30 de octubre de 2018

Santiago Solari: el lector voraz que nació en cuna de futbolistas y que llega al banco de Real Madrid

Santiago Solari fue un artista con la zurda. Romántico con la pelota, intelectual en su expresión, sus días como futbolista se basaron en la clase por sobre el ímpetu, las ideas sobre el martillo. A su modo, disfrutó ser parte del circo, a pesar de que en tiempos recientes el cerrojo estratégico solía agobiarlo de los placeres del balón. A los 42 años, a pocas horas de cumplir el sueño de su vida como técnico de Real Madrid, en reemplazo interino de Julen Lopetegui, su filosofía estará puesta a prueba en el choque de la Copa del Rey, previsto para este miércoles frente a Melilla, un conjunto del ascenso español profundo.

Su familia siempre pateó pelotas de fútbol: con semejante talento, era imposible dedicarse a otro asunto, más allá de su afición por la cultura y los libros. Su padre es Eduardo (exRosario Central, Junior, Gimnasia, Argentinos y Atlético Tucumán, entre otros) y su tío, Jorge, el Indio (exNewell's, Vélez, River y Estudiantes) jugadores de quilates y sobre todo, entrenadores que dejaron su sello. El talento siempre estuvo a flor de piel. Augusto, el pulifuncional mediocampista de Racing, es su primo. Liz Solari, su hermana, es modelo y actriz. "Mi historia familiar es para escribir un libro", bromeó más de una vez. El Indiecito -el apodo heredado de Jorge-, con un rostro jovial que no traspasa el tiempo, es uno de los productos más sofisticados de la escuela Renato Cesarini, pero su clase en el fútbol doméstico se exhibió con elocuencia en River, en donde estuvo en tres temporadas. Un breve paso por Atlético de Madrid fue el prólogo de Real Madrid, el verdadero amor de su vida futbolera. Fue parte de la era galáctica por casi seis temporadas. Tímido, de pocas palabras y más observador que protagonista, supo quitarle minutos a leyendas como Figo, Beckham y hasta Zidane, de quien admira su templanza y liderazgo cuando fue el creador de la última era exitosa en Madrid. Solari siempre rompió el molde del futbolistas convencional. Desde sus tiempos de adolescente en Estados Unidos, donde estudió en Nueva Jersey. Hasta su debut en la primera de River. El costado menos conocido lo muestra como un lector voraz, sobre todo si de Jorge Luis Borges se trata. Todo lo que hizo más tarde del Madrid -Inter, en donde también logró casi todo-, San Lorenzo, Atlante y Peñarol-, queda a un costado. El manto blanco cambió su vida para siempre. Y su ascenso en el mundo de las divisiones menores fue su marca registrada durante varios años. "Es el mejor club del siglo y también es el más importante del mundo por su prestigio y por su grandeza. No se me ocurre una identidad más relevante a nivel futbolístico que la del Real Madrid. Y la cantera es el club, un club con cultura ganadora, que aspira siempre a lo máximo desde la humildad, la entrega y la sobriedad. Para formar equipos y futbolistas valientes, ofensivos, que dominen todos los aspectos del juego, con mentalidad ganadora y comportamiento ejemplar", le contó alguna vez a LA NACION. 

Prefiere el dibujo 4-3-3, aunque entiende de contextos. Solari fue el capitán de navío de equipos ganadores en las categorías inferiores del Madrid. Lo hizo con el Cadete B y el Cadete A. Profesor de Educación Física, es un apasionado del estudio y la planificación, pero entiende que sus equipos deben volar por sí mismos. Solari lo hizo desde siempre.

 

Fuente: La Nación