31 de octubre de 2018

La restauración del mástil de la sede del Jockey Club de Rosario

Tras varios proyectos, el edificio se terminó en 1915. El mástil hizo por años las veces de pararrayos. En 2017 se intervino la fachada de la sede y también la estructura de mástil. La historia un edificio emblemático de Rosario

 Por:  Arq. Ricardo F. Miranda

La sede social del Jockey Club de Rosario fue proyectada por el arquitecto francés Eduardo Le Monnier. El lote en el que se edificó había sido adquirido por el club en 1908 a la sociedad Enrique Blyth y Cía. y había pertenecido al doctor Estanislao Zeballos y su familia. Se eligió un terreno en esquina, sobre la calle Córdoba y a una cuadra de la plaza que nucleaba la Iglesia Catedral, la Jefatura Política y la Municipalidad. El proyecto de 1910 del intendente Daniel Infante para la apertura de la Avenida Central, que vincularía la plaza 25 de mayo con el Parque Independencia afectaba el terreno adquirido. Hasta 1913, año en que el plan de Infante quedó sin efecto, las autoridades del club no pudieron avanzar en la concreciónde la nueva sede, y hasta se plantearon la posibilidad de cambiar de terreno.

Le Monnier tenía  instalado su estudio en la ciudad de Buenos Aires, donde residía. La casi totalidad de su producción en Rosario ya se había edificado para cuando el club le encargó su proyecto. Había ejecutado con anterioridad, reformas a la ferretería de Chiesa Hermanos, en San Lorenzo 1046; el edificio de oficinas en altura para la Sociedad de Ahorro Mutuo La Bola de Nieve, en la esquina de Córdoba y Laprida; en calle Corrientes al 300, para la firma “Castagnino, Sanguinetti y Cía., proyectó un edificio que combinaba locales de negocios en planta baja con viviendas en planta alta; para la Sociedad Puerto Rosario, un edificio de oficinas en la Avenida Belgrano 1051-55; la residencia de Antonio Chiesa en la esquina de San Lorenzo y Entre Ríos; para el Sr. Antonio  Castagnino, el edificio de departamentos de Córdoba esquina Mitre; y cuatro casas de renta para José Arijón en Laprida 1791.

 

La construcción de varias de sus obras fue ejecutada por la empresa del ticinense Alexander Máspoli. Fue con él con quien Le Monnier se asoció para la presentación de los primeros anteproyectos para el Jockey.

Finalmente, en 1913 el Club le encargó sólo a Le Monnier la ejecución de los planos definitivos. Las obras se iniciaron el 24 de diciembre de ese año y se terminaron en 1915. En los primeros meses de 1916, el Jockey Club se trasladó a su nueva sede.

En todos sus anteproyectos, el arquitecto había tenido en cuenta la altura del edificio, que lo convertía en una silueta singular dentro del casco urbano, y había valorado su cercanía con el río y en consecuencia las vistas que desde allí se tendrían. Así lo manifestaba al describir su último proyecto, cuando decía que desde la azotea “se dominaría todo Rosario y el magnífico Paraná”.

El arquitecto le dio a la ochava una solución que se alejó de convencionales propuestas arquitectónicas y creó una torre que se va despegando en altura del resto del edificio, ornamentada con grandes modillones a la manera del castillo de Chambord en el valle del Loire, o de la Iglesia de Santa María de la Salute, en Venecia, y que remata con linterna y mástil, accesible por una estrecha escalera caracol interna. El mástil hizo por años las veces de pararrayos. En el nivel de la terraza está la cocina, pensada para servir a todo el edificio a través de montaplatos. A su vez, permite que en los meses de verano la azotea se utilice como un agradable comedor nocturno.

En 2017 las autoridades del Club decidieron intervenir la fachada, con trabajos de consolidación y reposición de piezas ornamentales y molduras, y limpieza e impermeabilización de las superficies.

Para ello, y bajo la dirección de la licenciada María Eugenia Prece, se encaró una limpieza criogénica, a base de hielo seco. Este efectivo sistema evitó el daño de las superficies que hubiesen provocado los procedimientos que utilizan arena o agua a presión.

Cuando se llegó a trabajar en la zona de la torre debió verificarse el estado estructural del mástil. Para ello, se realizaron ensayos no invasivos que permitieron conocer interiormente su anclaje y las condiciones en que se encontraba. Habiéndose comprobado a través de estos estudios que era necesario reforzar su estructura, se contrató el cálculo del encamisado que necesitaba su base, teniendo en cuenta para ello su peso propio, el efecto del viento y el peso de la bandera.

El crecimiento en altura de toda la ciudad hizo que el pararrayos dejara de cumplir con su función. Así, su terminación en tridente pudo eliminarse, evitando que la bandera se enrede. En el pasado, en más de una oportunidad debió recurrirse al auxilio de los bomberos con sus escaleras para poder retirarla.

Quedan obras por efectuar, como son el arreglo de la escalinata de ingreso, la limpieza de los bronces, la pintura de la herrería y la del basamento sobre ambas calles. Le Monnier había proyectado para la terminación de dicho basamento la utilización de piedra  de Euville, la misma  que fue empleada en la Opera Garnier de París. Durante el transcurso de la edificación del edificio, y por propuesta de su proyectista, se eliminó el uso de la piedra de Euville y se reinvirtió el importe de su costo en la mejora de los estucos interiores.

El lunes 24 septiembre de este año, en conmemoración de un nuevo aniversario de la fundación del Jockey Club de Rosario, sus directivos organizaron en la Sede Social de Maipú esquina Córdoba una charla informativa sobre los trabajos de restauración encarados.

El edificio de la sede social del Jockey Club de Rosario mantiene como desde hace 118 años su impronta impactante en la ciudad.

 

160831_jcr_3085__1_.jpg (226 Kb)

Ingresa o Regístrate gratuitamente para suscribirte a las novedades.