6 de enero de 2016

Vanguardia biotecnológica

Indear, una iniciativa conjunta de Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (CONICET) y Bioceres, ha desarrollado tecnología que coloca al país y a la región en un sitio destacado en el mundo de los desarrollos de biotecnología agropecuaria.

Indear  es una empresa de servicios de investigación y desarrollo lanzada en el año 2004, resultante de una alianza estratégica con el Consejo Nacional de Investigaciones Científicas  Tecnológicas (CONICET) y la empresa Bioceres. Esta institución hoy cuenta con más de 100 científicos dedicados a las ciencias de la vida que han producido avances más que significativos en el sector agropecuario.

En la actualidad, esta compañía considerada la más avanzada plataforma de biotecnología agrícola disponible en Latinoamérica y, gracias a su trabajo de investigación en un evento biotecnológico de vanguardia como fue el desarrollo de la soja resistente a la sequía, Argentina se constituyó en el sexto país del mundo, junto a Brasil, Cuba, Indonesia, China y Estados Unidos, en producir este tipo de tecnología.

Fue en octubre de 2015 que la entonces presidenta de la Nación, Cristina Fernández de Kirchner, anunció la aprobación final, por parte del Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria (SENASA) dependiente del Ministerio de Agricultura, Ganadería y Pesca, de este evento biotecnológico desarrollado por científicos del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (CONICET) para su comercialización en el mercado. En abril de ese año había recibido la aprobación por parte de la Comisión Nacional Asesora de Biotecnología Agropecuaria (CONABIA), también dependiente de la cartera de Agricultura.

Cabe destacar que, según las leyes vigentes, las especies transformadas genéticamente deben ser aprobadas tanto por la CONABIA, organismo que certifica que las modificaciones genéticas introducidas no impactan negativamente en el ambiente, como por el SENASA, que avala que los cultivos no ponen en riesgo la salud humana o animal y que poseen las mismas características nutricionales que la especie sin modificar.

La investigación sobre la modificación genética de la soja fue llevada a cabo por un grupo de investigadores liderado por la Dra. Raquel Chan en el Instituto de Agrobiotecnología del Litoral, dependiente del CONICET, y la Universidad Nacional del Litoral (UNL) de la provincia de Santa Fe. El equipo trabajó a partir del aislamiento y la caracterización de un gen de girasol (HAHB-4) relacionado a la respuesta natural de la planta ante factores climáticos y condiciones de suelo. A través de la inserción de ese gen en la soja, se logró aumentar las capacidades de la planta para tolerar condiciones de estrés como la sequía y la salinidad de los suelos. A raíz de esta modificación se puede dar un aumento de los rindes de entre el 10% y el 100% dependiendo del tipo de cultivo, la calidad del mismo y el lugar donde se produzca, así como también de los factores climáticos.

La patente de este descubrimiento es propiedad conjunta del Estado nacional a través de la titularidad del CONICET y la UNL y la licencia de uso y explotación fue otorgada por 20 años a  Bioceres. Es así como las instituciones mencionadas recibirán un porcentaje por cada semilla vendida en concepto de regalías.

Fuente:

Bioceres

PARA DESCARGAR EL INFORME COMPLETO INGRESAR CON EL USUARIO O SUSCRIBIRSE

INFORME COMPLETO_VANGUARDIA BIOTECNOLÓGICA (31 Kb) Fotos Bioceres_PH Bioceres (9883 Kb)

Ingresa o Regístrate gratuitamente para suscribirte a las novedades.