16 de agosto de 2016

El Crack Bang Boom y la música atrajeron turismo joven a Rosario

El fin de semana largo volvió a mostrar buenos índices de actividad turística. Los hostels, el segmento más juvenil, se ocuparon en un 90 por ciento.

Esta vez la buena performance del sector turístico en Rosario vino de la mano de una oferta cultural especialmente orientada a los jóvenes, con el Crack Bang Boom a la cabeza, pero al que además se sumaron los recitales del Chango Spasiuk, Illya Kuryaki and The Valderramas y Catupecu Machu, entre muchas otras propuestas. De hecho, aunque la ocupación hotelera en general fue bastante alta, en los hostels, el alojamiento preferido por la franja juvenil, llegó al 90 por ciento.

"Los eventos acompañaron mucho y el clima de fin de invierno también ayudó", dijo ayer el titular de la cámara que agrupa a esos establecimientos, Omar Ortiguela. Para el secretario de Turismo municipal, Héctor De Benedictis, el fin de semana largo ratificó el panorama que ya habían indicado las vacaciones de julio: que "aun en un escenario general de retracción por el que se esperaba una caída del 20 o 30 por ciento, en Rosario la actividad turística se mantiene".

Basta repasar que sólo por el festival de los cómics desfilaron no menos de 35 mil personas, la mayoría jóvenes, y otras 20 mil por "la pizza más larga del Litoral", para calcular que al menos una parte de ellas llegaría desde afuera y debería pernoctar en la ciudad.

De hecho, las plazas de los hostels nucleados en la cámara (que no son todos) superan las 1.200. De cada 10 de ellas, 9 se ocuparon.

La clientela mayoritaria de esos establecimientos está integrada por jóvenes, "muchos que vienen de provincia y ciudad de Buenos Aires, pero también de Santa Fe capital, Paraná y Córdoba", contó Ortiguela, y como siempre también algunos mochileros de origen europeo e israelí.

Para el "hostelero" está claro que la agenda cultural del fin de semana tuvo mucho que ver con la respuesta de ese "turismo joven", atraído por una buena cantidad y calidad de eventos.

Pero el fenómeno parece ser más amplio, ya que contra lo que cabría esperar en un escenario de retracción de consumo y actividad económica en recesión, Rosario no vio caer su movida turística este año.

"Esto ya se vio durante las vacaciones de invierno: esperábamos una retracción de la actividad del 20 o 30 por ciento y al final terminaron siendo levemente mejores que las del año anterior", contó De Benedictis.

Esa mejoría puede vincularse a que Rosario es un destino cercano a los principales conglomerados de población del país (Buenos Aires y Córdoba, entre otros), lo que le permite funcionar como una alternativa turística de menor costo.

"Pero la conectividad terrestre no lo explica todo —sostuvo el funcionario—, nadie va a una ciudad sólo por eso". Así, la estrategia oficial pasó por invertir en publicidad en subtes, cines y pantallas porteñas y cordobesas para posicionar la "marca Rosario".

Y esa propaganda parece haber dado frutos. Una encuesta del sitio especializado en turismo Despegar.com mostró, el jueves último, que los tres destinos nacionales con mayor demanda para el fin de semana largo serían Buenos Aires, Mar del Plata y, a escasa distancia, Rosario.

El apart, para familias. El porcentaje de reservas previas al fin de semana osciló entre el 65 y 90 por ciento según las categorías. Las plazas más demandadas, aparte de los hostels, fueron las de los aparts (donde una familia puede cocinar y comer sin tener que gastar en restaurante) y luego las de los hoteles de cuatro y cinco estrellas. "El domingo llegó mucha gente a las oficinas del Etur pidiendo alojamiento y era difícil de conseguir", confió De Benedictis.

Más allá de eso, explicó, "el sector hotelero ya se dio cuenta de que aun cuando los eventos culturales puedan no incidir directamente en los índices de reserva, indirectamente sí impactan porque sostienen esa marca Rosario que tarde o temprano vuelve a traducirse en mayor ocupación".

Fuente: La Capital