18 de junio de 2019

Biblioteca Vigil relanzó histórica colección con libros de rosarinas

Los trabajos poéticos “Cauce”, de Natalia Massei y “Formas de ordenar el ruido”, de Rosario Spina continúan la prestigiosa colección Alfa

Cauce, de Natalia Massei y Formas de ordenar el ruido, de Rosario Spina, son los nuevos libros de poesía de la histórica colección Alfa de la Editorial Biblioteca de la Vigil. Formas de ordenar el ruido es la primera publicación de Rosario y Cauce el primer libro de poesía de Natalia. Cada una vivió de manera muy personal y distinta la producción de sus libros.

Rosario dice que el libro no empezó como libro, sino que fueron poemas que escribió  durante varios años. Cuando Carolina Musa (directora de la colección) le preguntó si tenía algún material para publicar, Rosario reunió estas poesías y fue en ese momento donde se dio cuenta que había temáticas que se repetían. Por eso el libro se conforma en dos partes: una que son los orígenes de su escritura y cómo se encontró con la poesía, y la otra, sobre la maternidad. Para Natalia, en cambio, fue diferente. Este libro es producto de un momento y de una experiencia, no es un libro que se fue gestando de a poco. Según la escritora, Cauce apareció como conjunto desde el principio. La primera parte del poemario lo escribió de un tirón durante varios días seguidos, y luego empezó a corregir. Carolina fue quien le dijo que el libro necesitaba una segunda parte, que escribió también de un tirón. El libro es una construcción imaginaria que sucede en el río Paraná, también con dos partes bien marcadas: en la primera, hay un punto de observación que es prácticamente fijo y la segunda es más experiencial. El libro está construido a partir de la observación y después de un trabajo de imaginación sobre eso.

Pulso secreto de un lugar
Carolina Musa viene pensando desde hace tiempo, en lo que llama, “ese objeto raro medio dislocado que es casi siempre un libro de poesía”. Para la directora de la colección son dos libros muy diferentes en su forma de escritura, pero a la vez atravesados por ciertas pulsiones de género y generacionales. Ella cree que los libros de poesía son poco funcionales en los estantes, predispuestos desde su misma confección al desorden y a la confusión. “Me encanta eso. Porque creo que hay algo en la poesía que puede marcar el pulso secreto de un lugar, lo no autorizado”, dice. “En el caso de estos primeros dos libros, ya había leído material de Natalia y de Rosario y especialmente les pedí los textos para esta colección. Soy editora de infantiles desde hace tiempo, es difícil a veces explicar el trabajo de edición, es una especie de visión, un rayo que te atraviesa cuando leés un texto y pensás que sería un acto de justicia que más gente lo lea”, señala Carolina.

Trabajo colectivo
Tanto Cauce como Formas de ordenar el ruido son libros-objeto, realizados de manera artesanal, uno por uno. “Las tapas están serigrafiadas y los libros están cosidos a mano. Son muchas las razones para hacerlos de esta forma y no son sólo estéticas. Primero está la textura del libro: lo tocás y es ya una experiencia de los sentidos. Pero además quisimos recuperar un espacio y el momento del trabajo colectivo, donde es necesario sentarse alrededor de una mesa a coser, refilar, compaginar, en el hacer artesanal hay también otro valor puesto sobre los vínculos y el trabajo colectivo”, explica Musa. Rosario Spina menciona la cuestión disruptiva de estos dos libros. “Además del valor agregado de lo artesanal, donde lo guardes, en la misma biblioteca, o donde los apoyes, son libros que rompen en lo estético. Al tener un formato distinto, porque son apaisados, tienen la costura a mano. Es muy interesante el trabajo a nivel objeto y edición”.

Continuidad de los libros
Los libros se presentaron juntos en la Biblioteca Vigil, y para ambas, publicar en un lugar y un edificio con tanta historia militante fue muy importante. Massei comenta que tal vez suena un poco pretencioso pero en ese momento ella sintió que era meterse en la historia de Rosario. “Además en una historia que fue truncada, de militancia y resistencia, de producción cultural potente, que fue interrumpida. Simbólicamente es muy fuerte que la colección se relance y que los números de serie de estos nuevos libros sean doce y trece, es decir, que se continúen desde el momento en que se interrumpió. Esta Colección Alfa no arranca desde el número uno sino que se inscribe en una continuidad pero en un momento diferente”, comenta Natalia.

La colección se relanza con las voces de dos poetas mujeres, siendo un hecho significativo en la historia de esta colección. En relación a esto, Spina menciona: “Que se relance con dos mujeres, es un gesto muy potente. En la colección solo había una mujer y era la única entre diez autores varones. También es cierto que la directora de la colección es mujer, y elige para relanzar esta colección a dos mujeres”.

Entre ellas se generó un sentimiento de sororidad especial, porque cada uno de los libros tiene su impronta pero van hermanados para todos lados. Y eso también amplió el espectro, ya que se va armando un circuito de lectoras, con el apoyo de otras escritoras.

Con otras y desde otras
“En el libro La doble voz, de Alicia Genovese, ella se pregunta desde dónde escribe una mujer. Ella dice que las mujeres escribimos con otras, desde otras, un sujeto enlazado a otro sujeto. Para mí fue muy llamativo, y lo pienso en relación al título de mi libro que dialoga con el verso de una poesía de Paula Fierro. Ahora creo que no sólo nos leen los demás, sino que nos leemos entre nosotras. Y esto me parece súper valioso”, dice Spina.

Natalia Massei agrega: “Hay una idea que me gusta mucho, que se la robo a Walter Benjamin, que dice que no sólo hay que buscar lo que dice el texto, cómo el texto interviene con el contenido en relación a su época, sino cómo el texto se coloca de cara a las relaciones de producción cultural de su época. Entonces estos textos no son de contenido feminista necesariamente, aunque puede haber aristas, por ejemplo en el de Rosario la cuestión de la maternidad está en el centro y ésa es una cuestión que toca a las mujeres, en el mío, si hay algunas cuestiones, son muy sutiles, pero sí entra como en una red de producción diferente en ese sentido, con una directora de colección, empezando a ocupar otros espacios y después retroalimentarlos. Ser productoras y no sólo escribir sobre, sino ser productoras y generar redes, y esto me parece muy potente”.

Fuente: El Ciudadano