29 de julio de 2019

Rosario: descubrir la ciudad en un viaje de fin de semana

La ciudad conocida como la cuna de la Bandera despliega una amplia oferta cultural y gastronómica que suma a las playas sobre el río Paraná.

Si es sábado y el cielo está despejado, un buen lugar para empezar a adentrarse en la vida de la ciudad es el Boulevard Oroño. A lo largo de veinte cuadras, este espacio lleno de verde, palmeras, blancos y faroles de época, puede llevarte desde el tradicional Parque de la Independencia y el Museo de Bellas Artes Castagnino (con la segunda colección de arte más grande del país) hasta la costanera y otro espacio imperdible: el Museo de Arte Contemporáneo de Rosario, Macro. Desde su apertura en 2004, abarca diez pisos ubicados en silos reciclados para la ocasión.

Para los vayan en bici o quieran seguir la caminata, la costanera abre varios programas: se puede visitar el Monumento a la Bandera Nacional y subir a la torre para sacar fotos y disfrutar de la vista al río Paraná desde 70 metros de altura –aunque el paseo es un clásico, actualmente está cerrado al público por remodelación-. Desde ahí se puede seguir un rato más y conocer Puerto Norte y el barrio de Refinería, un antiguo barrio obrero que devino uno de los espacios más exclusivos con sus edificios lujosos y riqueza histórica. Volver a la costanera también puede llevarnos hacia el sur y optar por una de las excursiones en lancha que salen desde la estación Fluvial hacia las islas, se puede alquilar un kayak, o bien buscar la Bajada España para disfrutar del infaltable pescado de río (surubí o boga) en alguno de los bares de la zona.

También en plan gastronómico, otra alternativa es volver a Oroño y recalar en el barrio Pichincha con sus pubs, restaurantes y hamburgueserías. Más allá, la avenida Pellegrini merece especial atención. Pasar por una de las decenas de heladerías y descubrir la variedad de sabores facilita entender por qué Rosario es la Capital Nacional del Helado Artesanal. Hay que ceder a la tentación de demorarse en una de las cervecerías artesanales y pubs con propuestas que van mucho más allá del tradicional liso (el vaso de cerveza tirada santafesino), y el delicioso Carlitos (el sándwich de jamón y queso tostado). Una gran novedad es el Mercado del Patio de la ciudad, gran lugar para ir a comer tapas y otros platos gourmet a buenos precios. Está ubicado en una manzana sobre la calle Caferatta, en el antiguo patio de las maderas y frente a la terminal de ómnibus, en el barrio Luis Agote.

Si las ganas o la lluvia y el frío buscan una cartelera de espectáculos, lo mejor es visitar la página de Rosario Cultural con alternativas en los teatros, cines y otros espacios de la ciudad. Hasta que llegue el domingo y si el clima acompaña, ya en auto, pueden recorrer los quince kilómetros que van desde la costanera en el centro hasta el mirador de Costa Alta y avistar el imponente Puente Rosario-Victoria, que conecta Santa Fe con Entre Ríos. Para empezar el recorrido, se puede salir desde la costanera norte, pasando por el Parque de España y si hay chicos, vale pasar un rato a jugar en uno de los centros recreativos más originales del país, La Isla de los Inventos para después seguir ruta y disfrutar del paisaje costero hasta La Rambla Catalunya y la Florida. ¿Una parada obligada? El fabuloso Acuario Río Paraná, con sus diez peceras gigantes. Este centro científico, tecnológico y educativo es el más grande de agua dulce de la región y permite descubrir la fauna local y su inmensa variedad de especies.

Una visita obligada es el Acuario Río Paraná, con sus diez peceras gigantes. Es el único acuario de río de toda Latinoamérica.

Una visita obligada es el Acuario Río Paraná, con sus diez peceras gigantes. Es el único acuario de río de toda Latinoamérica.

Las horas van a indicar que la tarde se acorta y la hora de emprender el camino de regreso a casa va a llegar, pero todavía pueden aprovechar para una vuelta más: un clásico de domingo va a llevarlos al barrio Pichincha con su feria de artesanías y, sobretodo, a los puestos de antigüedades del mercado retro La Huella (todo un viaje nostálgico que permite encontrar tesoros de distintas épocas). Muy cerca, la feria de ropa usada El Roperito vale para sacudir la rutina y encontrar prendas o renovar la vestimenta y encontrar algún souvenir original. Rosario es eso, la posibilidad de dar una vuelta por un ciudad que logra equilibrar las ganas de tomar aire y entrar en contacto con la naturaleza, con el deseo de incursionar en la cultura y el arte local e internacional, salir a probar delicias, vivir los patios cerveceros y descubrir su vida nocturna que dan ganas de extender la noche todo lo posible para volver tarde, habiendo disfrutado una fantástica jornada.

 

Fuente: Clarín