El cierre alcista también se replicó en el Mercado a Término de Buenos Aires, donde los contratos mayo y julio de la soja sumaron US$2,20, al terminar la jornada con ajustes de 308 y 314 dólares.
En la Bolsa de Chicago, y tras caer hasta US$16 por tonelada durante la rueda nocturna, las posiciones mayo y julio de la soja cerraron con quitas de US$8,36 y con ajustes de 373,04 y 377,18 dólares.
El divorcio entre los precios domésticos y los externos fue interpretado por los operadores locales como una primera muestra de lo que implica la represalia de China hacia Estados Unidos, en el sentido de que toda la soja no estadounidense hoy cuenta con un escenario más promisorio. "El panorama aún es muy incierto, pero de aplicarse efectivamente el arancel chino a la soja estadounidense se podría dar en el mercado argentino un aumento de las ventas externas de poroto de soja, lo que afectaría el segmento de mercado ocupado actualmente por las fábricas procesadoras", advirtió Delfín Morgan, de la firma Morgan. García Mansilla y Cía..
En el mismo sentido, Adrián Seltzer, de la corredora Granar, dijo que el mayor perjuicio del nuevo escenario lo tendrá la industria. "Inicialmente podríamos decir como hecho virtuoso que esta coyuntura habilitaría mayores exportaciones de poroto. Pero en el marco de una campaña con oferta reducida por la sequía, cada tonelada que se vaya en un vapor será una tonelada menos para moler en el nivel local, y eso no es una buena noticia", advirtió.
En ese marco, y si la amenaza china se concreta, ambos especialistas coincidieron al advertir que la demanda China sobre Paraguay y sobre Brasil reduciría la chance de la molienda argentina de importar un volumen importante de soja de los países vecinos, "lo que acentuaría el déficit de las fábricas locales".