12 de noviembre de 2018

A la pelota, Marito

El rosarino Mario Basualdo se consagró campeón mundial en la disciplina pelota de goma al vencer a Francia.

"Hola campeón mundial", grita un chico cuando ingresa a la sede del club Gimnasia y Esgrima de Rosario al ver a Mario Basualdo en la confitería. Un señor da testimonio del orgullo que representa Marito para la ciudad y para el deporte. Apenas una muestra del reconocimiento para un pelotari que hace unas semanas regresó de Barcelona como integrante del seleccionado argentino que ganó el Mundial Absoluto de pelota en la disciplina pelota de goma, al vencer a Francia en la final.

Basualdo encuentra la cima a los 39 años, pero ya conocía la gloria porque a los 19 logró la medalla de oro en el Mundial juvenil. Pero ninguna conquista deportiva desaloja a Mario de su humildad. "El logro no es individual es colectivo, pero no lo digo sólo por mis compañeros de equipo, sino también por mi familia, mi hijo y su mamá, mis amigos, mis compañeros, los clubes en los que juego y trabajo. Uno es la conclusión de un gran esfuerzo conjunto, por eso la alegría es de todos", reflexiona un jugador de pelota que proviene de una familia que hizo de este deporte una tradición, ya que su abuelo lo practicaba, su papá Juan Carlos también, más conocido como Carlitos en GER por haber sido el guardián de la cancha. "Y mi hermano mayor, porque me crié dentro de una cancha de pelota. Y desde los 12 años que obtuve mi primer campeonato Argentino, juego, trabajo y vivo de este deporte".

La pelota vasca tiene 14 modalidades, el jugador argentino se adapta por lo general a casi todas, aunque algunas se juegan poco en el país, como pelota de cuero. No obstante Basualdo también el año pasado llegó a la final de la Copa del Mundo de esa especialidad, tras mucho tiempo que Argentina no accedía a esa instancia.

El equipo campeón en Barcelona estuvo compuesto por cuatro jugadores, pero el único del interior fuiste vos.

Sí, porque Facundo y Santiago Andreasen son de Vicente López y Emiliano Narbatis es de Benito Juárez, de Buenos Aires. Y nuestro técnico es Eduardo Ross, un pelotari de Chacabuco, ganador de cuatro medallas de oro en los campeonatos mundiales de pelota y una medalla de oro en los Juegos Olímpicos de Barcelona 1992, donde se lo incluyó como deporte de exhibición. Es lo mejor que tuvo este deporte, porque a partir de él se produjeron varios cambios, incluida la pelota, que antes era Pulpo y ahora es Rebo, lo que implicó una mayor velocidad en el juego. Y Eduardo fue el pionero en jugar con efecto en los golpes, lo que antes no sucedía, ya que todo era plano. Y todavía juega, a los 58 años. Un crack.

¿Sin dudas que este es tu máximo logro?

Sí, porque como es un deporte que no es olímpico, el Mundial Absoluto de pelota es lo máximo. No obstante la buena noticia es que el año que viene fue incluido en los Panamericanos que se jugarán en Lima y eso es muy importante para los jugadores, por todo el sistema becario que otorga la Nación cuando sos deportista olímpico o panamericano. Y que te resuelve situaciones importantes en la preparación. Por ejemplo nosotros no pudimos viajar antes a Barcelona a entrenar, tuvimos que ir unos días al trinquete modelo con paredes de blíndex que tiene San Luis para tratar de adaptarnos a ese tipo de pared que es con la que se juega el Mundial. De todas formas todos estos detalles terminan configurando una mayor satisfacción cuando se obtienen los máximos logros.

¿Se puede vivir de la actividad?

No es fácil. No obstante se juega mucho, más en las localidades más pequeñas donde sí hay mucha difusión. Es un deporte maravilloso porque se puede jugar de diversas formas. Claro que en un país como el nuestro hay deportes que aglutinan masas como el fútbol, por ejemplo.

Es paradójico, porque las paletas y la pelota son uno de los juegos de la infancia y con el que se entretiene tanta gente durante horas en la playa o en un parque. ¿En Rosario hay muchos pelotaris?

Sí, pero estamos lejos de otras ciudades de provincia de Buenos Aires o Entre Ríos. En Santa Fe está Venado Tuerto, que en 2016 fue declarada capital nacional de la pelota a paleta.

Además de los elementos y del lugar, ¿qué se necesita para jugar a la pelota a paleta?

Para jugarlo, alcanza con la decisión. Para la alta competencia mucho entrenamiento y preparación física. Es un deporte que requiere de muchos reflejos, de mucha velocidad y ductilidad porque se juega con ambas manos, y mucha coordinación fina. Y para nosotros fue de gran ayuda la beca nacional. Sin ella no podría jugar, ya que gracias a eso puedo entrenar por la mañana, porque además tengo mi trabajo.

¿Cuál es?

Soy profe de educación física. Trabajo en GER, en Club Rosarino, enseño a jugar a chicos, adultos. Y también tengo un apego por el Club Huracán, donde tengo muchos amigos, y es donde acá más se juega pelota por ser exclusivo del deporte.

¿Y de ahora en más?

En la selección quizás fue mi última vez, con 39 años ya se hace difícil. Me encantaría ser técnico de la selección. Por ahora seguiré con mis partidos de exhibición y también hay una posibilidad laboral en la fábrica de paletas Vasquito, que es argentina y la única proveedora del mundo.

 

Fuente: La Capital