10 de agosto de 2020

Talento rosarino en el prime time de la televisión argentina

El actor, bailarín y cantante rosarino Federico Salles, tiene en su haber trabajos en películas y algunas de las tiras más taquilleras de los últimos años.

El actor, bailarín y cantante rosarino Federico Salles, después de destacarse con su personaje en “Argentina, tierra de amor y venganza” (ATAV), encontró en medio de las restricciones impuestas por la pandemia, la forma de practicar una de las disciplinas en las que se formó en su ciudad: cantar. Así lo afirmó Salles, formado en el Estudio de Comedias Musicales, y que participa actualmente en “Cantando 2020”. El artista tiene en su haber trabajos en películas y algunas de las tiras más taquilleras de los últimos años. Antes de interpretar a Gabriel Morel en “ATAV”, Salles fue parte de “Herederos de una venganza”, la serie “El maestro” y “Animal”, junto a Guillermo Francella, entre otras producciones.

“Trabajar hoy, durante la cuarentena, es un privilegio para todos los que participamos de el programa”, afirmó Salles que compite en el ciclo junto a Cande Molfese. “La situación de los artistas y las ficciones en Argentina ya venía complicada previamente. La pandemia agravó esa situación. Mi deseo es que el Estado esté presente para todos los que necesiten ayuda”, añadió y apostó a que, luego de superada esta situación, “se generen muchos espacios más, en el cine, el teatro y la televisión. Son fuentes de trabajo para mucha más gente de lo que uno imagina”.

   —Venís de un trabajo intenso en “Argentina, tierra de amor y venganza”. ¿Cómo estás viviendo esta pausa en tu trabajo como actor?

   —El año pasado fue un año de mucho trabajo y de dedicarle mucha energía a “ATAV” por la complejidad de hacer una ficción diaria un año entero, sumado a que era una tira de época, algo poco común en la televisión. Mi personaje, Gabriel Morel, un niño rico, violento y acostumbrado a los privilegios de su clase, en una familia que se encuentra en su peor situación económica , demandaba mucho estudio y preparación. Fue un placer enorme interpretarlo, y compartir esa experiencia con mis compañeros. En la profesión del actor, las pausas entre un trabajo y otro, es algo común. Esta pandemia nos obliga a todos a amigarnos con esa incertidumbre y a inventar nuevas maneras de hacer.

   —¿Qué supone en tu carrera la experiencia de participar en el “Cantando”?

   —Cuando me invitaron a participar del “Cantando” me sorprendió y me alegró la idea de poder cantar en un medio tan masivo, y en este contexto donde la gente está todo el día en su casa. Yo empecé a estudiar canto, danza y teatro en el Teatro El Circulo, a los 9 en el Estudio de Comedias Musicales y seguí estudiando y haciendo musicales en Buenos Aires. Primero como ensamble y luego pudiendo hacer papeles protagónicos. Después vino la tele y la película “Animal” de Armando Bo, junto a Guillermo Francella. “ATAV” fue una fuerte experiencia actoral, y me pone feliz poder acercarme al público, ahora, nuevamente, desde el canto y la música.

   —¿Cómo te resulta trabajar en tu profesión con las restricciones impuestas por el coronavirus? ¿Qué desventajas supone el distanciamiento?

   La distancia social es inevitable para cuidarnos. Estamos ensayando con Cande Molfese, y nuestra coach, Steffi Romero, por zoom. Tratamos de aprovechar el ensayo previo al vivo, para plantear como nos vamos a mover en el espacio, y asimilar el sonido del estudio. Convivimos con la limitación de no poder tocarnos ni acercarnos mucho, pero intentamos incorporarlo en la puesta para que no sea una carencia, sino una decisión. El objetivo es generar conexión con Cande a pesar de la distancia.

 —Teniendo en cuenta que no se pueden producir ficciones por las mismas restricciones, ¿el “Bailando” es de alguna manera un privilegio para los artistas?

—Trabajar hoy, durante la cuarentena, es un privilegio para todos los que participamos de el programa. Productores, sonidistas, iluminadores, vestuaristas, los coach, artistas, y muchos más.

   —¿Qué expectativas tenés con el resultado?

   —Hablamos mucho de esto con nuestro equipo. Nuestro deseo es pasarla bien, ponerle amor y dedicación al trabajo que nos toca, y que la gente en su casa disfrute con lo que hacemos.

   —¿Te llega el aliento de tus amigos desde Rosario?

   —Me llega el aliento de mis amigos y familia de Rosario! En nuestra primera gala se conectaron a la platea virtual de zoom, así que pude verlos mientras miraban el programa. También armaron un grupo de WhatsApp y sé que se divierten! El apoyo de mis amigos y familia es constante, y lo agradezco mucho.

   —¿Cómo ves el futuro de los artistas a la salida de la pandemia?

   —La situación de los artistas y las ficciones en Argentina ya venia complicada previamente. La pandemia agravó esa situación. Mi deseo es que el Estado esté presente para todos los que necesiten ayuda. Y que, pasada esta tragedia, se generen muchos espacios más, en el cine, el teatro y la televisión. Son fuentes de trabajo para mucha más gente de lo que uno imagina.

 —¿Qué opinás del streaming y las transmisiones en vivo que muchos actores y músicos están implementando en este momento?

   —Me gusta mucho que haya un espacio nuevo para los intérpretes. Hace poco hicimos una versión de “Señorita Julia” por streaming que se llamó “Señorita Julia por Señorita Julia” con Flor Torrente y Stephanie Petrevsky, dirigidos por Rocío Crudo. Ensayamos por Zoom y la experiencia fue completamente nueva. Y el resultado fue muy sorprendente y gratificante.

   —¿Qué planes quedaron en suspenso por la pandemia?

   —Tenía planes que no se concretaron por la pandemia. La posibilidad de hacer “Tu parte del trato 2”, quedo en suspenso. Otro de mis planes tenia que ver con cantar. Así que, se terminó concretando de una forma inesperada y que supero mis ideas iniciales.

   —¿Qué otros proyectos estás desarrollando para después del “Bailando”?

   —Voy paso a paso... Hoy solo pienso en el “Cantando” y en prepararnos para cada gala. Me gustaría mucho volver a hacer una ficción, pero entiendo que en este momento es mejor no anticiparme, y dar tiempo a que las cosas decanten.

 

Fuente: La Capital