19 de enero de 2021

Desde Rosario, esta empresa argentina creó una "vacuna" natural para los cultivos

Se trata de Terragene, una compañía que exporta el 95% de su producción de controles biológicos de esterilización. Ahora invirtieron US$ 4,5 millones en este desarrollo que puede reemplazar a los agroquímicos.

Esteban Lombardía y Adrián Rovetto se conocieron cuando estaban haciendo un Doctorado en Ciencias Biológicas en Rosario y, casi por casualidad, crearon su propia compañía. Una enfermera del sistema de salud municipal de la ciudad les explicó la necesidad de un producto especial que utilizaban, muy costoso e importado, y se propusieron desarrollarlo por su cuenta. Se trataba de controles biológicos de esterilización y fue el puntapié inicial de lo que hoy es Terragene. “Es un sistema, un reactivo biológico que se coloca en los procesos de esterilización. En este caso, es lo que acompaña el control de reprocesamiento de los materiales que van al quirófano. Los productos de Terragene tienen que ver con garantizar que el procesamiento de materiales sea llevado a cabo de manera segura”, explica Lombardía.  

El proyecto, asegura Lombardía, empezó “muy a pulmón”. Pero al poco tiempo se dieron cuenta que una de las claves para crecer estaba en la internacionalización de la compañía. Con solo dos competidores a nivel mundial, el mundo era un cliente perfecto. Hoy, la compañía exporta el 95% de su producción a 75 países, tiene filiales en China, México y Estados Unidos, y emplea más de 320 personas. Si bien los primeros mercados internacionales fueron en Europa, hoy ya tienen consolidados otros como China y apuntan a seguir creciendo en los Estados Unidos, donde cuentan con 30 productos certificados por la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA, por sus siglas en inglés). 

El 2020 impactó a Terragene de diferentes formas. Por un lado, como la industria de la salud se vio afectada por la suspensión de los tratamientos que no fueran urgentes o relacionados al Covid-19, también lo hizo el negocio de la compañía. Por eso los directivos decidieron apostar a un nuevo desarrollo que originó otra división de negocios. “Es un sistema que consta de una aplicación móvil y etiquetas reactivas que cambian de color y ayudan a determinar si un ambiente está desinfectado o no”, explica. La idea es aprovechar que la pandemia generó protocolos y conciencia sobre la importancia de desinfectar ambientes como una cabina de avión, un aula o una habitación de hotel. “Tiene IA y permite ofrecer un protocolo ya intrínseco a la aplicación móvil”, añade Lombardía.

Pero, además, decidieron hacer un spin off e invertir US$ 4,5 millones para crear una compañía nueva, Protergium. El producto, en palabras de Lombardía: “Son moléculas inteligentes de origen natural que se aplican, en una primera fase, al agro. Son 'vacunas' para cultivos que consisten en proteínas aisladas de hongos o insectos, repensadas de manera recombinante en bacterias que se ponen en contacto y 'activan' una respuesta de inmunización”. O sea, para evitar el uso de agroquímicos, fungicidas e insecticidas químicos. Ya tienen productos aprobados y contratos para proveer al mercado a partir de mitad de año.   

“El sistema científico nacional provee recursos humanos de buen nivel y es la materia prima de este tipo de proyectos, es lo que nos permitió llegar a donde estamos y seguir proyectándonos desde la Argentina”, asegura Lombardía, quien también admite los desafíos a la hora de recibir inversiones, acceder al crédito o sostener costos altísimos, como los de logística. “Muchos de estos desafíos nos llevaron a la integración vertical. Si bien nuestro know how es la microbiología y la biología molecular, también hacemos IA, software, electrónica, termoplásticos. Hasta imprimimos el packaging y las instrucciones operativas de los productos”, cuenta sobre la organización, cuyos desarrollos y crecimientos siempre son a partir de reinversiones. “Todos hablan del 'ecosistema', pero todavía hay que construirlo. Queremos allanar el camino a los nuevos proyectos para que se transformen en empresas globales, para que la tecnología argentina pueda ser relevante y el país se empiece a conocer por su nivel de tecnología”, reflexiona.  

 

Fuente: Forbes Argentina