24 de julio de 2017

Brambilla: avances en la paleontología pampeana

El docente-investigador de la UNR comenta el descubrimiento de una nueva especie fósil de perezoso pampeano y distintos aspectos de la paleontología. Nuevas posibilidades para el desarrollo de esta disciplina en nuestra región.

Luciano Brambilla es licenciado en Biotecnología y doctor por la Universidad Nacional de Rosario (UNR). Desde su infancia tuvo pasión por la paleontología y están frescos los recuerdos de las visitas a los arroyos locales para recolectar objetos junto a sus amigos. El tiempo lo llevó a estudiar Biotecnología y doctorarse pero mientras desarrollaba su actividad científica, ese viejo gusto por la paleontología volvió con la fuerza de lo que apasiona. Si bien son dos disciplinas con sus propias realidades, su formación científica le permitió incursionar en el mundo de los fósiles con una metodología de trabajo que mostró sus frutos: el hallazgo de una nueva especie fósil a partir de un material recuperado por el Grupo Conservacionista de Fósiles de San Pedro.

 

¿En qué estás trabajando?

Estoy dedicado a un proyecto presentado a través de la Facultad de Cs. Exactas, Ingeniería y Agrimensura (UNR) referido al estudio de los perezosos fósiles terrestres del Pleistoceno en la región pampeana. Voy a los museos donde el material ya fue obtenido pero muchas veces no estudiado. Catalogo y analizo colecciones de museos pero el próximo paso es justamente poder hacer trabajo de campo. Organizar campañas que desde hace mucho tiempo no se realizan en Santa Fe, probablemente desde la época de Alfredo Castellanos, uno de los últimos que trabajó en la temática. Este trabajo implica revisar las colecciones y comenzar a comparar qué materiales hay y cómo reconocerlos. Una de las cosas que se ha hecho siempre es reconocer los materiales a través del cráneo.

 

¿El cráneo es una pieza clave en estas investigaciones?

El cráneo es muy diagnóstico. A partir de él y viendo sus características puedo diagnosticar que estoy frente a determinada especie. Pero, ¿qué pasa cuando no lo tengo? Cuando tengo un fémur, por ejemplo sin un cráneo asociado. Ahí se complica y es donde tenés que hacer el expertise de empezar a ver cómo son los fémures, cómo son las partes aisladas. Hay que estudiarlas anatómicamente pero también usando herramientas computacionales. Para construir esas herramientas computacionales hay que ir a las colecciones a ver cráneos y postcráneos, sobre todo cuando aparece un material nuevo.

 ¿Y cuando no tienen el cráneo completo?

El tema se complica cuando no tenemos el cráneo intacto si no un fragmento. En estos casos hay cuestiones muy particulares que no están estudiadas. Hoy te puedo decir que hemos avanzado en este conocimiento y a partir de un pequeño fragmento de cráneo podemos saber a que especie de perezoso corresponde.

 Contanos sobre los perezosos que estudiás.

Los perezosos del Pleistoceno constituyen un subgrupo perteneciente a un grupo mayor conocido como xenartros (formado por osos hormigueros, perezosos, armadillos y gliptodontes). Muchos de estos xenartros a su vez forman parte de lo que se conoce como la megafauna, animales que tenían alrededor o más de 1000 kilos.

 En la búsqueda de materiales, a través de distintos museos (Santa Fe, Córdoba, Entre Ríos, provincia de Buenos Aires, La Pampa), llegamos a San Pedro que tiene un museo muy bien conformado desde hace 14 años, y creado por el Grupo Conservacionista de Fósiles con 18 años de experiencia. Concerté una cita con ellos para ver los fósiles que tenían de perezosos.

 ¿Qué encontraste en el museo?

Tenían un cráneo en exposición de un perezoso indudablemente, enorme como nunca había visto. Sin haber todavía observado la forma en detalle, la impresión fue increíble. Lo visité más de una vez para tomar fotos y ahí comenzó la comparación con toda la base de datos que tenía. Buscamos si había materiales similares que pudieran representar a esa nueva especie pero no apareció nada. Porque todo lo que proviene de ese momento del tiempo geológico (conocido como Ensenadense) es bastante escaso. La mayoría de los materiales provienen de un período conocido como Lujanense y están más arriba en los sedimentos. El Lujanense es un período que comprende entre 120.000 y 8.000 años. El Ensenadense está muy abajo, se expone en pocos lugares y representa un tiempo mayor a 780.000 años. Corresponde desde el Pleistoceno inferior al medio. Este hallazgo corresponde al Pleistoceno medio ya que se encontró en el límite superior de la formación Ensenada. Entonces concluimos que este perezoso correspondía al Ensenadense y era distinto a los perezosos del Lujanense

¿Qué pasos se siguieron luego de la observación del cráneo?

Cuando encuentro este cráneo, que no pertenecía a lo conocido, comienza la investigación sobre este resto. O sea, ver qué lo diferencia de los otros, a quién se parece más y ver cuáles son las diferencias que lo hacen ser distinto. Eso se estudió anatómicamente y con análisis estadístico. Por ejemplo calculamos un estimador del largo total del cráneo ya que vimos que era mucho más largo que los demás y cuál era la probabilidad de que un cráneo de ese tamaño perteneciera a una determinada población. El resultado fue que ese cráneo no podía pertenecer a una población normal de las especies hasta ahora conocidas. Para estudiar la forma empleamos morfometría geométrica, o sea análisis computacionales para el estudio estadístico de las formas y determinar la probabilidad de que sean distintas o iguales a lo conocido. En definitiva, todavía sigue siendo un trabajo de un naturalista del siglo XIX pero con la ayuda de herramientas algo más avanzadas.

 ¿Que características tenía este nuevo perezoso?

El cráneo tiene unos 70 cm. En general las especies de perezosos terrestres oscilaban entre los 800 kg hasta probablemente 4-5 toneladas. La longitud de éste animal en particular estaba en los 3 m y la altura a la cruz oscilaba entre 1,40 y 1,60 m y pesaría unos 2500 kg. Eran enormes pero no sobrevivieron hasta el presente. Tienen poco que ver con los perezosos que hoy conocemos, de pequeño tamaño, arborícolas y que tenemos en las selvas de América del Sur e incluso en el norte de la Argentina.

 ¿Cómo era la fauna de nuestra región en este período?

América del Sur permaneció aislada durante más de 30 millones de años. Esto hizo que se generara una fauna totalmente única, endémica, que no estaba en otras partes del mundo. Recién hace 2,8 millones de años se une a Norteamérica. En ese momento otra fauna entra a América del Sur: por ejemplo el caballo, animales emparentados con los elefantes y carnívoros como los dientes de sable, entre otros. De acá hacia América del Norte pasa nuestra fauna autóctona, como los xenartros. No hay armadillos en otra región del mundo, son de América del Sur y también hay en Norteamérica porque salieron de acá. Armadillos, osos hormigueros, perezosos y gliptodontes se originaron en el momento en que América del Sur estuvo aislada. Se diversificaron y se generaron centenares de especies. En ese momento, cuando se unen las Américas, pasan algunos perezosos, los cuales allá se especian y conforman las especies típicas de Norteamérica que no las tenemos acá.

 ¿Cómo fue el proceso de extracción?

El cráneo se encontró a 18 m de profundidad. El grupo de San Pedro había hecho el hallazgo y nosotros lo estudiamos. San Pedro está junto al Paraná, con enormes barrancas de dónde extraen fósiles. También tienen canteras como la de Campo Spósito, zona declarada como yacimiento actualmente dedicado a la paleontología. En esas canteras hay perfiles de tierra a grandes profundidades, como los que pueden verse en la barrancas del Paraná. El hallazgo ocurrió durante el trabajo de extracción de tosca, cuando los trabajadores con las máquinas va retirando la tosca se encuentra con fósiles y le avisa al museo que va y los rescata.

El museo tiene una actividad muy importante y clave.

El museo está muy bien montado. Realizan difusión a los colegios, se dedican a mostrar la fauna del pasado y colaboran con la investigación científica. Hacen una tarea formidable. El museo es de gran importancia ya que así como este descubrimiento, han hallado materiales muy importantes.

¿El museo de San Pedro tiene una conexión fluida con los investigadores?

El grupo del museo trabaja en conexión con la gente que está investigando y el museo está abierto a todos ellos. Por ejemplo, había una especie (Glyptodon munizi) que no se sabía si era válida, y que de acuerdo a Ameghino lo era. Hace unos pocos años la gente del Museo de San Pedro sacó un ejemplar bastante completo. Gracias a esto y a algunos restos que hay en el museo de Mar del Plata se revalidó la especie, y se hizo una publicación donde se describe al organismo. El fósil está expuesto en el museo de San Pedro.

La historia del caballo representa un capítulo interesante también.

Se creía que había llegado a la región pampeana hace 120.000 años. Ahora la gente del museo encontró restos en una capa que fue datada hace poco con dos fechados, uno de 170.000 y otro de 200.000 años. Entonces, gracias a los restos de San Pedro sabemos que el caballo llegó acá, bajando de Norteamérica, hace 170.000 o 200.000 años. O sea al menos 50.000 años antes de lo que se creía. Esto no es menor. Siempre se ha usado al caballo como una fósil guía: cuando encuentro restos de caballo estoy como máximo en una antigüedad de 120.000 años. Ahora se sabe que si encuentro un caballo puedo estar en una antigüedad de unos 200.000 años. Aclaro que luego el caballo se extingue en esta zona hace 8.000-10.000 años, al igual que todo animal que tenía más de 200 kg aproximadamente. A modo de ejemplo el puma es una de los pocos organismos que sobrevivió, al igual que las llamas, algunos ciervos que también vinieron de Norteamérica. Se sabe que había humanos en la Argentina desde al menos 14.000 años.

 ¿Qué pioneros han trabajado en la zona de Santa Fe?

Acá tenemos a Alfredo Castellanos que era médico, profesor e investigador de la Universidad Nacional de Rosario. Hay muchos referentes que en aquella época se dedicaban a la paleontología. Hoy en día hay una escuela formal para ser paleontólogo, pero todos estos padres escasamente eran paleontólogos, podían ser médicos, biólogos, o naturalistas.

¿Dónde se estudia Paleontología en la Argentina?

Por la información que manejo, formalmente en varios lugares: en la Universidad de Buenos Aires y la Universidad Nacional de Río Negro (Lic. en Paleontología), en la Universidad Nacional de la Plata (Lic. en Biología con Orientación Paleontología) y en la Universidad Nacional de Córdoba (se estudia Paleontología dentro de la carrera de Cs. Geológicas)

Este hallazgo pone de manifiesto todo lo que hay para estudiar en nuestra zona.

Hay toda una Paleontología pampeana que es nuestra y que comprende a todos los organismos que poblaron nuestra región. Si vas al sur vas a estudiar en el orden de millones de años y en la región pampeana para ver los dinosaurios tenés que llegar a 500 m de profundidad. En la región pampeana y en San Pedro vas a encontrar animales de un millón de años al presente, cada lugar tiene su posibilidad particular de realizar Paleontología. La idea es empezar a generar Paleontología desde Santa Fe. Vamos a tratar de generar un grupo como lo tuvo Castellanos.

¿Presentaron esta nueva especie en reuniones científicas?

Hace poco presenté estos resultados, sobre los cuales ya hay consenso, en la Jornada Argentina de Paleontología de Vertebrados que se hizo en Santa Clara del Mar. Expuse el trabajo en una sesión oral. Hubo consenso general sobre el descubrimiento. El nombre que se le dará a esta nueva especie es Archaeomylodon sampedrinensis, ya que se encontró por primera vez en San Pedro.

¿Cuál es la legislación vigente con respecto al resguardo del patrimonio paleontológico en nuestro país?

Los fósiles deben estar depositados en colecciones públicas que tienen que ser abiertas y los materiales deben estar catalogados y correctamente cuidados. Hay cosas que están en los museos en Londres o en Francia, que se han llevado en otros momentos de la historia. Hoy el patrimonio está regulado por la Ley de Patrimonio Arqueológico y Paleontológico. Algunas provincias tienen leyes provinciales. En Santa Fe aplican la ley nacional. Otras provincias han hecho sus propias leyes o modifican la nacional. Está totalmente prohibida la venta, es un delito federal. La extracción tiene que ser a través de permisos. La exportación/importación está regulada y debe ser para fines científicos.

¿Qué se puede estudiar en Paleontología en Santa Fe?

Santa Fe es rica en fósiles en toda su extensión. Desde el Norte podemos contar el río Salado hasta el sur con el Arroyo del Medio, el cual presenta abundantes fósiles. También el arroyo Saladillo, el cual es un yacimiento muy importante. En todo curso de agua, en toda barranca que exponga los sedimentos antiguos existe la posibilidad de encontrar fósiles. Los jesuitas hicieron hallazgos en la estancia San Miguel del Carcarañá en el siglo XVIII, cerca de la región de S. Lorenzo. El Carcaraña tiene una gran riqueza de fósiles y expone sedimentos muy antiguos. Por ejemplo, el mismo Alfredo Castellanos generó una colección muy rica, también sacada del Carcarañá. Castellanos se dedicó mucho a los gliptodontes. Es muy citado y renombrado y tal vez hoy nosotros, por lo menos en Santa Fe, desconocemos su legado.

Entonces, la Paleontología está en Santa Fe desde los inicios de la historia argentina y particularmente trabajada en el río Carcarañá. Hoy estamos pasando de no haber estado realizando paleontología pampeana desde hace años a poder proyectar hacer paleontología molecular desde la UNR.

 

Fuente: Rosario3.com