18 de enero de 2017

La primer casa de dos pisos de Rosario

Ubicada frente a la Plaza 25 de Mayo, fue testigo de los inicios de la historia de la ciudad.

Arq. Ricardo F. Miranda

La casa de Matías Nicolorich en calle Santa Fe entre Laprida y Buenos Aires es considerada la primer casa de dos pisos de Rosario. El primer álbum de fotos de la ciudad fue confeccionado por el fotógrafo alemán George Alfeld. En él se puede apreciar, en una vista de la calle Santa Fe del año 1866, la casa de dos plantas.

¿Quién fue Matias Nicolorich?

Matías Nicolorich nació en el año 1780 en la localidad de Bol, isla de Brach, en la costa Dálmata, por entonces protectorado de la República de Venecia, hoy Croacia.

Llegó joven a Rosario, donde dejó innumerables testimonios de una vida intensa. Casado tres veces con rosarinas, tuvo una numerosa descendencia. Fue juez de paz y comandante militar y se le deben importantes mejoras a la entonces incipiente villa.

Dos de sus nietas nos han dejado valiosos relatos familiares en donde se lo evoca, ricos testimonios por la visión que nos ofrecen de la vida y las costumbres de la villa en la primera mitad del siglo XIX: Domitila Ferrer de Alonso en sus apuntes "Recuerdos de familia", y Elvira Aldao de Díaz en su libro "Recuerdos de Antaño".

A los siete años, Matías se escondió en un bergantín en el puerto de Trieste, lugar al que regresó después de diez años de recorrer el mundo. Habiendo heredado el barco al morir su capitán, partió rumbo a América, residiendo primero en Buenos Aires.

Llegado al Rosario alrededor de los años 1812-1813, se casó el 22 de septiembre de 1814 con la criolla María Luisa de la Sienra y Morcillo Bailador. Por ese entonces, la población de la villa era de tan solo 756 habitantes, distribuidos en 15 manzanas, las calles en general no tenían nombre y los pobladores habitaban en ranchos de paja. Con la venta del barco, Matías compró un terreno contiguo al de su suegro y allí edificó su primera casa, en la que nacieron cinco de sus hijos. La construyó "como veinte metros adentro, una enorme cocina y un comedor. Dentro del comedor había una escalera para subir al altillo, que fue el dormitorio; tenía dos ventanitas bajas y anchas al norte y cuatro michinales al sur, para hacer fuego por ellos en caso de invasión de indios o de los porteños".

En el padrón de 1820, de las 164 casas existentes, la de Matías Nicolorich era la segunda mejor valuada, con una indemnización de 541 pesos y 4 reales. Decidido a visitar a su madre, vendió todo para viajar con su familia a Europa, pero ante la noticia de que Brasil estaba en guerra, suspendió la partida y alquiló dos ranchos en la esquina de Rioja y Buenos Aires, frente sudeste, donde nació otra de sus hijas.

Al tiempo, Matías compró ese terreno, donde luego funcionó la Jefatura Política, en la esquina de Buenos Aires y Córdoba y edificó su segunda vivienda. Allí tuvo otra hija.

La tercera casa de Matías, y la más conocida, fue la de Santa Fe entre Comercio (hoy Laprida) y Buenos Aires. Al vender la segunda construyó esta, sobre la calle y con balcones. En 1830, Matías compró a Josefa Cardozo y al albacea de Magdalena Basualdo dos lotes contiguos y edificados con frente a la calle Santa Fe y cuyos fondos llegaban hasta la barranca del río. Estos terrenos pertenecieron anteriormente a Martín Cardozo, quien en 1761 se los comprara a Santiago Montenegro. Al oeste lindaban con la propiedad de Joaquín de Ibarlucea, con quien Matías firmó a fin de ese mismo año lo que se conoce como el primer convenio de medianería de la ciudad, cuyo texto decía: "Digo yo Matías Nicolorich, que don Joaquín de Ibarlucea, me ha dejado cargar sobre el mojinete de su casa, que linda por el oeste de mi edificio, obligándome yo por esta gracia, que me hace dicho señor, a levantar de ladrillo la pared divisoria, desde su cocina hasta la conclusión de su fondo, hasta la altura que corresponda a la seguridad de cada uno..."

En sus Anales, Eudoro y Gabriel Carrasco cuentan que por 1842, en el Rosario las casas de azotea no superaban las 40, el resto eran ranchos con techos de paja. La cuadra de la calle Santa Fe era una de las pocas totalmente construída, las demás presentaban numerosos terrenos desocupados.

Las fotografías del álbum de G. Alfeld de 1866 dan fiel testimonio de las casas de toda la cuadra. La de Matías, entre la de Correa y la de Ibarlucea, a pesar de sus dos pisos no se diferencia en altura de sus vecinas. Sí se distingue por sus dos balcones en la planta alta. Dice Elvira Aldao de Díaz en su libro “Recuerdos de antaño”: "Mi abuelo hizo construir en el Rosario la primera casa de dos pisos, tan baja que parecía de uno. Quienes pasaban a caballo podían cortar los claveles que su hija Santos criaba en sus balcones. Tenía al frente un zaguán, cocina, comedor, cuarto para los negros y el salón para la tienda de su esposa. En la planta alta, tres dormitorios y la despensa, unidos por un corredor.

En esta casa un rayo fulminó a María Luisa, su mujer. Una centella cayó en el frente, rompió la puerta del balcón, atravesó el entrepiso y llegó al comedor, donde estalló.

Al poco tiempo se casó con una hermana de ella, Inés, quien murió súbitamente sin dejarle descendencia. Cuenta Domitila Ferrer de Alonso que Inés vivía con una profunda culpa por haberse casado con quien fuera el marido de su hermana y que un día subiendo las escaleras enredó su pelo en la baranda, y creyendo que era el espíritu de su hermana quien la agarraba, cayó muerta en el acto.

La tercera esposa de Matías fue Dolores Moreno. Con la familia que formó con ella y los hijos solteros de su primer matrimonio vivieron en la casa de la calle Santa Fe, hasta que un hecho político los obligó a dejarla. Siendo comandante militar, el 7 de octubre de 1841, Matías se negó junto con el cura párroco a que el retrato de Rosas precediera la procesión de la Virgen del Rosario. Perseguido por tal proceder debió huir rumbo a las islas. Dolores con sus hijos partió a Santa Fe, de donde volvió a Rosario después de cinco años. Se les confiscaron todos sus bienes: la casa, la estancia, los esclavos y el ganado. Matías logró regresar sólo tras la caída de Rosas en la batalla de Caseros. Recuperó la casa y el campo y con la venta de éste construyó "dos casitas de un estilo muy moderno" en la calle San Luis entre Aduana (Maipú) y Puerto (San Martín).

Camilo Aldao y la casa de calle Santa Fe

Matías vivió hasta los 82 años. Falleció en Buenos Aires el 22 de octubre de 1862 en casa de unos de sus yernos, José María Cullen, donde residía. Camilo Aldao, marido de su hija Inés, demolió la casa de la calle Santa Fe y construyó en el mismo solar la residencia de su familia. Su hija Elvira recuerda el miedo que en esa casa ella le tenía a la sala de confianza, diciendo, "en el ángulo de la izquierda, entre la chimenea y la primera puerta del balcón, una centella fulminó a mi abuela materna, y yo pensaba que si aquella casa enana, a pesar de sus dos pisos...había atraído un rayo, la nuestra, tan alta, lo atraería con mayor razón".

La casa de Camilo Aldao también fue demolida y en su lugar Máximo Uranga construyó su residencia, obra del arquitecto Juan B. Durand, luego sede del Consejo de Ingenieros.

 

Imágenes César Arfeliz (343 Kb)

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