23 de junio de 2020

Los rosarinos olímpicos y paralímpicos salen a la pista

La campeona olímpica Yani Martínez, su compañero Brian Impellizzeri y el entrenador de ambos, Martín Arroyo, fueron los primeros en moverse.

Les llegó el turno. Y el lunes los abarcará a todos. Desde esta semana los olímpicos y paralímpicos santafesinos, o con posibilidades de serlo en Tokio 2020, pueden entrenarse. Algunos ya venían haciéndolo en una semana muy positiva para ellos en este sentido, pero ahora el visto bueno es para todos. Los nadadores representaban algo así como la última escalada de habilitados (faltan los deportes de conjunto, aunque por aquí hay pocos con chances olímpicas) por los riesgos que conlleva tirarse a una pileta en el medio de una pandemia como es la del Covid-19. Pero lo harán. Como tanto lo esperaban. Con la secretaria de Deportes de la provincia a la cabeza, Claudia Giaccone, el aval del Ministerio de Desarrollo Social a cargo de Danilo Capitani y el visto bueno definitivo del Ministerio de Salud hubo semáforo verde para ellos el viernes. Los chicos entrenarán en la pileta del club Provincial y se tirarán al agua luego de que el atletismo haya inaugurado la vuelta junto con la campeona olímpica Yanina Martínez el miércoles y tras el vóley playa el jueves. En total serán ocho residentes en Rosario y dos más de Santa Fe, que se trasladarán a la ciudad.

Desde que la Jefatura de Gabinete de la Nación expidiera el DNU que habilitó a los atletas olímpicos a entrenar y exceptuarse de la cuarentena (el 12/6), hubo mucha tela que cortar. Y mucho por hacer. Abrir las puertas a los entrenamientos del alto rendimiento para quienes deberían o podrían competir el año que viene en la mayor cita del deporte mundial (Tokio 2020 se hará en 2021, justamente por la pandemia) no era sencillo. Había que analizar cada caso en particular, diseñar y aprobar protocolos y medidas. Que Santa Fe sea una provincia prácticamente sin circulación comunitaria achica riesgos, pero no los borra. En este sentido, dar el ok y equivocarse en el apuro podría hacer pesar una responsabilidad inmensa en los encargados de dar la habilitación. Por eso las salidas recreativas aprobadas para la población en general fueron un parámetro a considerar y por eso después los pasos fueron conjuntos: Secretaría de Deportes, Ministerio de Desarrollo Social, Ministerio de Salud e incluso con el propio gobernador Omar Perotti. Todos mancomunados con las respectivas áreas en el municipio de Rosario, los organismos nacionales y las mismísimas federaciones y asociaciones.

En este sentido, la primera en salir a las pistas (nunca mejor usada la metáfora, ya que la pista es su lugar) fue la campeona paralímpica en Río de Janeiro 2016 Yanina Martínez (parálisis cerebral), quien pisó la cinta asfáltica del estadio Jorge Newbery el miércoles. Ese día la velocista que ya tiene pasaje a Tokio 2020 hizo su primera aparición tras el confinamiento obligatorio junto a su compañero Brian Impellizzeri (velocidad y salto), ambos con el entrenador Martín Arroyo. Justamente Martín había alzado la voz ante la inminente posibilidad poniendo paños fríos y priorizando el cuidado de los atletas por encima de una semana más o menos de entrenamiento. El parate, más allá de algún entrenamiento casero, volvió a foja cero la preparación de todos, por eso se estima que recién en 8 ó 10 semanas los chicos alcanzarán cierta “normalidad”. El miércoles se encontraron con un raro y solitario silencio en el estadio, pero felices de volver a entrenar al aire libre. Si bien Yanina y Brian Impellizzeri tenían los protocolos en manos hacía varias jornadas, no se les confirmó la posibilidad de volver hasta último momento, para evitarles ansiedad. Con el visto bueno consumado, las caras de alivio fueron las conocidas.

El caso de los deportistas de pileta representaba no sólo el mayor riesgo sino también el principal esfuerzo económico. Por ambas razones, el pulgar arriba para ellos demoró algo más. Pero entre dirigentes deportivos, funcionarios y referentes, la paciencia tomó forma. El club Provincial pondrá en funcionamiento el natatorio, los chicos respetarán estrictos protocolos (incluso permanecerán las lonas algo levantadas para que corra aire) y la provincia se hará cargo del costo que ello implica. No hay que dejar de tener en cuenta la crisis profunda que atraviesan los clubes por tener que permanecer cerrados durante meses. La búsqueda no fue sencilla, debía abarcarlos a todos y finalmente se concretó. Así, podrán tirarse al agua, cada uno con su turno y distanciamiento entre sí, los nadadores Federico Grabich y Gabriel Morelli (convencionales); Facundo Arregui, Pipo Carlomagno y Anabel Moro (paralímpicos); Camila Arregui, Trinidad López Brasesco, Luisina Causi (natación artística); Julia Arino y Romina Imwinkelried (aguas abiertas). Morelli es de San Justo e Imwinkelried, de Esperanza, pero vendrán a Rosario a entrenarse por la imposibilidad de que se les habilite una pileta para ellos en sus lugares.

A su vez, el jueves puso primera el vóley playa. En Rosario está el Centro de Alto Rendimiento de este deporte, en La Florida, y allí tomó contacto con la arena y la pelota Nicolás Capogrosso, dupla Nº 1 del país junto a Julián Azaad, la pareja albiceleste con mejores posibilidades de llegar a Tokio. Sin embargo, en principio Julián practica en su Cerrito natal y a Nico lo “ayuda” su hermano, con quien convive y es jugador de vóley indoor. Los otros puntos de entrenamiento de esta disciplina y de acuerdo a los atletas involucrados con la chance olímpica son Tunuyán (Mendoza), Mar Del Plata (Buenos Aires) y Santa Fe capital.

De los atletas citados en esta nota sólo tienen asegurada la clasificación Yanina Martínez y Pipo Carlomagno. En principio se especuló con que el DNU nacional les diera la posibilidad de entrenar a los olímpicos y a los atletas con posibilidades de serlo. Expresamente se publicó “olímpicos”, pero tanto en el Centro Nacional de Alto Rendimiento Deportivo (Cenard) de Buenos Aires, como en otros puntos del país también obtuvieron el permiso aquellos con posibilidades de clasificar. Como se dijo también más arriba, en el caso de Santa Fe no sólo influyó para bien dicho DNU sino también la no circulación comunitaria (salvo algunas localidades). Otras dos rosarinas están clasificadas a los Juegos: la campeona olímpica Cecilia Carranza Saroli, quien junto a Santiago Lange alcanzó la gloria máxima en Río 2016, en Nacra 17, y Nadia Podoroska en singles de tenis. Cecilia vive en Buenos Aires y está entrenando con Lange en el Club Náutico San Isidro (se fueron a armar el barco a la mañana siguiente del DNU) y Nadia, campeona panamericana 2019, se encuentra en España, donde reside.

En la pista o en el agua. En tierra o en arena, los olímpicos o atletas con chances de serlo están nuevamente en carrera.