23 de diciembre de 2016

Premios, inventos y publicaciones, los logros del Conicet Rosario en 2016

El año cierra con la triste noticia de un ajuste que impactará en la producción científica local a partir del 2017. Los investigadores rosarinos sobresalieron en los últimos doce meses, a tal punto que algunos de ellos lograron estampar sus nombres en la tapa de Science, una de las dos revistas más prestigiosas del mundo

Al igual que el resto de sus colegas, los investigadores rosarinos paralizaron sus actividades por el abrupto ajuste que sufrió el Conicet en su plantilla de científicos. Los ingresos a carrera sufrieron un recorte del 51% respecto al 2015 a nivel nacional, porcentaje que asciende al 63% en el caso de Santa Fe. Son más de 80 los profesionales locales --la mayoría con más de 7 años de formación-- que a partir de marzo del 2017 no trabajarán más en los dos Centros Científicos y Tecnológicos que tiene la provincia. La posibilidad de una nueva “fuga de cerebros” preocupa puertas adentro del organismo.

 

 

Pero más allá de este triste cierre de año, quienes le dan vida al Conicet Rosario levantarán sus copas por un 2016 muy fructífero en la producción de conocimiento. Premios nacionales e internacionales, descubrimientos que trascendieron las fronteras y publicaciones en las revistas más prestigiosas del mundo dan cuenta de un trabajo colectivo que no para de cosechar éxitos.

 

 

El logro más destacado ocurrió en octubre cuando salió la edición mensual de la revista Science, junto con Nature, una de las publicaciones científicas más reconocidas a nivel internacional. En tapa aparecía un estudio inédito de los bosques secos de Latinoamérica, confeccionado por un grupo de 63 investigadores, entre los que se encontraban científicos del Conicet del Instituto de Investigaciones en Ciencias Agrarias de Rosario (IICAR, Conicet-UNR).

 

 

Hernán Maturo, Darién Prado, Virginia Mogni, Luciano Galetti y Luis Oakley. Foto: Conicet

El equipo de trabajo local fue liderado por Darién Prado, director del grupo de Botánica del IICAR, y secundado por la becaria posdoctoral del Virginia Mogni, y los docentes de la UNR Luis Oakley, Hernán Maturo y Luciano Galetti.

 

 

En la publicación destacaron “la urgencia de establecer nuevas áreas protegidas a lo largo y a lo ancho de todos los países involucrados”. “La investigación otorga un marco de referencia para los tomadores de decisiones políticas sobre la conservación del medio ambiente y la sustentabilidad de los ecosistemas” explicó Prado sobre la importancia del trabajo.

 

 

En el rubro premios, la ciencia de Rosario cosechó varias distinciones en 2016. El doctor Guillermo Kaufmann, investigador superior en el Instituto de Física Rosario (IFIR, CONICET-UNR) obtuvo el Premio Galileo Galilei 2016 otorgado por la International Commission for Optics (ICO). El científico recibirá el galardón en el marco del Congreso General de la ICO que se realizará en agosto de 2017 en Tokio, Japón.

 

 

El doctor Guillermo Kaufmann, Premio Galileo Galilei 2016. Foto: Conicet

Este reconocimiento internacional se otorga anualmente a científicos del área de Óptica y Fotónica que han realizado contribuciones “excepcionales” dentro de estos campos de estudio. Kaufmann se hizo merecedor de la distinción por el desarrollo de nuevas técnicas de interferometría speckle y sus aplicaciones en mecánica experimental, tecnología de materiales y ensayos no destructivos.

 Fuente: Rosario Plus

 

En agosto, Paula Casati (CEFOBI, Conicet-UNR) y Hugo Gramajo (IBR, Conocit-UNR)  fueron distinguidos con el Premio Houssay y el Premio Jorge Sábato, respectivamente, otorgado por el Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación Productiva de la Nación.

 

 

Casati, quien se desempeña dentro del área de Ciencias Biológicas, Ciencias Agrarias, Veterinaria, estudia los efectos de la radiación ultravioleta en las plantas; mientras que Gramajo, director del laboratorio de Fisiología y Genética, trabaja el metabolismo lipídico en bacterias y la producción de nuevos compuestos antibacterianos o antiparasitarios.

 

 

Los Premios Houssay son otorgados a científicos menores de 45 años y el Premio Jorge Sábato está destinado a investigadores que han contribuido a la transferencia y desarrollo tecnológico con impacto económico-productivo en sectores críticos para el desarrollo del país.

 

 

En tanto, semanas atrás, un grupo del Instituto de Física Rosario (IFIR, CONICET-UNR), presentó “Red de sensores para el Agro”, trabajo que resultó uno de los mejores Emprendimientos Innovadores 2016, en un certamen organizado por el Banco Nación y la Fundación Empretec.

 

 

Los investigadores Bernardo Gómez, Ariel Dobry, Javier Eduardo Epeloa, Carlos Repetto, Hernán Ariel Rindizbacher, Guido Baranello y Cecilia Rivas crearon una red de sensores que se utiliza en un campo para la determinación de variables claves para el rendimiento de la cosecha. La innovación fue seleccionada entre 341 proyectos.

 

 

Dos grandes descubrimientos

 

 

El diario El País publicó el 28 de mayo un extenso informe sobre la proliferación de las "superbacterias", una variante resistente a todos los antibióticos. "Se corre el riesgo que proliferen las infecciones intratables", alertaba el artículo. La palabra "superbacteria" apareció dos meses más tarde en la tapa de Clarín. "Avance clave de científicos argentinos contra las superbacterias", rezaba el título.

 

 

Las superbacterias, un descubrimiento del Instituto de Biología Molecular de Rosario. Foto: Conicet

En el cuerpo de la nota se explicaba que el descubrimiento se había producido en los laboratorios del Instituto de Biología Molecular de Rosario (IBR-Conicet-UNR), a cargo del científico Alejandro Vila y su equipo, quienes destacaban el rol del Estado en el trascendente avance: un jugoso subsidio de la Agencia Nacional de Promoción Científica y Tecnológica.

 

 

A grande rasgos, los investigadores detectaron"el talón de Aquiles" del mecanismo que les permite a estas superbacterias volverse invencibles frente a los antibióticos y replicar esa resistencia a otras bacterias. Se cree que el hallazgo permitirá en un futuro cercano desarrollar fármacos más eficaces.

 

 

En febrero, un grupo de investigación del Instituto de Procesos Biotecnológicos y Químicos (Iprobyq/Conicet-UNR) desarrolló un novedoso método para purificar biodiesel a través de la utilización de enzimas y puso a punto el proceso a partir del diseño de una planta piloto escalable a nivel industrial. Este tratamiento elimina un precipitado formado por esteril glucosidos presentes en el biocombustible que afectan su calidad y pueden causar problemas en los motores de los vehículos que lo usan.

 

 

Hasta este descubrimiento sólo existían procesos químicos para purificar el biodiesel. El método diseñado por los científicos rosarinos es el primero que utiliza enzimas. Ya fue patentado y presentado en distintas parte del mundo.