28 de diciembre de 2016

Rosario, al otro lado del río

Después de embarcar cerca del Monumento a la Bandera, 15 minutos de navegación llevan hasta las playas del Banquito de San Andrés. Es una larga franja de arena aislada, un lugar único para disfrutar del sol junto a paradores que ofrecen platos, tragos y buena música.

A sólo 3 horas de Capital Federal y 4 horas de la ciudad de Córdoba, siempre por autopista, Rosario da acceso a playas que invitan a disfrutar a pleno del sol junto al Paraná. Entre otras opciones hay que conocer El Banquito de San Andrés, donde se combinan la tranquilidad de una franja de arena aislada al otro lado del río con servicios que permiten almorzar o tomar un trago en un lugar único.

Para llegar a El Banquito basta embarcar en la Estación Fluvial, a pasos del Monumento a la Bandera. El cruce demora sólo 15 minutos y da acceso a una isla agreste con distintos paradores sobre una larga costa de arena, ideal para pasar el día mientras la ciudad queda lejos, recortada sobre el horizonte.

Hay buena extensión de playa cerca de los paradores, donde se concentran servicios y actividades. Con un estilo rústico e isleño, los paradores ofrecen minutas y comidas rápidas, algunos tienen carnes y pescados a la parrilla, y en general no faltan jugos, licuados, tragos y cervezas. Todo se acompaña con música, actividades como fútbol y voley en la arena, deportes náuticos y alquiler de sombrillas y reposeras.

Junto a los muelles para desembarcar, tres paradores centralizan la oferta de servicios:

- Deja Vú se alza con el deck más grande y la mayor capacidad de cubiertos, unas 200 personas. Además de una buena parte techada, el deck tiene una terraza elevada que ofrece las mejores vistas panorámicas de la playa. Para el almuerzo, además de sandwiches y hamburguesas  y ensaladas de frutas, sirve la especialidad regional: pescado de río. El sabor del pescado fresco, sin espinas, es ideal para degustar en el ambiente isleño. Recomendable el pacú o la boga despinada a la parrilla, la boga al chimichurri o al limón y el vacío con guarnición de verdeo, pimientos multicolor y papas españolas . Además ya son clásicos de temporada el sandwich de bondiola o de vacío  y las picadas. Pequeñas golondrinas suelen aparecer silenciosamente en los alrededores de las mesas, acompañando las distendidas tardes de la naturaleza isleña.

Siguiendo el rumbo de la corriente se encuentra el parador Sudestada. Tiene un deck con mesas y sillones para unas 50 personas. Puede decirse que se diferencia de Deja Vú proponiendo una onda joven, con barra de tragos, licuados , cervezas  y buena música. Entre los tragos sale mucho el Daikiri y el Mojito de medio litro. Para almorzar sirven sandwiches, ensaladas y algunos platos calientes.  Alrededor hay un buen espacio de sombra entre los árboles, no sólo para apartarse por un rato del sol sino, también, para la opción de contar con parrillero, mesas, sillas y duchas.

- El tercer clásico es Vladimir, el parador más antiguo. Está en la parte alta de un amplio sector de arena, ofreciendo un local de forma hexagonal donde pueden pedirse distintas opciones de sandwichería, desde superpanchos  hasta especialidades como el sandwich de lomo Vladimir . Para la tarde salen mucho los licuados y las aguas saborizadas. Un dato significativo de la movida turística en estas playas es que puede verse un pizarrón con el menú en inglés. En el área de playa se dispone de cancha de beach voley, ducha al aire libre y alquiler de sombrillas y reposeras.

A lo largo de la playa siguen otros servicios que renuevan propuestas y actividades cada verano, incluso en la punta norte los amantes del kitesurf practican y toman clases de este deporte.

Fuente: Rosario Turismo

Fotos Isla (7687 Kb)

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