23 de marzo de 2021

Los dos rosarinos más cercanos a Marte

El ingeniero electrónico Fernando Guerrucci coordinó la limpieza de precisión y anticontaminante del rover que se posó el 18 de febrero en el planeta Rojo. Por su parte, el ingeniero Raúl Romero vuelve a hablar sobre la misión.

Robotina era la mucama robótica de la familia Los Supersónicos protagonista de una serie futurista para infancias creada en 1962 pero ambientada en 2062. En la historia todos se transportaban en aeroautos y las casas estaban suspendidas en el aire. Hoy faltan todavía 41 años para llegar al presente de esa serie, sin embargo desde el 18 de febrero ya hay un vehículo que atravesó el anaranjado cielo marciano, se posó en el planeta Rojo y fue previamente "limpiado" por un rosarino, el ingeniero electrónico Fernando Guerrucci.

Las comillas son para resaltar que no se trata de cualquier limpieza, a plumero y pala como hacía Robotina, sino de una de "precisión" que controla estrictamente la posible contaminación en Marte. Un tema por demás de complejo que le explica el propio Guerrucci, uno de los dos rosarinos más cerca de Marte, a La Capital.

Guerrucci tiene 61 años y actualmente asesora y entrena a estudiantes en áreas críticas a misiones de NASA. Esa labor lo llevó a trabajar con el programa Mars 2020, que es el que lanzó desde la Tierra hacia Marte al rover Perseverance y al pequeño helicóptero robótico Ingenio, el 30 de julio pasado, desde California.

El 15 de marzo el rover cumplió 24 soles en Marte (25 días en total), le quedan más de 500 días de exploración por delante. Y el sábado último dejó caer un protector de su parte inferior tal como estaba planificado y sigue en pie.

Y el martes de esta semana Perseverance divisó el primer "diablo de polvo" (remolino de aire caliente) en Marte por el terreno del cráter Jezero.

"Vi un diablo de polvo. Puedes verlo en la distancia detrás de mi brazo robótico en esta vista mejorada/procesada. El diablo de polvo se mueve de derecha a izquierda y crea torbellinos de polvo en su camino", explica la cuenta en Twitter de la misión, que incluye una vista ampliada.

Tanto Perseverance como robot Ingenio fueron diseñados y fabricados en el Laboratorio de Propulsión a Reacción (JPL) con el fin de explorar, recopilar datos, enviar fotos, videos y audios en búsqueda de rastros de un antiguo ecosistema microbiano. Un hito en la historia de la exploración espacial.

Uno de los lugares a explorar es el cráter Jezero donde se supone desembocó un viejo río y dejó sedimentos con evidencia biológica. Perseverance toma muestras de rocas y las encapsula para que luego otra misión (Retorno de Muestras) las traiga a partir de 2026 y con miras a un retorno en 2031, a la Tierra.

En 1997 Nasa lanzó el explorador Sojourner , en 2004 el Spirit y Opportunity y en 2012, el último: el Curiosity. Todos viajaron los 470 millones de kilómetros que separan la Tierra de Marte para cumplir su misión.

El viaje y aterrizaje del Perseverance es muy parecido al del Curiosity, pero en esta oportunidad hay cámaras, micròfonos e instrumentos de investigación más sofisticados en juego.

Limpieza anti contaminación

"Nuestro grupo fue contactado por el Gerente de la Instalación de Limpieza de Precisión (PCF) que tiene la responsabilidad de limpiar todas las partes que se usan en el rover y usar herramientas para armarlo con controles estrictos de contaminación. Hay un requisito de limpieza al nivel de 50 micras (millonésima parte de un metro) y eso es algo que nunca se había echo en Nasa. Una vez limpias las partes del Rover tienen que ser probadas. Todo esto se hace para asegurar que no llevamos nada a Marte que pueda contaminar cualquier substancia descubierta", explica al detalle el ingeniero.

Este hombre nació y se crió en el centro, cerca del río (España 43 bis) y recuerda de allí a un amigo con quien perdió contacto: Mario Rendo. A pocas cuadras de su casa fue a la escuela pública Nº 54 Manuel Belgrano. Pero su familia emigró a Estados Unidos, cuando a su padre, ingeniero electrónico como él lo contrataron para trabajar en General Electric, en Albany, Nueva York.

"Mi padre se especializó en comunicaciones, fue quien diseñó el sistema de micrófono inalámbrico cuando el Presidente Perón hizo una visita al Campo de la Gloria en San Lorenzo, ahora esa tecnología no se ve como gran cosa, pero en 1955 era muy importante", resaltó.

 

Por varias cuestiones, laborales y climáticas, la familia Guerrucci terminó mudándose a la templada California y Fernando hizo el secundario también en una escuela pública, luego se graduó en la Universidad Politécnica de California y obtuvo un master de gestión organizativa en la Universidad de La Verne.

Lejos de Rosario dice que guarda en su memoria recuerdos del Monumento a la Bandera, de sus prácticas de natación en la Asociación Cristiana de Jóvenes, su paso por la Parroquia María Auxiliadora, las películas en el cine Urquiza, los paseos con sus padres por la Casa Tía y el café Sorocabana y una pasión futbolera que nunca, nunca dejó de lado: ser hincha de Rosario Central.

La contribución para llegar

Guerrucci explicó lo importante de ganar tiempo para limpiar las partes del rover y cómo se trabajó contrarreloj.

"El riesgo con la demora de partes limpias afectaba el ensamble y esto podía afectar la fecha de despegue. No poder lanzar cuando estaba programado causaría una demora de casi dos años porque Marte y la Tierra tienen órbitas que los aproximan cada 23 meses y lanzamos teniendo eso en cuenta eso. El fallar no era una opción", subrayó ante de asegurar que sus grupo logró subir la eficiencia y redujeron la demora para mandar las partes a Kennedy Space Center, de 7.8 días a 1 día, y bajaron el rechazo de la operación de 60% a 7%.

"Esa fue mi contribución para que el rover Perseverance llegue a Marte", bromeó Guerrucci quien vio el aterrizaje del Perseverance por Internet con sus compañeros en directo con NASA.

"Fue un momento lleno de nervios porque hay tantas cosas que pueden fallar con un sistema tan complicado como el que mandamos a Marte. La transmisión tarda 11 minutos en llegar al centro de control en JPL así que el Rover puede estar estrellado contra el planeta y nosotros lo sabremos demasiado tarde. Por suerte eso no sucedió. El descenso y el aterrizaje fue un éxito, ya hemos aterrizado en Marte cinco veces", dice el rosarino con sentimiento estadounidense, quien cuando no está con la vista en el espacio se dedica a la cocina, a la fotografía o pasa con su esposa los fines de semana en una cabaña en la montaña a 1890 metros de altura.

De todos modos Guerrucci no perdió en nada su argentinidad y lo demuestra al decir "los científicos e ingenieros argentinos están siempre bien conceptuados porque generalmente son personas de muchos recursos que no se dan por vencidos ante obstáculos". Su historia es una muestra.

Un rosarino más

El ingeniero Raúl Romero se crió en Fisherton y Arroyito, ahora diseña instrumentos para naves espaciales en Estados Unidos y está a cargo de 800 personas. Es jefe de ingeniería en el Nasa JPL.

Por eso cuenta como fue y sigue la misión. "La nave llegó el día programado: viaje y aterrizaje se dieron sin problemas", aseguró Romero antes de explicar por qué se dice que el Perseverance pasó con gloria "los siete minutos de terror", el tiempo estimado para cruzar la atmósfera marciana y tocar la superficie del planeta con la nave, pasando de 20 mil km/h a cero en una secuencia perfecta.

"Esa expresión se refiere a la fase de entrada, descenso y aterrizaje del rover; hay una separación de naves internas, paracaídas que tienen que abrirse, cables que lo sostienen, que salen lentamente de la nave y ayudan a bajarlo: son muchos eventos que se tienen que ejecutar con precisión y se lograron".

Pero una vez sorteado ese trago, Romero explicó cómo fue el plan de los primeros días. "En realidad las primeras semanas son para chequear y evaluar cómo sobrevivieron los instrumentos científicos al viaje y para analizarla superficie".

La función del rosarino es la de asegurar la calidad de todos instrumentos que van a ser integrados a las naves espaciales con diferentes destinos. "Mi tarea diaria es la de trabajar con todos los ingenieros en todas las misiones y asegurar que estén usando los procesos aceptados por NASA, asegurar que la comunicación entre los equipos sean adecuadas para sacar el trabajo adelante, enseñar a aquellos que no tengan experiencia, intervenir cuando el trabajo no avanza y asegurar que se termine a tiempo para ser integrado a sus nave", explicó el jefe de ingeniería del JPL de Nasa.

Se explaya al comentar que el Curiosity había encontrado componentes químicos, y estableció que Marte tenía regiones que podrían haber sido amigables con la vida en el pasado antiguo. "Perseverence dará el siguiente paso natural en la exploración de Marte: buscará lugares en el cráter Jezero que pueden ser que hayan sido habitables en el pasado distante, y buscará signos de vida antigua".

El trabajo que le queda por delante al rover parece complejo, y Romero asegura que "lo es".

"Estamos tratando trabajando a millones de kilómetros con herramientas robóticas y no podemos ir al laboratorio de al lado y pedir otras herramientas para ayudarnos a entender lo que vemos o de poder arreglar lo que no está funcionando bien. Tratamos de hallar un lugar habitable con los robots que caminan por la superficie y con naves que orbitan Marte. Creo que lo más difícil es que la comunidad científica compruebe que lo encontrado es verdaderamente vida microscópica".

Y finalmente, Romero adelantó que falta mucho para pensar en enviar humanos a Marte. "En los próximos diez o quince habrá mucha cooperación entre la NASA y la Agencia Espacial de Europa con el objetivo de traer de vuelta las muestras que serán colectadas por Perseverance. Y en cuanto a mandar humanos, todavía no se ha empezado a negociar cooperaciones: es una misión tan ambiciosa que requerirá colaboración de varias innstituciones cientìficas en el mundo".

Quien sabe, posiblemente se logre y haya rosarinos o rosarinas en esa futura misión.

 

Fuente: La Capital