre que le pusieron a la cofradía que conformaron y que significa "organización de viaje de estudios técnicos mecánicos 1967".
 
Ricardo Bottallo, uno de los exalumnos que con entusiasmo arribaron a la capital entrerriana, contó a UNO: "De los 24 que quedamos, vinimos 19. Casi todos vivimos en Rosario, excepto uno que reside en Capilla del Monte, Córdoba, que también vino. Habíamos estado en este mismo hotel, cerca del Túnel, hace 10 años, cuando cumplimos 40 años de egresados. Nos gustó tanto que cuando nos planteamos qué hacer en este aniversario, decidimos volver".
A su vez, comentó que entre las opciones barajaban la posibilidad de hacer una gran fiesta, incluyendo a todos sus familiares, pero luego resolvieron que querían compartir entre ellos esa amistad tan fuerte que los une. "Nos juntamos hace 50 años y la familia de cada uno ya se rindió. Incluso nos dicen que nos tomemos más días", contó entre risas.
Durante los primeros encuentros abundaron las anécdotas de lo que vivieron durante seis años compartiendo las aulas. Pero con el correr del tiempo fueron dando paso a otros temas de conversación: la mayoría conformó una familia, tuvo hijos, luego llegaron los nietos, cambiaron de trabajo, se recibieron de otra cosa, progresaron, cumplieron ciclos. "Después de 50 años algunos ya ni nos acordamos de lo que hicimos en la escuela. Eso fue al principio. Uno va cambiando y ahora hablamos de la familia, de otras cosas. Y ahora también hablamos de enfermedades", refirió con humor.
A las reuniones anuales en su ciudad las hacen en alguna casa, un restaurante, algún quincho; y si deciden viajar para juntarse alquilan una cabaña o van a un hotel. Pero no solo se han reunido a charlar y a compartir una comida: "Hemos hecho numerosas obras de teatro y sketch para nosotros mismos, e incluso hemos filmado dos películas imaginando cómo iban a ser los 50 y los 60 años desde que egresamos. En algunas actuaron las madres, que ya no están. Son para verlas entre nosotros y con nuestras familias. Si se las mostramos a otros no van a entender nada", expresó, a la vez que recordó que en estas humoradas que fueron naciendo en las reuniones, una vez algunos de ellos compraron un coche mateo –un coche de plaza– con caballo incluido. Un par se vistió de novio y otro par de novia y así llegaron divertidísimos al comedor que habían reservado para juntarse. En otra ocasión transformaron un auto para que parezca una ambulancia y arribaron emulando llevar un herido.
"Son muchas vivencias compartidas", aseguró Ricardo, y recordó: "Cuando cumplimos 30 años de egresados decidimos repetir el viaje a Alta Gracia, y también fue el mismo profesor con nosotros. Quisimos alojarnos en el mismo hotel, pero nos encontramos con que ya no existía", dijo con gracia, y agregó: "Fuimos un fin de semana y tratamos de hacer las mismas cosas y las mismas pavadas que hacía tres décadas atrás".
En 50 años lograron mantener viva la llama de la amistad, sin perder el entusiasmo inicial de las primeras juntadas, en las que las invitaciones se hacían casa por casa, lejos de la comodidad y la inmediatez actual del WhatsApp. Fue el profesor que los marcó el que les había advertido que la vida iba a llevarlos por caminos distintos, pero les aclaró: "Si pueden aceptar a las personas que van a ser con el correr del tiempo, se van a poder unir. Y lo hicimos. Somos un grupo muy heterogéneo, pero muy unido. Tenemos programado estar juntos y ahora incluso muchos nos reunimos una vez por mes. Somos como una especie de cofradía, un grupo de gente que se quiere mucho", concluyó, visiblemente emocionado y feliz por este especial encuentro.
 
Testimonio de unión fraterna
Son 24 los que quedan de aquel curso que terminó la Secundaria en el 67: Juan Alhcolado, Ricardo Bottallo, Ciro Bozzetti, Enrique Díaz, Miguel Enrico, Norberto Gasparich, Carlos Giménez, Pedro Gómez, Carlos Hayek, Aldo Incide, Victorio Macagno, Carlos Mari, Daniel Mas, Ricardo Mut, Silvio Pedemonte, Felipe Peppe, Enrique Prieto, Mario Saigo, Jorge Strozza, Ángel Suárez, Rubén Vera, Jorge Verduna, Roberto Vigliercho y Juan José Vita.
Entre todos hicieron un discurso para compartir en el acto de este año con los chicos que egresan ahora de la escuela a la que asistieron ellos hace más de cinco décadas: "Traten de mantener la amistad que lograron en estos años. A nosotros nos sirvió. Hoy, después de 50 años, estamos juntos, y no solo para las cosas buenas, sino cuando nos bajoneamos o las cosas no salen bien", expresaron en uno de sus fragmentos.