25 de mayo de 2016
Tres rosarinos brillaron en un mundial de programación en Tailandia
Pablo Zimmerman, Mariano Crosetti y Martín Villagra de la Licenciatura en Ciencias de la Computación de la Facultad de Ciencias Exactas se ubicaron primeros entre los países latinoamericanos y en el puesto 32 del ranking general. La actividad reunió a 128 equipos de todo el mundo.
Nota original: Victoria Arrabal
Los estudiantes, que representaron al país en el certamen de programación más prestigioso a nivel mundial, resultaron
ganadores de la región Latinoamérica. A esta prueba sólo llegan los mejores 128 equipos del mundo, tras superar exámenes entre más de 40 mil estudiantes de 2.700 universidades.
El grupo, integrado por Mariano Crosetti, Martín Villagra, Pablo Zimmermann y el coach Leopoldo Taravilse, de la Licenciatura en Ciencias de la Computación de la Facultad de Ciencias Exactas, viene entrenando desde hace meses en busca de un lugar destacado en el podio. En setiembre pasado se realizó el Torneo Argentino de Programación en nueve sedes del país y el equipo de la UNR llamado "Caloventor en dos" obtuvo el primer lugar, superando al de la UBA que históricamente lideró la región.
En la instancia Latinoamericana los mismos estudiantes obtuvieron el primer puesto en la sede de Sudamérica Sur, luego de competir con otros universitarios de Argentina, Bolivia, Chile, Perú, Paraguay y Uruguay. De esta manera, clasificaron junto a los alumnos de la UBA para participar de la Competencia Mundial en Tailandia del 15 al 20 de mayo. Finalmente el grupo local quedó primero entre los 17 equipos de Latinoamérica y en el
puesto 32 sobre los 128 competidores del mundo.La competencia
La ACM International Collegiate Programming Contest es una competición anual de programación patrocinada por IBM donde participan grupos de universidades de todo el mundo. La competición tiene distintas fases clasificatorias, en algunas universidades se desarrollan instancias de competencia locales, que son opcionales, y luego pueden participar un máximo de cuatro equipos por universidad en la fase regional.
Consiste en proponer soluciones y escribir programas que superen ciertas pruebas, a las que se les asigna un puntaje. De esta manera apunta a promover la creatividad, la innovación y el trabajo en equipo para el desarrollo de nuevos programas de computación, permitiendo a los alumnos poner a prueba su habilidad para actuar bajo presión. Se plantean alrededor de diez problemas que deben resolverse en cinco horas con una computadora por equipo, resultando ganador aquel que soluciona más problemas en menos tiempo.
En los últimos 18 años, los equipos de programadores nacionales se clasificaron en la regional sudamericana entre los primeros puestos. El año pasado el mismo grupo de la Universidad Nacional de Rosario participó de la gran final, que tuvo lugar en Marruecos.
Tradicionalmente dominadas por estudiantes de Rusia y de China, los ganadores del mundial de programación, aparte de un premio de US$ 10 mil, logran un prestigio profesional que encamina sus carreras académicas. Además, esa visibilidad y el prestigio de los finalistas se extiende a las universidades de donde provienen los participantes.
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