7 de octubre de 2019

Premian al arquitecto rosarino Jorge Scrimaglio en la Bienal Iberoamericana

Será distinguido hoy en Paraguay por su obra, influencia y trayectoria. Es el primer profesional local que recibe este prestigioso galardón

El destacado arquitecto rosarino, Jorge Scrimaglio, será reconocido en la XI Bienal Iberoamericana de Arquitectura y Urbanismo (Biau), que se está desarrollando desde ayer y hasta el viernes en Paraguay. Un calificado jurado lo eligió por su meritoria labor profesional y por la promoción y defensa de valores arquitectónicos y urbanísticos desde el punto de vista estético, funcional, social, técnico, económico y medioambiental. Ese recorrido lo llevó a posicionarse como un claro referente de trascendencia iberoamericana.

En esta ocasión, las autoridades del importante evento, que se realizó en 2014 en Rosario, decidieron que Scrimaglio compartirá el premio junto al español César Ortiz-Echagüe.

Esta Bienal se extenderá hasta el viernes en Asunción, donde se realizarán exposiciones, conferencias, debates y muestras de cine. En esa serie de actividades, en el mediodía de hoy se realizará la ceremonia oficial de entrega del premio Iberoamericano a Scrimaglio y Ortiz-Echagüe. Y mañana disertará otro rosarino, Nicolás Campodónico.

Esta exposición reúne lo más relevante de la arquitectura de los 22 países que conforman Iberoamérica en las categorías: Panorama de Obras, Publicaciones, Textos de Investigación, Trabajos Académicos y Habitando Iberoamérica.

La Biau busca difundir las experiencias más destacadas en Iberoamérica, Portugal y España, para contribuir a la formación de un pensamiento crítico y a una política cultural integrada en materia de arquitectura y urbanismo.

En esta oportunidad, puso el ojo sobre la trayectoria y los trabajos de Scrimaglio, tras un intenso debate de un jurado que analizó en mayo pasado 38 propuestas. Y luego de una evaluación general, decidió subrayar los trazos del rosarino con este prestigioso premio Iberoamericano.

El jurado estuvo presidido por Javier Martín Ramiro (director general de Arquitectura, Vivienda y Suelo), e integrado por Laureano Matas Trenas (secretario general del Consejo Superior de los Colegios de Arquitectos de España), Francisco Mangado Beloqui (coordinador general de las Bienales), Arturo Franco y Ana Román (comisarios de la XI Biau), José Cubilla (coordinador de la XI Biau en Paraguay), Gloria Cabral y Solano Benítez (presidentes del jurado Panorama de Obras de la XI Biau), y Javier Corvalán (Asunción).

Estos profesionales destacaron que tanto Scrimaglio como Ortiz-Echagüe se convirtieron en "sólidos referentes de la arquitectura iberoamericana a lo largo de los años, desde fuertes condiciones marginales y periféricas". Además, resaltaron que "sus figuras han permanecido ocultas, alejadas de los circuitos mediáticos, pero sus arquitecturas han sabido multiplicar su interés hasta situarse en el centro del discurso contemporáneo".

Scrimaglio es el segundo arquitecto argentino y el primer rosarino que obtiene este premio. Anteriormente lo ganó el cordobés César Naselli, en la Bienal de Cádiz 2012.

En otras ocasiones, esta distinción recayó sobre importantes profesionales de la envergadura de Oscar Niemeyer (Brasil), Francisco Javier Sáenz de Oiza (España), Alvaro Siza (Portugal), Ricardo Legorreta (México), y Germán Samper Gnecco (Colombia), entre otros (ver aparte).

Modeló su lenguaje

Entre sus argumentos, el jurado definió la figura de Scrimaglio como la de "un arquitecto rosarino de fuerte influencia Wrightiana, que fue modelando su propio lenguaje desde lo local y lo universal, utilizando el ladrillo y sus posibilidades de una manera muy personal, que le sirvió como articulador de espacios y relaciones ambientales".

Y también lo ubicó en un valioso sitial de referencia. "Su trabajo tuvo una indudable influencia en arquitectos rosarinos de generaciones posteriores, como Rafael Iglesia, Marcelo Villafañe, o el más joven Nicolás Campodónico, sirviendo como primer eslabón de una marcada arquitectura local contemporánea".

Y agregó especialmente que "su ascendencia llegó a muchos de los arquitectos anfitriones paraguayos de esta Biau".

Esos conceptos definen y resumen con precisión el valor de las realizaciones y los pensamientos de este arquitecto rosarino que arriba a un escenario de reconocimiento internacional.

Por dentro

Scrimaglio nació en 1937 y se graduó en 1961 en la Escuela de Arquitectura de Rosario. Antes de conseguir este título, inició su formación en la Escuela Industrial de la Nación General José de San Martín, donde comenzó a pulir su oficio en talleres de carpintería, herrería y fundición. Durante su carrera se distinguió por la naturalidad y organicidad de una arquitectura que siempre buscó integrar al hombre con la naturaleza, contrastando con el movimiento más racional de sus compañeros.

En un curso de verano conoció a Eduardo Sacriste, quien lo adoptó como uno de sus alumnos predilectos. Por esa relación de amistad, comenzó a impartir clases en sus últimos años de carrera, iniciando de esa manera su labor docente.

Debido a su talento, ya antes de finalizar su etapa formativa, recibió encargos procedentes de familiares y de la propia universidad, incluyendo una vivienda para el director de la escuela. A los 50 años, Scrimaglio ya había construido más de 25 obras, había realizado decenas de diseños de mobiliario y había transmitido escritos donde resumía los principales conceptos de su forma de pensar.

Su arquitectura es una evolución de una conducta y una filosofía de vida que lo transformó en líder de movimientos ecologistas, donde actualmente sigue participando. Su pensamiento, basado en el organicismo, comprende el edificio como un conjunto vivo.

Entre sus obras más destacadas están la casa Yapeyú (1957), la Capilla del Espíritu Santo (1962), la casa Alorda (1968-1973), la casa Prieto (1975), y la Estación YPF (Arroyo Seco-1983). Por sus cualidades, algunas de sus realizaciones fueron declaradas "obra de interés cultural" por la Subsecretaría de Cultura de la Municipalidad de Rosario.

Vale recordar que, por su aporte a la disciplina, Scrimaglio fue reconocido como "arquitecto distinguido" de la ciudad de Rosario, por el Concejo Municipal, el 14 de agosto de 2014. Fue destacado como "un referente local, con amplio reconocimiento internacional".

 

Fuente: La Capital