17 de abril de 2018

Quiero llevar a Rosario a lo más alto

El piloto local Leonel Morelli viaja hoy a Miami para representar al país en una exigente prueba de motos de agua.

Algunos nacen para divertirse con una pelota en el potrero. Otros para ensuciarse las zapatillas con polvo de ladrillo. También están los que disfrutan de tirar al aro. Y están los que aman el agua y todo lo que tenga que ver con eso. Leonel Morelli es uno de ellos. A los 38 años, el rosarino se destaca como uno de los máximos exponentes de la motonáutica nacional. Y trascendió fronteras. Fue campeón sudamericano y quinto del mundo en la categoría GP, la "Fórmula 1 acuática".

   Leo tendrá otra prueba exigente en su camino. Aunque soñada, claro. El sábado y domingo correrá la 1ª fecha del campeonato de motos de agua, denominado AquaCrossX. El evento tendrá lugar en el Miami Marine Stadium, un emblemático espacio que será reinaugurado tras 26 años, luego de que el huracán Andrew lo dejara en ruinas en 1992.

   El camino previo no fue fácil porque no recibió apoyo de nadie. Todos los gastos irán por su cuenta. La ilusión de hacer un buen papel no se la quita nadie y así lo dejó claro en una entrevista con Ovación: "Esta es mi pasión y quiero llevar a Rosario a lo más alto", dijo Morelli, quien hoy viaja a Miami.

Vas a participar de la primera fecha del campeonato de AquaCrossX, que también va a servir para reinaugurar el emblemático Marine Stadium (fue destruido en 1992 por el huracán Andrew). ¿Con qué expectativas vas a Miami?

La idea es terminar las tres carreras. Esto es un 50% de la moto y un 50% de mí, por eso se llama enduro, que tiene que ver con la resistencia. Son treinta minutos por carrera: dos el sábado y una el domingo. Acá lo que se juega es la resistencia, ver hasta dónde llega el piloto. Las motos son "de caja" y no se puede modificar nada en cuanto a lo mecánico. Sólo podemos cambiarle cosas que mejoren la comodidad, por ejemplo el asiento o los puños. Pero nada más. Corremos con 320 o 330 HP (caballos de fuerza) y el objetivo es saber quién se la aguanta más, física y psicológicamente.

Sos el primer rosarino en la historia que tendrá la oportunidad de codearse con los mejores del mundo, ¿cómo fue que recibiste la invitación?

Sí, voy a ser el primero. Fue por invitación, que no es poca cosa. Me llegó una carta en la que me invitaban cordialmente a participar, sólo tenía que mandarles algunos papeles que certifiquen mi experiencia. A los dos días ya estaba adentro. Más allá de que la invitación fue muy linda, si uno no está en condiciones de correr, vas a ir a pasar vergüenza. Por eso me estoy preparando tanto. Esta es mi pasión y quiero llevar a Rosario a lo más alto.

¿Cómo te bancás la carrera? ¿Representás a algún club?

En este momento no estoy representando a ningún club. Como fue todo muy de golpe, no hablé con nadie. A veces me ayudó la provincia, la Municipalidad o la Lotería de Santa Fe. Ahora nadie me está dando una mano. Los gastos del viaje y el hospedaje los voy a cubrir yo. La organización se encarga nomás de los costos de la inscripción y la comida. Si me va bien, a lo mejor alguien se acerca a dar una mano. Así no voy a poder correr la segunda fecha.

El AquaCrossX es una

de las competencias que más creció en los últimos años,

¿a qué se debe?

Es una cuestión de marketing. Los organizadores fueron muy vivos. El primer AquaCross de 2013 no tuvo éxito. En 2014 pasó lo mismo. Recién en el 2015 se dieron cuenta de que tenían que hacer algún cambio. ¿Qué hicieron? Buscaron a los mejores pilotos del mundo. Muchos de ellos estaban compitiendo en GP, como en mi caso. Eso le dio fama al AquaCrossX, sumado a que hicieron un buen gasto en la televisación.

Lo interesante es que, en esta categoría, las motos de agua son estándar y salen a competir como vienen de fábrica. En estos casos, la diferencia la hace el piloto...

Sí. Creo que un 80% tiene que ver con la cabeza y el 20% restante pasa por la máquina. Como la moto viene de fábrica, no se rompe. Por eso lo mental hace la diferencia. Es la primera vez que voy a correr en enduro fuera del país. Son pocas boyas, cinco o seis, y tenés que girar por el mismo recorrido por 30 minutos. En la que habitualmente corro yo, que es GP, son 40 boyas y te las tenés que saber de memoria. Por decirlo de alguna manera, enduro es un óvalo y GP un circuito.

¿Cuál vendría a ser la

Fórmula 1 de la motonáutica?

La GP, que es en la que yo salí 5º del mundo. Es la categoría más grande de la motonáutica. Cuando probé la moto por primera vez, fue increíble, no la podía llevar y se me iba de las manos. Es un circuito con curvas y contracurvas y tenés que sortear las boyas. Corren los mejores del mundo, gente con mucha plata. En esta categoría tiene mucho que ver la máquina que tenés.

Fuiste campeón sudamericano y sos referente a nivel nacional, ¿qué objetivos te planteaste para este 2018?

Primero me gustaría terminar entre los diez primeros en la carrera del fin de semana. También quiero hacer un buen papel en el Mundial de Arizona, en octubre. Por último, quiero volver a ganar el Sudamericano, que se va a hacer a fin de año. En 2016 lo gané de punta a punta, en 2017 se me rompió una manguera y este año quiero ganarlo como sea.

¿Cómo está la motonáutica nacional? ¿Hay

buenos exponentes?

Argentina está muy bien, es lo mejor de Sudamérica. Detrás aparece Brasil. La diferencia es que los argentinos son más arriesgados y siempre buscan más velocidad. Los brasileños son más tranquilos. Nos subimos a lo que nos den. Si me das un avión a chorro, también te lo piloteo (risas)...

Es imposible no traer a cuento a Daniel Scioli y todo lo que logró en la disciplina.

Muchos recuerdan el accidente que tuvo y que casi le costó la vida. ¿Es muy riesgosa la motonáutica?

Tiene mucho más riesgo que cualquier otro deporte. Más aún en las categorías que corro yo. Scioli corría con una lancha, una especie de pequeño catamarán. Iba en una cabina. En la moto de agua nada te protege. No tenés frenos. Si no calculás bien la distancia con el rival, podés terminar muy mal. Hubo varias muertes por accidentes de este tipo. En 2004 hubo un cambio para tener más seguridad. En una carrera con 18 pilotos, antes iban todos juntos y ahora se dividen nueve y nueve cuando hay que girar en una boya. Después vuelven a compartir la recta pero fue una buena decisión para evitar choques y roturas en las motos. No deja de ser peligrosa la motonáutica. Veo los videos y no puedo creer que yo forme parte de eso. No me reconozco.

 

El recordatorio a un mecánico

 

Leonel Morelli y su mecánico Lucas Galione quisieron hacer una mención especial para Erminio Iantosca, quien falleció hace diez días y en 2017 los ayudó a reparar dos motores, permitiendo que corriera en Estados Unidos. "Queremos saludar a la familia Iantosca en este momento y recordar a Erminio por todo lo que hizo en 2017 para que podamos ser quintos del mundo en la categoría GP. Te vamos a extrañar, Erminio. ¡Gracias!".

 

Fuente: La Capital