3 de noviembre de 2015

En siete años, Rosario casi duplicó su cuerpo científico

Por su infraestructura y personal, la ciudad se convirtió en uno de los principales polos científicos del país. El Conicet local supera ya los mil trabajadores, una cifra récord. Desde el 2008 a esta parte se incorporaron 350 nuevos investigadores. Este año, la provincia recibió 210 millones de pesos para proyectos de investigación y becas

Pablo Facundo García, un joven licenciado en Química oriundo de Córdoba, demostró una vez más que la agenda periodística ya no es patrimonio ni de los trabajadores de prensa ni de los medios de comunicación. Con una simple publicación en su cuenta de Facebook, el muchacho instaló la palabra "Conicet" en el ríspido y álgido debate político pos elecciones. La viralización de un cómico mensaje que pegó en la puerta de su departamento deparó en un sinfín de reflexiones sobre el presente, el pasado y el futuro de la ciencia en Argentina. Para poner blanco sobre negro, Rosarioplus.com se metió en el interior del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas de Rosario para poder cuantificar el auge de la investigación científica local. Los números dan cuenta de un crecimiento sostenido en recursos, personal e infraestructura. 

 

La creación del Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación Productiva en 2007 marcó un punto de inflexión en el devenir de la ciencia en Rosario y la región. La dependencia consolidó la federalización de los recursos económicos destinados al polo científico. De este modo, desde 2008, la ciudad incrementó de forma ininterrumpida su plantilla de trabajadores, entre investigadores, técnicos profesionales, administrativos y becarios. Hace siete años, la nómina la conformaban 600 empleados. Hoy, la lista supera los 1100. 

En la actualidad, Conicet Rosario cuenta con diez institutos dedicados a la investigación en diversas áreas de la ciencia, de los cuales cuatro se inauguraron en 2014. Los campos de estudios atraviesan el amplio abanico de las ciencias sociales (históricamente relegadas) y duras. La mayoría de los científicos se desempeñan en los institutos de Ciencias de la Educación (IRICE), Física (IFIR), Química (IQUIR), Biología Molecular y Celular (IBR), Fisiología Experimental (IFISE), Estudios Fotosintéticos y Bioquímicos (CEFOBI), Ciencias de la Información y de Sistemas (CIFASIS), Investigaciones Socio-Históricas Regionales (ISHIR), Procesos Biotecnológicos y Químicos (IPROBYQ), y de Inmunología Clínica de (IDICER). Aunque también hay 63 proyectos radicados en las distintas facultades de la UNR.

Las cifras son históricas, tanto en personal como en estructura. Desde el 2008 a esta parte, el número de investigadores creció en un 78 por ciento y en 35 por ciento los becarios (todos los años se incorpora una promedio de 60 jóvenes científicos), mientras que que la cantidad de técnicos profesionales aumentó en un 27 por ciento. La incorporación de personal administrativo fue mucho mayor: casi del 300 por ciento. 

En paralelo al crecimiento de los recursos humanos, se plasmaron importantes obras a nivel edilicio. Desde el 2011 se llevan inaugurados 9700 metros cuadrados (la sede del Centro Científico Tecnológico, ubicado en Ocampo y Esmeralda, el IBR, el IFIR, y el CIFASIS). La inversión costó 199 millones de pesos, de los cuales 62 salieron del presupuesto del Conicet, 100 de la Nación y 37 de un crédito del BID. 

La ampliación de infraestructura sigue en marcha. Se está construyendo el Instituto de Química Rosario (Iquir), que sumará otros 3.700 metros cuadrados con (55 millones de pesos) y el Centro de Estudios Fotosintéticos y Bioquímicos (Cefobi), una obra de 3200 metros cuadrados que costará más de 30 millones.

Además, en 2015, la provincia de Santa Fe recibió el 10 por ciento del total del presupuesto que la Agencia Nacional de Promoción Científica y Tecnológica (el un organismo dependiente del Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación Productiva, dedicado a financiar proyectos científicos) repartió en todo el país: 220 millones de pesos. 

De  "empleados públicos" a científicos reconocidos 

El presupuesto destinado al Conicet en 2015 fue de 5.200 millones de pesos. Este año se incorporaron 830 nuevos investigadores, lo que elevó la plantilla a 10 mil científicos distribuidos en todo el país. La cifra es tres veces superior a la de 2003 cuando había apenas 3 mil científicos. Hoy en día hay además 10.500 becarios, 2600 técnicos y 1200 administrativos. 

El cambio de rumbo de la política nacional en materia de ciencia se empezó a materializar a mediados de 2004 cuando el por aquel entonces presidente Néstor Kirchner anunció una suba del 50% en los sueldos de los investigadores del Conicet. En aquellos meses, según contó el matemático Adrián Paenza, el mandatario lo convocó a una reunión y le dijo "juntame a ocho o diez de los mejores científicos argentinos, quiero saber qué les duele y dónde les duele”.

El ánimo de los científicos no era el mejor en aquel entonces. El Conicet funcionaba por inercia y en piloto automático tras la fulminante crisis económica del 2001. La reforma proyectada por Dante Caputo, secretario para la Tecnología, la Ciencia y la Innovación Productiva del gobierno de Fernando De la Rúa terminó de dividir las aguas dentro del organismo. Además de los recortes salariales (12% en el año 2000), el nuevo proyecto ubicaba a los científicos en la categoría de meros empleados públicos.

"Para poder funcionar razonablemente bien el Conicet necesita un cierto apoyo económico y no el ahogo presupuestario al que está sometido. Primero, el año pasado recibimos una rebaja de alrededor de 10 millones de pesos, o sea que comenzamos con déficit. Tuvimos que usar un millón y medio de pesos del presupuesto 2000 para pagar las becas de 1999. En tres oportunidades los becarios no pudieron cobrar, y no es que el Conicet retaceara los fondos, simplemente no los tenía. Eso crea mucho desaliento", le explicaba el matemático Pablo Jacovkis al diario La Nación al momento de presentar su renuncia como director del organismo.

Su dimisión derivó en una toma a la sede del Conicet por parte de los trabajadores. Los manifestantes llevaban carteles que rezaban: “Cuidado, científico argentino, especie en extinción”.

Premios y reconocimientos  

El fortalecimiento de la investigación local agrandó la vitrina de los trofeos. A fines de octubre, dos grupos de becarios de Conicet Rosario fueron premiados en la 11º edición del Concurso Nacional de Innovaciones INNOVAR, organizado por el Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación Productiva de la Nación. Los galardones fueron en la categoría "alimentos" (utilización de proteína de suero de leche para reducir la astringencia del vino tinto) y "fitomedicina" (obtención de fitoesteroles de alta pureza a partir de residuos de la producción de biodiesel).

En mayo, el investigador principal del Conicet en el Instituto de Biología Molecular y Celular de Rosario (IBR, Conicet UNR), Javier Palatnik, fue distinguido con el prestigioso Premio Houssay en el área de Química, Bioquímica y Biología Molecular por su descubrimiento: la regulación de la expresión génica mediante microARNs en plantas y el desarrollo de herramientas tecnológicas de importancia práctica para el estudio de ese material genético.

En 2014, el reconocimiento fue para Juan Manuel Debernardi (biotecnólogo) y María Eugenia Zaballa (química), pertenecientes al IBR-CONICET, quienes fueron distinguidos por el programa internacional de becas postdoctorales “Human Frontier Science” entre 747 aspirantes de todo mundo. Zaballa fue premiada por su investigación sobre la estructura-función en proteínas de cobre mediante Resonancia Magnética Nuclear, mientras que Debernardi por su trabajo en la relevancia  de ARN regulatorios en las plantas. 

En tanto, en 2013, los premiados fueron los científicos Néstor Carrillo, Teodoro Kaufman, Ernesto Mata, Alejandro Olivieri y Alejandro Vila, quienes recibieron los diplomas al mérito Konex en Ciencia y Tecnología, una de las distinciones más importantes del país que se realiza cada diez años

La queja salarial de los becarios

La disputa por mejores paritarias y la denuncia de precarización laboral también alcanzan al Conicet, El reclamo asoma como la única mancha en estos años de expansión. Los becarios admiten no desconocer el "crecimiento real" en términos de plantilla y financiamiento, pero aseguran que muchos de sus derechos laborales están siendo "avasallados". Se quejan por  la inadmisible política laboral del organismo signada, a su juicio, por "la ausencia de un ámbito de negociación en el cual poder acordar entre las partes un Convenio Colectivo de Trabajo que rija la actividad"

Según denuncian, los becarios hacen el mismo trabajo que un investigador principal pero sin gozar de derechos laborales como jubilación y aguinaldo, cuando además tienen una cláusula de exclusividad que les impide tener otro trabajo.

Lautaro Massa, personal del Conicet Santa Fe y delegado gremial de ATE, dijo que hoy en día el reclamo principal es por paritarias para lograr una mejora salarial. “Esto fue prometido por el ministro de Ciencia y Tecnología de la Nación, Lino Barañao, hace un año; y por el presidente del Conicet, Roberto Salvarezza, en mayo pasado. Nada avanzó" aseguró.

Fuente: Rosario Plus