28 de diciembre de 2015

Un artista rosarino que le pintó la cara a la ciudad más de una vez

Heredó la vocación por el arte de sus padres y se convirtió en un referente del arte urbano rosarino.

Nació artista y no podía ser de otra manera, ya que en su ADN prima el talento y el virtuosismo de sus padres, ambos licenciados en bellas artes. Con plena libertad para “ser”, y el respaldo para sentir el arte como una forma de vida Tomás Gómez, más conocido como Vualá es un referente del Street Artrosarino. Muchos espacios de la ciudad llevan su sello, como el exterior del pub Basquiat o la esquina de Av. Tres Vías y Alberdi.

Este joven muralista de 27 años, además de su trabajo callejero tiene un estudio donde también se desempeña como tatuador y realiza cuadros en lienzo. Si bien desde hace 12 años sale a pintar por ahí dandole vida a rincones abandonados, desde hace 4 estudia pintura al óleo de estilo barroco con el maestro Enzo Ivkovich.

“Comencé siendo autodidacta, fuí aprendiendo con el entorno de artistas callejeros con los que me rodeaba y ahora estoy estudiando pintura, algo que me ayudó muchísimo a mejorar y perfeccionar mi técnica”, explica Vualá en diálogo a punto biz.

Obras majestuosas que alcanzan hasta los 12 metros de largo por 7 de alto son las preferidas del artista, porque según cuenta implican un gran desafío y una destreza física de índole acrobática. Preferentemente de día y con todos los sentidos en alerta por si algún imprevisto interrumpe la performance los trabajos pueden llevarle dos largas jornadas hasta culminarlas.Y como él, muchos otros artistas, inclusive del exterior, eligen Rosario para embellecer la ciudad con sus graffitis y pintadas muchas de ellas solicitadas por los propios vecinos. 

“Quedé deslumbrado cuando de adolescente viajé a México, al DF y ví la cantidad de paredes pintadas. Sin embargo hoy ya no se puede hacer por el exceso y hasta podés tener consecuencias legales. Acá en cambio todavía hay muchos espacios disponibles y si bien es riesgoso porque en la calle quedás muy expuesto, es tan gratificante la sensación de salirse del lienzo para explayarse en una pared que vale la pena”, cierra Tomás.  

Fuente: Punto Biz