3 de agosto de 2017

Un rosarino que toca en todo el mundo y da cátedra en EEUU

El reconocido pianista Hugo Goldenzweig regresa hoy a su ciudad natal para presentarse en el ECU. Es profesor en el Mannes College de Nueva York

Hugo Goldenzweig nació y empezó a formarse como pianista en Rosario, pero a los 24 años partió hacia Estados Unidos, donde logró hacer una carrera internacional. Desde hace tres décadas es director del departamento de piano en el Mannes College Of Music de Nueva York, uno de los tres colegios de música más prestigiosos del país del norte. Allí dicta las cátedras de Pedagogía Pianística, Estudios de Chopin y Música Pianística Argentina. En su larga trayectoria también dio más de mil conciertos en Estados Unidos, Argentina, México, Japón y España. Hoy Goldenzweig vuelve a visitar su ciudad natal para brindar un concierto de lujo, a las 19.30, en el ECU (San Martín 750). La entrada es gratuita. En el programa figuran obras de Brahms, Chopin, Granados y Schumann, y además se presentarán en primera audición dos obras del compositor israelí Naftali Schindler, que el pianista tocó en junio pasado en la misma tierra del compositor, cerca de Jerusalén.

"Ahora estoy haciendo una serie de primeras audiciones grandes de compositores de distintos países", explicó Goldenzweig a Escenario. "Recientemente fui invitado a tocar en Jerusalén y estrené la obra de Naftali Schindler, que estaba ahí mismo. El se basa en muchas tradiciones del mundo. Hay una obra muy famosa en el repertorio de piano y de orquesta que se llama «La tumba de Couperin». Couperin fue un compositor francés de la época barroca. Y Schindler escribió una obra que se llama «La tumba de...», así, con puntos suspensivos, porque hace referencia a varios compositores de distintas épocas. Es un homenaje hermoso, y por eso lo elegí", afirmó.

El pianista hizo sus primeros estudios en el Instituto Superior de Música de la Universidad de Rosario, donde fue alumno de Efraín Paesky. Ganó premios en varios concursos nacionales y después decidió viajar a Estados Unidos. "El mismo día que llegué a Nueva York sabía que no iba a volver", recordó entre risas. "Era demasiado tentador, había muchas oportunidades. Pero la escuela donde yo estudié, que es donde enseño, es una de las más prestigiosas. Después gradualmente fui necesitando más títulos y pasé a otra escuela de Nueva York, la Manhattan School Of Music, y luego hice el doctorado en la New York University. Siempre estuve buscando algo más para perfeccionarme", comentó.

Inquieto y estudioso, Goldenzweig siempre está atento a los compositores nuevos, aunque también aclaró: "Todas las obras que toco, aunque sean de Bach y tengan 300 años, o de Chopin y tengan 250, en algún momento fueron nuevas. Y yo las encaro así, no las veo cómo algo que ya pasó. Chopin, por ejemplo, escribió muchas obras, y las publicaba al mismo tiempo en Leipzig, Londres y París. A los pocos meses se agotaban las ediciones porque se vendían muchísimo. Entonces hacían otra edición, pero él hacía cambios. A veces hay seis o siete ediciones de Chopin mismo, con diferentes notas y diferentes indicaciones. Yo lo tomo como él era, un gran improvisador, entonces cuando toco sus obras me siento libre. Me resulta algo vivo, como si lo estuviera recibiendo por primera vez", se explayó.

Con respecto a los grandes compositores argentinos, el pianista destacó a Mario Davidovsky y Astor Piazzolla. "Recuerdo que hace muchos años vine a Rosario a tocar obras de Piazzolla a una sociedad de conciertos muy conservadora, el Pro Cultura Musical. A la gente no le gustaba Piazzolla en aquella época, pero resultó que toqué a Piazzolla y me pidieron más. Creo que puedo ayudar a la gente a sentir algo que todavía no les ha llegado al corazón. Yo lo siento primero y después lo trato de transmitir", reflexionó.

Recientemente Goldenzweig grabó un CD en vivo en Nueva York junto a su hermana, la violinista Ana María Goldenzweig. "Editar discos ya no resulta porque la gente no los compra", admitió el músico. "Yo pongo mis grabaciones en Internet, y la gente las baja de ahí. Internet es un medio fabuloso", aseguró.

 

Fuente: La Capital