14 de abril de 2020
Los empleados voluntarios, una pieza clave en la elaboración de insumos
La empresa Industria Argentina de la Indumentaria SA, dueñas de las marcas Huapi y Tannery, comenzó a elaborar batas y barbijos con insumos provistos por la Municipalidad de Rosario, para abastecer al sistema de salud. Ad honorem, veintiseis hombres y mujeres trabajan todos los días para completar esta cadena solidaria.
Comienzan a ser innumerables las empresas en la ciudad de Rosario que aportan recursos para la elaboración de materiales para combatir la Covid-19. Una de ellas es Industria Argentina de la Indumentaria SA, dueñas de las marcas Huapi y Tannery, que mediante el abastecimiento de tela friselina por parte de la Secretaría de Producción local, comenzaron a producir batas y barbijos.
A las acciones solidarias de las empresas, más el acompañamiento del estado y la disposición del espacio para llevar adelante estos actos, se suma el accionar de los empleados que de manera voluntaria acceden a la conclusión de esta cadena de elaboración.
“Un domingo recibí un mensaje del encargado de la empresa diciendo que querían colaborar y hacer esta donación. Nos comunicaban que si queríamos nos podíamos postular, que no era obligación”, detalla Alejandra, una de las empleadas.
Siendo además la delegada, se contactó con las demás compañeras recibiendo la aceptación de la mayoría de ellas. “Nos gustó la idea, somos muy unidas y el hecho de colaborar en representación de la empresa nos entusiasmó”, comentaba.
Empezamos siendo 15 empleados, hoy ya somos veintiseis. Muchos están desde hace 20 años. “Pasamos cosas graves como el año 1989 y el 2001, pero la empresa siempre nos respondió y nos parecía algo muy lindo trabajar en representación de ellos, más aún en carácter solidario”, sostiene Alejandra.
De lunes a viernes trabajan ocho horas sin una obligación de cantidad de producción. Pero ellos mismos se propusieron producir alrededor de 2000 barbijos y 200 batas diarias.
“A muchos también nos sirve para despejar la mente y dejar de estar tan asustados. Tomamos todos los recaudos correspondientes, pero es importante afrontar esta realidad colaborando desde donde cada uno puede”, destacan las empleadas, que desde el primero de abril comenzaron con este trabajo voluntario sin fines de lucro.
Por Matías Zupel - Fundación Rosario
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