18 de agosto de 2017

Pareja de emprendedores locales fabrica producto único en Argentina

Juegos artesanales para niños que estimulan la autonomía y la libertad

La pareja sostiene que con su trabajo intentan difundir valores como la confianza y el respeto, los cuales se estimulan más a través de la libertad y la actividad autónoma. La idea fue tomada de los estudios de Pikler, Montessori, y Rudolf Steiner. “Nuestros productos invitan a la tranquilidad, son confortables y cálidos y sobretodo no estimulan en exceso, por eso hacemos todo en madera clara sin mucho color y siempre utilizando materiales no tóxicos aptos para los niños. Tienen formas sencillas y comprensibles para todos los niños. Dan pie a múltiples propuestas y usos, se pueden transformar y dar lugar al juego simbólico y a la imaginación”, afirmaron los artesanos.

En cuanto a la tabla curva, consiste en una plancha de madera fabricada en forma artesanal con materiales naturales. Según explicaron desde Kaia, es propicia para el ejercicio físico, la concentración y principalmente la imaginación. Además mejora la estabilidad y el balance, gracias al trabajo conjunto de pies y piernas necesario para mantenerse sobre la plataforma. “Las actividades de equilibrio hacen que se entrenen ambos hemisferios cerebrales. Debido a este aumento en la actividad cerebral, la información aprendida se retiene más rápido y por más tiempo”, contaron. Luego, argumentaron que “cuanto menos estructurado es un juguete, más formas de jugar encuentran los niños con él”.

 

Entre los juegos y muebles que trabajan se destacan:

  • TORRE DE APRENDIZAJE: Inspirada en Montessori. Fomenta la autonomía. Y facilita la vida práctica. Motiva a los niños a ayudar en la cocina.
  • SILLA DE LAS 3 POSTURAS: Es la silla apropiada por sus múltiples funciones, desde diferentes alturas de asiento, ideal para el desarrollo psicomotriz desde los primeros momentos del gateo. Sirve para sentarse, mesita, apoyo para erguirse y comenzar a andar arrastrándola. Los chicos descubren sentarse en las diferentes medidas. Pueden explorar sus posibilidades de movimiento libre como subirse, bajarse y pasar de un lado a otro.
  • TRIANGULOS (FIJO Y PLEGABLE) con barras de madera para trepar. Inspirado en las propuestas pedagógicas de Emmi Pikler, permite que los niños trepen y empiecen a explorar y a coordinar sus movimientos tanto para subir como para bajar. Además se puede combinar con la rampa para crear una superficie que pueda subir o bajar con más facilidad. La rampa se puede colocar a 2 caras: cara lisa para deslizarse, cara escalonada para trepar. 
  • CONJUNTO DE CUBOS: Conjunto de estructuras que forman parte del laberinto, inspirada en las propuestas pedagógicas de Emmi Pikler, ideadas para facilitar el movimiento y la exploración corporal libre y segura de los más pequeños. El crecimiento psicomotriz toma impulso y los bebés muestran una gran satisfacción al comprobar sus capacidades motoras.
  • RAMPAS DE GATEO: Juguete de psicomotricidad que acompaña con calidad la etapa de gateo. Estimula la movilidad del niño, pueden subir y bajar con seguridad.

 

Un poco de historia…

Emmi Pikler (1902-1984), fue una importante pediatra húngara que dirigió el Instituto metodológico de educación y cuidados de la primera infancia de Budapest (conocido como Instituto Lóczy, hoy llamado Instituto Pikler), fundado para bebés que necesitaban cuidados prolongados lejos de sus familias. Creó un sistema educativo basado en el respeto al niño, en el cual el adulto adopta una actitud no intervencionista sino más bien de acompañamiento que favorece a su desarrollo.
“Es esencial que el niño descubra por sí mismo el máximo de cosas posibles, si lo ayudamos a solucionar sus tareas le quitamos justamente aquello que es lo más importante para su desarrollo mental. El niño que logra algo por medio de experimentos autónomos adquiere conocimientos completamente distintos a los de un niño al que se le ofrece previamente la solución"

La Dra. Pikler demuestra que el niño aprende a sentarse y a andar aunque no se le siente ni se le lleve de la mano. El desarrollo motor se produce de modo espontáneo, mediante su actividad autónoma, en función de la maduración orgánica y nerviosa. “Intentar enseñar a un niño algo que puede aprender por sí mismo no es tan sólo inútil sino también perjudicial”.

Al sentirse libre, el pequeño se muestra activo, interesado, serio en su juego, agradable en sus relaciones, ágil, diestro y preciso en sus movimientos sin esforzarse demasiado al hacerlos y relajado en su cuerpo; va aprendiendo con flexibilidad y con prudencia las sucesivas habilidades motoras con su propia acción y en los momentos que él elige. Los niños aprenden jugando, y es a través del juego que obtienen respuestas descubriendo obstáculos a superar. Es con el juego que va ampliando su motricidad y su desarrollo psicomotriz. Los niños que aprenden los nuevos movimientos por sí mismos tienen mejor equilibrio, mayor coordinación, mayor seguridad en sus actividades y por eso son menos propensos a sufrir accidentes. Asimismo, vivencian más "a fondo" el proceso de aprendizaje y tienen una mayor seguridad en sí mismos al ser conscientes de sus posibilidades o límites, adquiriendo así una mayor confianza en su capacidad de tomar decisiones. El desarrollo armónico de la lateralidad, el equilibrio y el movimiento solo puede estar asegurado cuando dejamos que estos maduren y se desarrollen a su propio ritmo, un ritmo que debe estar marcado por la iniciativa del infante y no por la del adulto. Es por eso que las edades aquí sugeridas para cada juego solo cumplen la función de guía o de referencia.

 

Fuente: ON24.com.ar