6 de marzo de 2019

Rosarino buscó y ganó una beca para estudiar Biología Marina en Estados Unidos

Ivo Decarlis, de 17 años, fue admitido y becado para cursar en una universidad del condado de Lane, en el estado de Oregón. Ahora, le ofrece su experiencia por internet a otros jóvenes que quieran cursar una carrera en el exterior

“¡El que no arriesga no gana! Hace ya bastante tiempo que vengo estudiando mucho, rindiendo exámenes, mandando 700 emails por día, completando papeles, haciendo videollamadas y hoy puedo, por fin, dar gracias”, publicó hace unos días en su perfil de Facebook el joven rosarino Ivo Decarlis, de 17 años, al enterarse de que fue admitido y obtuvo una beca parcial en una universidad de Estados Unidos para estudiar Biología Marina. Ahora, invita a otros jóvenes a seguir su viaje a través de las redes sociales.

Decarlis ya tenía en claro lo que quería estudiar desde los 13 años. Desde muy chico lo apasionó la vida en el agua, los animales y el cuidado del medioambiente. De hecho, a los 16 fue distinguido como el colaborador más joven de una renombrada ONG ambientalista internacional.

Crédito foto: Juan José García

Y hay más: a los 14, inició una campaña a través de un sitio en internet por el cuidado y la limpieza del laguito del parque Independencia, un sitio de cercanía para él, a donde iba a correr todas las mañanas en verano. En ese mismo lugar, casi tres años después, contó a El Ciudadanocómo fueron los trámites, la búsqueda de la institución estadounidense, la preparación para los exámenes. También, cómo lo toma saber que estará de lejos de sus afectos tras la esperada admisión en el Competitive College Club, un programa de asistencia a estudiantes, y finalmente al Lane Community College, ubicado en el condado homónimo, en el valle de Willamette, entre las montañas Cascade y el Océano Pacífico, en el estado de Oregón, sobre la costa oeste de los Estados Unidos.

“A los 13 o 14 años ya tenía decidido que quería estudiar eso o algo relacionado con el medioambiente o los animales, y cuando se aproximó la fecha de elegir una carrera, me decidí por Biología Marina que estudia la vida dentro del mar, ya sean algas, agua, animales, cetáceos. Toda la vida dentro del mar”, contó.

Explicó, con el mismo aplomo con que a los 14 años dio una entrevista a El Ciudadano por la campaña que inició en internet, la salida laboral de un biólogo marino: “Se puede trabajar en universidades, en organizaciones no gubernamentales y estatales, en instituciones como en Argentina lo es el Conicet, sobre todo en investigaciones con fines de preservación y cuidado”.

 

El camino a Oregón

Cuando estaba cursando el cuarto año y la mayoría de sus compañeros de clase aún no tenían en claro qué estudiar al terminar el secundario, Ivo ya enviaba emails a universidades norteamericanas para averiguar cuáles eran los requisitos para el ingreso y si su elección era un deseo inalcanzable. Así, se preparó para rendir un examen internacional de inglés americano, ya que desde chico estudió el idioma pero “el británico”. La lengua anglosajona no fue impedimento: pasó la prueba con éxito y ahora se prepara para pasar otra de matemáticas, también en inglés.

No es fácil acceder a la universidad en Estados Unidos, aún para los propios norteamericanos, en especial cuando los aspirantes quieren ingresar a una casa de altos estudios de renombre. Se les exige pasar por exámenes difíciles y los costos económicos son altos. Otro punto que influye para su acceso es de cuál preparatoria (como denominan en Estados Unidos al secundario) egrese el aspirante. Las oportunidades se acotan mucho si vienen de una preparatoria pública.

“Entré en un programa de educación del gobierno de Estados Unidos donde te ayudan a encontrar una universidad o una secundaria que se adapte a lo que estás buscando. En mi caso, que quería estudiar Biología Marina, tenía que encontrar una que esté en un estado que tenga salida al mar, lo que me reducía las alternativas.  Finalmente, encontré ésta, que se llama Lane Community College”, explicó.

“Para los estadounidenses no es una universidad, es un «college», pero si hacemos la traducción al español sí es una universidad (en su página web informa que allí estudian 25 mil alumnos). En mis dos primeros años voy a hacer un programa de Ciencias Biológicas en los que voy a tener algunas materias relacionadas con Biología Marina, pero el título va a ser en Ciencias Biológicas. Los siguientes dos años sí serán de la carrera que elegí. Estoy poniendo todo y estoy todo el tiempo mandando correos, haciendo videollamadas. Quedé admitido, recibí la carta de aceptación por correo, y tuve que ir a la Embajada a hacerme la visa”, agregó.

Contó también, entusiasmado, que una chica del programa del gobierno de Estados Unidos lo ayudó a conseguir la universidad pero que después hizo todo el proceso solo: sacó turno para hacer la visa en la Embajada, los pasajes y los preparativos para los exámenes.

En cuanto a sus afectos y su entorno dijo: “Mi familia me re banca. Está tan entusiasmada como yo y desde el minuto cero me apoyaron. Como el inglés nunca me costó y estudié desde chico, confiaron en mí y hace poco recibí ayuda financiera de la universidad. Están súper contentos”.

Ivo dijo que siempre estudió inglés británico y que el americano no es tan distinto: en la universidad le exigían un examen de ingreso de inglés americano. “Me tuve que preparar durante ocho meses para rendirlo y aprobé en agosto del año pasado. Eso también contribuyó a que me manden la carta de aceptación”.

Terminó quinto año en la escuela Padre Claret en diciembre, perro en el mismo ciclo lectivo se preparaba para las pruebas de la Universidad de Oregón.

“Fue un proceso larguísimo, arrancó en junio del año pasado. Cuando algunos de mis compañeros no sabían qué iban a estudiar yo estaba en contacto con la facultad. Ahora me queda el de matemáticas, para ver en qué clase estoy de acuerdo al nivel. Me preparé con un profe que da clases en inglés. No fue fácil. En más de una ocasión, me dije «dejo acá», porque es una locura llegar hasta allá, los aviones, tanto tiempo solo. Mucho pensar en tantos palos en las ruedas, pero al final perseveré y, cuando tuve la carta de aceptación, saqué la visa, los pasajes y tengo todo preparado para irme”, aseguró.

Una de las opciones era estudiar en el sur de la Argentina, el único lugar del país en donde dan Biología Marina. A Ivo lo sedujo el hecho de que le gusta viajar, y asegura que nunca le costó el inglés. “Fusioné esas dos cosas. Sabiendo que me gustaba la Biología Marina y sabiendo que igual me tenía que ir de Rosario porque en Argentina se dicta en el sur. Junté todo eso y se dio esta facultad en Estados Unidos”.

El que no arriesga no gana

El Lane Community College está a una hora y media del océano. A Ivo le contaron que en el verano llevan a los alumnos a hacer estudios al mar y acampan ahí.

“Publiqué una foto en mis redes y escribí «El que no arriesga no gana». Siempre repito eso, porque si yo pensaba que no me van a admitir, que tenía que pasar tantos exámenes, que tal vez no iba a aprobar o que voy a estar lejos de mi familia y que en Rosario tengo a mis abuelos, no lo hubiese logrado. Cuando hice una campaña –la de la limpieza del laguito del Independencia– la gané, y cuando me digo «quiero rendir ésto», estudio hasta que lo apruebo. Trato de dar todo mi potencial para llegar a las metas que me voy poniendo”. Eso es lo que destaca el joven en las redes.

 

A seguir el viaje a través de las redes

Ivo publicó una foto en sus perfiles de Facebook y de Instagram en la que muestra orgulloso el folleto de la universidad estadounidense, contando que finalmente obtuvo una beca para estudiar en el país del norte.

El joven aseguró que es “re fans de las redes sociales” y por eso invitó a todos los que quieran, a seguir su viaje a través de Facebook e Instagram. “Los chicos que quieren ir a estudiar a Estados Unidos y que se interesaron en cómo hice para obtener la beca y los contactos, me pueden preguntar”, concluyó. Instangram @ivodecarlis – Facebook/ Ivo De Carlis