19 de junio de 2019

Historia sobre el diseño original de la bandera

La enseña nacional nació el 27 de febrero de 1812 y hasta el día de hoy existen algunas hipótesis sin respuesta sobre su cómo era y qué cambios sufrió hasta conocer la bandera celeste y blanca con el sol en el medio que flamea en los corazones de todos los argentinos

 Por Miguel Carrillo Bascary*

 

La bandera argentina nació el 27 de febrero de 1812 en el poblado de la Capilla del Rosario, que con el tiempo se desarrolló hasta convertirse en la ciudad de Rosario. En el sitio preciso del acontecimiento, se levanta hoy el Monumento Nacional a la Bandera, que se inauguró en el año 1957 como recuerdo de su creación y primer izamiento. Fueron testigos de aquél momento inolvidable, el pueblo rosarino y los efectivos militares bajo comando del entonces coronel Manuel Belgrano.

Mucho se ha escrito al respecto, pero lo que más concentra la atención es el debate sobre el diseño de esa bandera. El Prócer dejó escrito qué se basó en los colores de la escarapela, pero subsiste la duda sobre la forma en que estaban dispuestos. Coinciden los historiadores en que el blanco predominaba sobre el celeste, bien porque estuviera en primera posición o por tener una mayor proporción respecto del celeste.

¿Cómo fue nuestra primera bandera, la izada en Rosario el 27 de febrero de 1812?

 

Cuatro las posibilidades que plantean los estudiosos, según se expresa en las siguientes imágenes:

La teoría que sugirió Mitre en1858. Se basa en la leyenda de que Belgrano se inspiró en las nubes y el cielo para componer la primera bandera. La historiografía oficial la consagró a través del sistema escolar y se impuso como verdad dogmática durante muchas décadas. Carece de pruebas documentales. Diversas fuentes indican que el diseño de tres franjas se comenzó a usar aisladamente en 1813; fue el que oficializó el Congreso de Tucumán (julio de 1816). Dos años más tarde se le colocó el Sol, este es el diseño oficial actual de la Bandera argentina.

 


La tesis de Mario Belgrano Vega difundida desde1927 (Figura 2). Este académico, descendiente directo del Prócer, señaló que la primera bandera tuvo dos paños horizontales, blanco arriba y celeste abajo. Se funda en el informe de Belgrano al Triunvirato donde explicó que hizo la bandera “conforme a los colores de la escarapela nacional”; su diseño surge de desplegar materialmente la primera escarapela (que tenía centro celeste y corona blanca). La hipótesis cuenta en su favor con un verdadero documento pictórico, el retrato del Prócer, que posó ante el artista Francoise Carbonnier (Londres, 1815). Allí, siguiendo los cánones de la composición pictórica entonces vigentes, se retrataba al protagonista junto a un elemento que lo identificara. En este caso vemos a Belgrano con señorial atavío de la época y en una ventana, a su lado, ejecutada con una precisión de miniaturista, se despliega una escena de batalla en la que destacan dos banderas de franjas horizontales, la superior blanca y la inferior celeste. Se entiende que Belgrano instruyó al artista sobre ello, lo que daría certeza a la hipótesis que es la que cuenta con mayor apoyo histórico y es hoy la que sostiene el Instituto Nacional Belgraniano.

Además, otras banderas de la época tenían similar composición, entre ellas la del Ejército de los Andes; una litografía elaborada según las indicaciones de Alvarez Condarco, colaborador de San Martín, conocido por su prodigiosa memoria visual (Londres, 1819) indica que tuvo similar disposición, aunque se le incorporó un escudo.

 

El parecer de Félix Chaparro datado en1940. Interpreta en solitario que constaba de una mitad blanca y otra celeste, en vertical; pero no aporta fundamentos verificables. En una publicación posterior (1957), adhirió al criterio de Mario Belgrano sin explicar su cambio de opinión.

 

La interpretación de Augusto Fernández Díaz en1957. Considera que la bandera primigenia tenía una franja blanca, la central celeste y otra blanca; sería una de las cuatro descubiertas en 1885 en la capilla de Titiri (Macha, Bolivia), validando el parecer del sacerdote que las halló, quién entendió que se habrían ocultado luego de la derrota de Ayohuma (14 de noviembre de 1813); hoy se encuentra en el museo “Casa de la Libertad” (Sucre). La idea de este autor tuvo importante divulgación y, básicamente plantea una teoría conspirativa que procuraría ocultar cuál fue la composición original de nuestra bandera. No hay circunstancias que certifiquen su validez; el relato se cuestiona porque para llevar las banderas desde el campo de batalla hasta Titiri hubiera sido necesario atravesar las líneas enemigas, lo que no resulta lógico. La principal objeción a Fernández Díaz surge del propio Belgrano que en su “Proclama a los pueblos del Alto Perú” (Tucumán, 25 de febrero, 1814) escribió: “He depositado en sus manos [se refiere a las San Martín] la Bandera del Ejército que en medio de tantos peligros he conservado, y no dudéis que tremolará sobre las más altas cumbres de los Andes”. En consecuencia, si al iniciarse el año 1814 Belgrano disponía de la “bandera del Ejército”, que había conservado tras su derrota, mal podía haberla hecho ocultar en la capilla de Titiri en diciembre de 1813.

 

 

 *Director del Programa Rosario cuna de la Bandera – Sec. De Gobierno, Munic. De Rosario

 

 

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