18 de noviembre de 2019

Escapó hace un año de la guerra en Siria y hoy es docente en la UNR

La Universidad Nacional de Rosario (UNR) incorporó a su cuerpo de docentes a un joven de 30 años que hace un año llegó a la ciudad escapando de la guerra en Siria.

Esta semana desde las redes sociales de la Universidad Nacional de Rosario (UNR) se anunció la incorporación de Rahim Alkashash a su cuerpo de docentes y las particularidades del caso. El nuevo profesor es un joven de 30 años que hace un año y medio llegó a la ciudad escapando de la guerra en Siria, dejando atrás afectos para abrirse a otra vida. Una en la que la vida, más allá de las contingencias de lo cotidiano, sea posible.

Rahim proviene de Salamíe, una ciudad ubicada en el centro oeste de Siria perteneciente a la gobernación de Hama. Esta región, al igual que todas la del país, se encuentra expuesta desde 2011 a una guerra civil. El conflicto iniciado en esos años a partir de una serie de protestas antigubernamentales, fue solo una punta de iceberg de intereses internos y externos, que se empezaría a descubrir con el tiempo. Ese tiempo le costó a Rahim un hermano y con él, la confirmación de su partida.

"Cuando empecé a pensar en irme, pensé en Sudamérica. Brasil, Chile y Argentina aparecían como opciones y empecé por Brasil. Partí con un amigo y estuvimos unos apenas unos días en el país vecino", contó en una entrevista con Rosarioplus.com.

Esa fue la primera parada de una partida que tuvo como siguiente destino esta ciudad. "Estábamos muy solos", explicó. En Rosario lo aguardaban otros amigos que habían partido de Sira un tiempo antes y quienes le ayudaron a conseguir la visa necesaria. Con ese gesto la ciudad ya empezaba a prometer otras posibilidades para asentarse. "Vinimos a Rosario y los primeros meses vivimos con una familia amiga, hasta que logramos conseguir trabajo y así alquilarnos algo por nuestra cuenta", detalló.

Para poder conseguir un ingreso que le asegure la posibilidad de pagarse un alquiler, Rahim trabajó en restaurantes y hostels. "Pero en un momento me empezó a preocupar el perder contacto con mi formación de profesor de lengua y literatura árabe, así que empecé a dar clases de árabe en centros culturales y a realizar traducciones", explicó.

Esta actividad además de representarle otros ingresos le permitió volver a conectarse con sus estudios y sus lecturas. Volver a habitar su lengua a kilómetros de distancia y seguir abriendo horizontes. "Amigos me sugirieron que presente mi currículum a la UNR y así lo hice a través de amigos en común y hace unos meses se pusieron en contacto conmigo y ahí empezó el proceso que se cerró este lunes con mi designación como docente de la universidad", describió.

El árabe es el quinto idioma más hablado en el mundo, considerando el número de hablantes nativos, y es oficial en veinte países y co-oficial en al menos otros seis. Además, es una de las seis lenguas oficiales de la Organización de Naciones Unidas.

Las tareas de Rahim consistirán en trabajar en proyectos de investigación que impliquen el análisis y la traducción de documentos en lengua árabe, ya que posee un título universitario en esa área. Por lo pronto, una de sus primeras actividades de Rahim será la reescritura, digitalización y traducción de documentos del archivo histórico de la Asociación Unión Islámica de Rosario, en el marco de un convenio firmado con la UNR. "Son documentos muy viejos, algunos amarillentos y con manchas de humedad en los que se ha perdido la claridad de la escritura. La idea es que se digitalicen esos documentos y que se puedan recuperar", expresó.

El nuevo cargo viene a acoger una historia de vida, que es la de tantos, y que encuentran a través de esta designación un gesto de hospitalidad de la UNR. La hospitalidad es la capacidad de estar abierto al extraño, al extranjero, y es el valor más importante en el desierto, paisaje tan extendido en el país que dejó atrás Rahim. En el desierto no hay casas, no hay puertas, la gente vive en tiendas y las tiendas son la metáfora viva de un lugar siempre abierto al que viene. La ética propia del desierto es que cuando el extranjero llega, la tienda lo recibe. A trece mil kilómetros de su casa natal, Rahim encontró una tienda.

 

Fuente: Rosario Plus