21 de julio de 2017

Rosario conmemora al Negro Fontanarrosa

“Fontanarrosa... el mayor de mis afectos”, exposición de 1.800 metros cuadrados con 5 grandes módulos y 10 dispositivos lúdicos, se inauguró ayer en el Galpón 13 de la Franja Joven del Río.

Parece que fue hace mucho menos, pero ya pasó una década desde que los rosarinos en general y los más cercanos en particular sufrimos la partida del humorista, escritor y dibujante Roberto Fontanarrosa, el mayor exponente de la cultura de la ciudad de Rosario en la segunda mitad del siglo pasado.

“Yo soy un dibujante correcto”, se definía el Negro con esa típica humildad de barrio, casi como a los jugadores cuando les preguntan sus características, pero en realidad era sincero porque él era mucho más que un humorista que escribía y dibujaba. Un creador capaz de generar y recrear los personajes, la situaciones y los climas de época que vivía o le hubiera gustado vivir, más que un típico dibujante e historietista.

Tipo rutinario como muchos, el Negro odiaba madrugar y recordaba que su primera esposa, Liliana, solamente lo había llamado dos veces antes de las 9 de la mañana: “Cuando recuperamos las Malvinas y cuando Maradona vino a Ñubel”, confió en otra entrevista, en La Capital de Rosario.

Claro, después Diego apenas jugó cuatro partidos con la camiseta rojinegra en los que ni siquiera pudo convertir un gol y se fue a los cuatro meses, antes de un amistoso contra Vasco da Gama en Mar del Plata. Fue en medio de uno de sus escándalos, que el Negro definió con maestría: “Es como si tu vecino más odiado se compra un Rolls Royce y no lo puede sacar de la cochera”.

Anfitrión de Joan Manuel Serrat, al que recibía en memorables asados con sus amigos de La Mesa de los Galanes de El Cairo, en su casa de Alberdi se reía solo de la anécdota del día que una nube de cronistas montaba guardia en la puerta, a la espera de la salida del “Nano” Serrat, contada por el Chueco Fernández, un amigo del fútbol del Club Universitario.

“Me acuerdo de que abrieron el portón de la cochera y salió un Mercedes Benz azul impresionante, con los vidrios polarizados, y todos los periodistas, fotógrafos y camarógrafos salieron corriendo como locos, detrás del auto del cantautor catalán. Y al ratito abrieron de nuevo el portón y salieron el Negro y el Nano en el Citroen verde de Fontanarrosa, cagándose de risa”.

Homenaje al maestro

“Fontanarrosa... el mayor de mis afectos”, exposición de 1.800 metros cuadrados con 5 grandes módulos y 10 dispositivos lúdicos se inauguró ayer en el Galpón 13 de la Franja Joven del Río (Parque Nacional a la Bandera, Rosario). Organizada por el Ministerio de Innovación y Cultura de la provincia y la Municipalidad de Rosario, se trata de una exposición interactiva que celebra la vida y la obra del entrañable escritor y dibujante rosarino.

Se puede visitar de miércoles a domingos de 14 a 19, y en agosto, los sábados y domingos, de 14 a 19, con entrada libre y gratuita.

En ese marco, habrá algunas actividades especiales. Ayer participaron doce dibujantes rosarinos que trabajaron en vivo: Max Cachimba, Flopa, Pablo Rodríguez Jáuregui, Alina Calzadilla, Manuel Aranda, Victoria Rodríguez, Luis Lleonart, Lucía Seisas, Gabriel Zappino, Martín Boc, Javier Armentano y Flor Balestra.

Hoy a las 18, será “La Mesa de los Galanes”, con la presencia de Ricardo Centurión, Pitu Fernández, Chelo Molina, Chiquito Martorel, Colorado Vázquez, Luis Castillo y quien se quiera sumar. Modera: Roberto Caferra.

El sábado 22, a las 16: Mesa de café con Rep, Tute, Ingrid Beck y Flor Balestra. Ese día, a las 18, será la presentación del libro reedición de la biografía oficial de Roberto Fontanarrosa, escrita por el periodista y escritor Horacio Vargas. Con la presencia de Gerardo Rozin, Reynaldo Sietecase, Pablo Feldman y Colorado Vázquez.

El sábado 5, a las 18: Mesa de café con la presencia de Crist, Hermenegildo Sábat, Chivo González, Daniel Divinsky y Rafael Ielpi.

  • Habrá charlas, dibujos en vivo y mesas de café. El humorista, escritor y dibujante fue el mayor exponente de la cultura de esa ciudad en la segunda mitad del siglo pasado.

 

Fuente: El Litoral