27 de abril de 2016

Una rosarina que une ciencia y arte

Luciana Paoletti es científica, una apasionada del arte y con su experiencia demuestra que no son campos incompatibles.

Entrevista original por Ana Paradiso (Conicet)

Luciana Paoletti es investigadora, asistente del Conicet en el Instituto de Biología Molecular y celular de Rosario (IBR, Conicet-UNR), docente en la cátedra de Microbiología en la Facultad de Ciencias Bioquímicas y Farmacéuticas (UNR) y en la Cátedra de Teoría del color de la Facultad de Humanidades y Artes.

Transitó estudios en simultáneo, doctorales en Microbiología y de grado en Bellas Artes. A lo largo del camino se animó a unirlos, y ahora realiza obras de arte a partir de técnicas científicas y disfruta de haber vinculado estos dos mundos, aparentemente incompatibles, el del arte y la ciencia. Luciana Paoletti cuenta cómo hizo este recorrido, en qué etapa se encuentra ahora, y habla sobre su participación en la Muestra del CCT en la apertura del Museo Gallardo.

Actualmente, Paoletti trabaja en el laboratorio de Biología molecular y celular de lípidos del IBR, que dirige la doctora Claudia Banchio. “El tema principal de investigación del grupo es la diferenciación neuronal y su relación con el contenido lipídico, cómo funcionan los lípidos bioactivos en la diferenciación neuronal y su posible relación con distintas patologías del ser humano”, cuenta.

Lo distintivo de Luciana es que es una apasionada del arte, una esfera que engloba a muchas disciplinas que a priori parecen ser incompatibles con el rígido discurso científico. “Durante mi doctorado, como becaria del CONICET, realizado en el área de Microbiología bajo la dirección del doctor Diego de Mendoza, comencé a involucrarme con el mundo invisible de las bacterias. Al mismo tiempo inicié mis actividades relacionadas con el campo artístico, estudié varios años la carrera de Bellas Artes en la Facultad de Humanidades de la UNR, y encontré un vínculo muy grande con lo que estaba viendo y haciendo en el laboratorio. Las imágenes científicas, desde siempre, se pueden mirar como trabajos artísticos, pero no lo son, esto es así porque quienes las hacen no las piensan como una obra de arte, sino como el resultado de una experimentación. Actualmente hay un gran desarrollo de actividades interdisciplinarias que fusionan arte y ciencia, pero en general es un artista el que se contacta con un científico y le encarga ciertos trabajos”, comenta. “En mi caso, me gusta el hecho de contar con las herramientas y protocolos científicos, y poder pensar el resultado de un experimento como obra de arte. Me seduce tener el poder de ser la artista que diseña el proyecto y también la científica que lo lleva a cabo, para poder modificar los protocolos según el tipo de obra o proyecto”, aclara en torno a la correspondencia que encontró entre arte y ciencia.

Paolotti describe el funcionamiento y aplicación de una de estas herramientas que meciona, que uso en uno de los festejos de cumpleaños. “En un inicio lo que hacía, que en realidad sigo haciendo, era mostrar “lo invisible” de determinados eventos. Por ejemplo, tengo registradas las bacterias que estaban en mi fiesta de cumpleaños del 2009. Apliqué protocolos de microbiología para aislar microorganismos, fotografiarlos, y después tomar esas imágenes como las fotos típicas de cualquier cumpleaños. También recorrí paisajes y capturaré de ellos lo invisible, resultando en nuevos paisajes que nadie puede ver a simple vista”, precisó y continuó: “cuando los microorganismos crecen en placas, pueden observarse, y tienen colores y formas de crecimiento que son propios de cada especie. A partir de estas características en un nuevo proyecto utilicé a los microorganismos como pigmentos sobre soportes con nutrientes. Primero estudié como crecían, armé bocetos y después llevé a cabo los dibujos usando las bacterias y hongos como pigmentos”

La investigadora participó en la organización y selección de obras de la muestra del CCT Rosario en el Museo Provincial de Ciencias Naturales “Dr. Angel Gallardo”. Al respecto, cuenta que la exposición consiste en una serie de imágenes que son “habituales” para un científico, mas no para el público en general. “La mayoría de las investigaciones que se desarrollan en Rosario y en el país son financiadas con subsidios nacionales, de manera que todos tienen derecho de disfrutar de estas imágenes y de interiorizarse de lo que se está haciendo, no sólo de lo que termina saliendo en un diario porque es un gran descubrimiento, sino también los pequeños avances, y al quehacer científico en general”, plantea. “Realmente son imágenes muy bellas, y que las personas puedan tener acceso a esto, me parece algo maravilloso, y un vínculo directo a las diferentes temáticas que se desarrollan en los institutos de CONICET de Rosario y la zona”, puntualiza.

Actualmente, se encuentra trabajando enfocada en el “quehacer científico” y piensa en “volver atrás” para utilizar técnicas como a microscopía para realizar trabajos artísticos.

Fuente: Conicet Rosario

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