9 de mayo de 2018

“El ruido de rotas cadenas”: a propósito del día del Himno Nacional

La Asamblea General Constituyente de 1813 aprobó el 11 de mayo de ese año el Himno Nacional Argentino, como la única canción oficial de las Provincias Unidas del Río de la Plata. El Himno fue obra de Vicente López y Planes y Blas Parera. Se entonó por primera vez en la casa de Mariquita Sánchez de Thompson.

 Por Miguel Ángel De Marco (h) 

 

Así sucedió

No habían transcurrido cinco meses de la creación de la escarapela y la bandera nacional, teniendo a Rosario como cuna en febrero de 1812, cuando el gobierno patrio solicitó al

Cabildo de la ciudad de Buenos Aires que compusiera una marcha patria que obligatoriamente se ejecutara con anterioridad a la realización de los espectáculos públicos y al inicio de las clases escolares. El excelso valor supremo de la “libertad” debía guiar a los compositores, generando un respeto tal que fuera escuchado de pie, y a cabeza descubierta.

La tarea de escribir su letra le correspondió a Vicente López y Planes, de 28 años de edad, quien había participado en la defensa de su Buenos Aires natal durante las Invasiones Inglesas, integrando el cuerpo de Patricios. En 1809 viajó a Chuquisaca, en el Alto Perú, para estudiar Derecho en su prestigiosa universidad. Al estallar un año más tarde la Revolución de Mayo actuó como secretario auditor en la primera expedición del gobierno patrio al interior. Fue secretario del Triunvirato y en 1813 asumió como diputado en la Asamblea Constituyente que se reunió con el objetivo de afianzar la marcha de la revolución. Junto a fray Cayetano Rodríguez se le encomendó presentar una canción popular “que alentara la bravura de las tropas y mantuviese vivo en el corazón de los ciudadanos el entusiasmo de la libertad”.

Según confesó Vicente López y Planes en vano pidió inspiración a las musas. Los ensayos no terminaban de convencerlo. En su opinión los versos no lograban el acento viril de la epopeya revolucionaria, que contaba ya con el triunfo de las tropas patriotas comandadas por el general Manuel Belgrano en la batalla de Tucumán y Salta, y por San Martín en San Lorenzo, entre otros episodios notables.

Cuenta la tradición que estando ya descorazonado por no haber podido cumplir su cometido buscó distracción en la Casa de Comedias, y en el segundo acto de una representación abandonó la sala con el rostro resplandeciente y emocionado, había encontrado la idea que buscaba. Al llegar a su casa, prendió el velón sobre una pequeña mesa, donde habría escrito las octavas del Himno Argentino, que presentó el 11 de mayo a la Asamblea. Siendo examinada por sus pares, la declararon solemnemente “la única marcha patriótica”.

Otra versión indica que, habiendo asistido Vicente López, en su cargo de secretario del Triunvirato y Censor Oficial, a la conmemoración del segundo aniversario de la Revolución de Mayo, en 1812, presenció el estreno de una obra sobre aquella gesta con la música Blas Parera. Vicente López habría quedado tan favorablemente impresionado de dichos acordes que se sintió motivado a promover la creación de un himno que fuera una herramienta para difundir las ideas revolucionarias. Cuando la mencionada Asamblea del Año 13, que él integraba como diputado aprobó su poema como marcha patriótica solicitó a Parera le permitiera usar la música de su autoría que había escuchado meses antes y que le habría servido de inspiración. Este se negó. Los motivos: Era español y la letra del poema de López era de un fervor combatiente contra sus propias raíces. Se desconoce por lo tanto si el uso de su composición para el que sería el Himno de los Argentinos fue compulsivo o voluntario. Lo fehacientemente comprobado es que cuando el gobierno argentino dispuso, en 1816, que todos los extranjeros se nacionalizaran argentinos, Parera se negó y por eso en 1818 volvió a España, donde fue sometido a interrogatorios y luego se le permitió radicarse en su pueblito natal. 

Con mayor vehemencia que “La Marsellesa”, el himno francés creado veinte años antes, la letra del Himno Argentino comenzaba con un llamado al mundo “Oíd ¡mortales! el grito sagrado: ¡Libertad, Libertad, Libertad!”, “Oíd el ruido de rotas cadenas: Ved en trono a la noble Igualdad”. “Se levanta la faz de la tierra Una nueva y gloriosa Nación: Coronada su sien de laureles Y a sus plantas rendido un León Sean eternos los laureles Que supimos conseguir. Coronados de gloria vivamos O juremos con gloria morir”.

Cuando Vicente López escribió “Oíd el ruido de rotas cadenas”, faltaba aun un camino de tres años para la Declaración de la Independencia en el Congreso de Tucumán.

 El himno explica cuál debía ser el siguiente paso en apenas liberados de las cadenas: llegar a la noble igualdad. Pocas aspiraciones más nobles, por su humanidad, que la de igualdad de oportunidades y posibilidades.

 Una lectura profunda sobre la letra original del Himno Nacional de 1813 como documento histórico permite recrear con fidelidad el pensamiento revolucionario, su contexto, e interpretación de aquellos días. Permite explicar la severidad de aquel escrito donde se enfatiza en la sanguinaria represión ejecutada por los realistas en México, Caracas, Quito, La Paz, Cochabamba y Potosí pero también las victorias, San José, San Lorenzo, Suipacha, las Piedras, Tucumán y Salta.  Por lo tanto, el himno entonado en la casa de Mariquita Sánchez de Thompson, era también un relato inflamado de fervor militante, sublime e inquietante ya que se trataba de un final abierto.

La principal novedad del “Himno”, como bien lo señala un estudio de Daisy Rípodas Ardanaz, es que piensa a “América como un todo” y se reconoce la existencia del “pueblo argentino”, al que se le da entidad propia, distinta a los extranjeros.

Asimismo, siguiendo a Rípodas Ardanaz, se valida como aspiraciones de ese “pueblo argentino”, además del ya indicado elemento de la libertad igualdad, otro sumamente necesario: el reconocimiento de una identidad propia que era al mismo tiempo cosmopolita.

Con la colaboración de Esteban de Luca dieron forma final a la obra y el músico Blas Parera compuso el ritmo de marcha solicitado.Este último había nacido, como se dijo, en España y radicado en Buenos Aires en 1797 intervino, al igual que López y Planes, en la defensa y reconquista de esta ciudad contra los invasores ingleses. En 1817 regresaría a su patria.

El Himno Nacional se cantó por primera vez en la casa de Mariquita Sánchez de Thompson el 14 de mayo de 1813.Era la esposa de Martín Jacobo Thompson, tenía 26 años y una enorme simpatía. Ella fue quien interpretó las primeras estrofas del Himno.

Sin embargo, se entonaría recién públicamente en un teatro el 25 de mayo siguiente, en una función de gala en conmemoración de la fecha patria.

Y la Patria de la mano de aquel sector revolucionario avanzó en 1813 mucho más que nadie en la Emancipación de los pueblos dominados y no sólo por las ligazones políticas sino por las económicas y sociales, cuando la Asamblea Nacional de ese año declaró “la Libertad de Vientres”.

En 1813 se la conoció como “Marcha Patriótica” después “Canción Patriótica Nacional”, y luego “Canción Patriótica”. En 1847 una partitura lo bautizó como “Himno Nacional Argentino”, denominación que recibe hasta hoy.

Extraviada la partitura original de Blas Parera, el gobierno nacional encargó al músico Juan Pedro Esnaola que realizara algunos arreglos del que se venía utilizando en base a la práctica y costumbre. Su versión del Himno Nacional de 1860 fue aceptada oficialmente por el Poder Ejecutivo recién el 25 de septiembre de 1928.

 

 Vicente López y Planes (1785-1856)

 

El poeta y político Vicente López y Planes nació en Buenos Aires. Su nombre está vinculado a los hechos más salientes de la historia argentina. Participó activamente en la Revolución de Mayo de 1810. Escribió numerosas poesías patrióticas. Ocupó diversos cargos públicos: secretario del Primer Triunvirato y Censor Oficial, diputado en la Asamblea General de 1813, presidente provisorio luego de la renuncia de Bernardino Rivadavia, ministro de Dorrego y gobernador provisorio de la provincia de Buenos Aires después de la caída de Rosas. Luchó además en las Invasiones Inglesas. Su principal obra es el Himno de Mayo, convertido en Himno Nacional Argentino. Murió en su ciudad natal.

 

Así quedó

            En el inicio del siglo XX las relaciones con España se encontraban en una etapa de concordia y los inmigrantes provenientes de dicho país representaban un altísimo porcentaje de sus habitantes, que intervenían en los más variados aspectos de la vida del país: el comercio, la industria, la cultura, la sociedad, en el ejercicio de las profesiones, etc. Docentes de la madre patria se desempeñaban en altos cargos relacionados con la enseñanza, en las direcciones de los colegios, y al frente de las aulas, a la que asistían miles de hijos de españoles.

Es por eso por lo que el 30 de marzo de 1900, durante la segunda presidencia de Julio A. Roca, se sancionó un decreto para qué en las festividades oficiales o públicas, así como en los colegios o escuelas del estado, sólo se cantara la primera y la última cuarteta y el coro de la canción sancionada por la Asamblea General del 11 de mayo de 1813. El texto dice así “Que, sin producir alteraciones en el texto del Himno Nacional, hay en él  estrofas que responden perfectamente al concepto que universalmente tienen las naciones respecto de sus himnos en tiempo de paz y que armonizan con la tranquilidad y la dignidad de millares de españoles que comparten nuestra existencia, las que pueden y deben preferirse para ser cantadas en las festividades oficiales, por cuanto respetan las tradiciones  y la ley sin ofensa de nadie, el  presidente de la República, en acuerdo de ministros decreta: Artículo 1º.  En las fiestas oficiales o públicas, así como en los colegios y escuelas del Estado, sólo se cantarán la primera y la última cuarteta y coro de la canción nacional sancionada por la Asamblea General el 11 de mayo de 1813”. 

 

 

Marcha Patriótica                                       Himno Nacional Argentino

(Versión original)                                            (Versión que se canta actualmente)

Letra: Vicente López y Planes                         Letra: Vicente López y Planes

Música: Blas Parera                                         Música: Blas Parera

 

 

Coro                                                              

    Oid Mortales, el grito sagrado:

Sean eternos los laureles                                ¡Libertad!¡Libertad!¡libertad!

que supimos conseguir:                                  ¡Oid el ruido de rotas cadenas:

Coronados de gloria vivamos                       ved del trono a la noble igualdad!

  • juremos con gloria morir.  

                                                                      Ya su trono dignísimo abrieron

Oid ¡mortales! El grito sagrado:                    las provincias unidas del Sud,

¡Libertad, libertad, libertad!                          y los libres del mundo responden

Oíd el ruido de rotas cadenas:                     ¡Al gran Pueblo Argentino salud!

Ved en trono a la noble igualdad.

                                Coro

Se levanta a la faz de la tierra                        Sean eternos los laureles

una nueva y gloriosa Nación:                       que supimos conseguir:

Coronada su sien de laureles                         coronados de gloria vivamos

y a su planta rendido un león.                        o juremos con gloria morir.

 

De los nuevos campeones los rostros

Marte mismo parece animar;

la grandeza se anida en sus pechos,

a su marcha todo hacen temblar.

 

Se conmueven del Inca las tumbas

Y en sus huesos revive el ardor.

Lo que ve renovando a sus hijos

de la Patria el antiguo esplendor.

 

                Coro

 

Pero sierras y muros se sienten

retumbar con horrible fragor:

Todo el país se conturba con gritos

de venganza, de guerra y furor.

 

En los fieros tiranos la envidia

escupió su pestífera hiel

su estandarte sangriento levantan

provocando a la lid más cruel.

 

                Coro

 

¿No los veis sobre Méjico y Quito

arrojarse con saña tenaz?

¿Y cuál lloran bañados en sangre

Potosí, Cochabamba y la Paz?

¿No los veis sobre el triste Caracas

luto y llanto y muerte esparcir?

¿No los veis devorando cual fieras

todo pueblo que logran rendir?

 

                 Coro

 

A vosotros se atreve ¡Argentinos!

El orgullo del vil invasor,

Vuestros campos ya pisa contando

Tantas glorias hollar vencedor.

 

Mas los bravos que unidos juraron

su feliz libertad sostener.

A esos tigres sedientos de sangre

fuertes pechos sabrán oponer.

 

                Coro

 

El valiente argentino a las armas

corre ardiendo con brío y valor,

el clarín de la guerra cual trueno

en los campos del Sud resonó;

Buenos Aires se pone a la frente

de los pueblos de la ínclita Unión,

y con brazos robustos desgarran

al ibérico altivo León.

 

                Coro

 

San José, San Lorenzo, Suipacha,

Ambas Piedras, Salta y Tucumán,

La colonia y las mismas murallas

del tirano en la banda oriental;

son letreros eternos que dicen:

“Aquí el brazo argentino triunfó”.

“Aquí el fiero opresor de la patria

su cerviz orgullosa dobló”.

 

                Coro

 

La victoria al guerrero argentino

Con sus alas brillantes cubrió,

y azorado a su vista el tirano

Con infamia a la fuga se dio;

sus banderas, sus armas se rinden

por trofeos a la Libertad.

Y sobre alas de gloria alza el pueblo 

trono digno a su majestad.

 

                 Coro

 

Desde un polo hasta el otro resuena

de la fama el sonoro clarín.

Y de América el nombre enseñado,

les repite ¡mortales! Oíd:

¡Ya su trono dignísimo abrieron

las Provincias Unidas del Sud!

Y los libres del mundo responden:

¡Al gran pueblo Argentino, Salud!                                      

                                                                                              

 

 

 

 

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