4 de junio de 2021

Un rosarino recibió el premio científico más prestigioso de Latinoamérica

Diego de Mendoza es bioquímico y doctor en bioquímica. Fue director del Instituto de Biología Molecular y es investigador del Conicet.

El científico Diego de Mendoza, nacido en Tucumán pero rosarino por adopción, recibió el premio de la Fundación Bunge y Born, uno de los reconocimientos más importantes de Latinoamérica. Este año la disciplina elegida para la premiación fue la Microbiología y junto con De Mendoza también fue reconocida Natalia de Miguel, quien recibió el premio estímulo de la misma organización.

El premio Bunge y Borno distingue la producción de conocimiento científico de excelencia con impacto internacional y la continua contribución a la promoción y generación de recursos para el desarrollo de la ciencia en el país.

El ganador de este año fue De Mendoza, bioquímico y doctor en Bioquímica por la Universidad Nacional de Tucumán (UNT) con posdoctorado en la University of Illinois (Estados Unidos), donde inició sus estudios en microbiología molecular.

De Mendoza se destacó en la docencia universitaria y en la formación de recursos humanos de alta calidad. Fue cofundador y primer director del Instituto de Biología Molecular y Celular de Rosario (IBR). En la actualidad, es jefe de Grupo del Laboratorio de Fisiología Microbiana en el IBR, investigador Superior del Conicet y profesor honorario de la Universidad Nacional de Rosario (UNR) y de la Universidad Nacional de Tucumán (UNT).

El jurado destacó de De Mendoza “su dedicación permanente a la producción de conocimiento científico de excelencia con impacto internacional, la formación de numerosos recursos humanos de calidad, las tareas de gestión en los organismos de ciencia nacional, el reconocimiento a su trayectoria por parte de los más prestigiosos organismos científicos internacionales, y su continua contribución a la promoción y generación de recursos para el desarrollo de la ciencia en el país”.

Por su parte, la ganadora del Premio Estímulo 2021 es Natalia de Miguel, bioquímica por la Universidad de Buenos Aires (UBA), doctora en Biología Molecular y Biotecnología en la Universidad Nacional de San Martín (UNSAM). Actualmente es Investigadora Independiente del Conicet, vicedirectora del Instituto Tecnológico de Chascomús (INTECH) y directora del Laboratorio de Parásitos Anaerobios. El principal blanco de estudio del grupo es la comprensión de las bases celulares y moleculares del proceso de patogénesis de dos parásitos anaerobios extracelulares de gran importancia en salud humana y ganadera: Trichomonas vaginalis y Tritrichomonas foetus, respectivamente.

Los integrantes del jurado internacional este año fueron: Mirtha Flawiá (CONICET), Graciela Font de Valdéz (CERELA - CONICET Tucumán), Oscar Bottasso (Universidad Nacional de Rosario); Roberto Docampo (University of Georgia, Estados Unidos); Carlos Lanusse (CIVETAN, Universidad Nacional del Centro, Tandil); Marcelo Tolmasky (California State University Fullerton, Estados Unidos); Miguel Valvano (Queen´s University of Belfast, Irlanda del Norte).

Previa selección del jurado, actuó un Comité de Selección integrado por 17 renombrados científicos que trabajaron sobre la preselección de los candidatos.

Diego de Mendoza

Bioquímico (1973) y doctor en Bioquímica (1978) de la Universidad Nacional de Tucumán (UNT). Hizo un postdoctorado en la University of Illinois, Estados Unidos (1980–1983), donde inició sus estudios en microbiología molecular. Durante su carrera, realizada principalmente en Rosario, realizó contribuciones fundamentales a la elucidación de los mecanismos moleculares que regulan el metabolismo de lípidos en bacterias. Se destacó en la docencia universitaria y en la formación de recursos humanos de alta calidad. En la actualidad, es Investigador Superior del CONICET y Profesor Honorario de la Universidad Nacional de Rosario (UNR) y de la Universidad Nacional de Tucumán (UNT).

En 1995 junto a otros investigadores creó el Programa Multidisciplinario de Biología Experimental de CONICET (PROMUBIE), en la UNR, del cual fue Director. Allí, promovió el desarrollo y perfeccionamiento de numerosos jóvenes científicos y actuó como catalizador y protagonista de actividades científicas. En 1999 el PROMUBIE dio lugar a la creación del Instituto de Biología Molecular y Celular de Rosario (IBR), del cual fue director y que hoy es un espacio líder de bioquímica en la Argentina.

Sus contribuciones a la fisiología microbiana han explicado el mecanismo molecular por el cual las bacterias regulan la composición de sus lípidos en los procesos de división y diferenciación celular, y remodelan su membrana en respuesta a condiciones ambientales adversas. Estas han sido publicadas en importantes revistas científicas como PNAS, EMBO Journal, Developmental Cell, Current Biology, Journal of Biological Chemistry, Molecular Microbiology, Annual Review of Microbiology.

El conocimiento pormenorizado de estos mecanismos de regulación molecular impulsó la fundación en 2011, conjuntamente con uno de sus discípulos, de la empresa de ingeniería metabólica INMET radicada en Rosario, especializada en el uso de microorganismos para la biotransformación de residuos agroindustriales en productos de alto valor agregado.

Entre 2002 y 2011 fue International Research Scholar del Howard Hughes Medical Institute (HHMI). Y en su carrera ha sido reconocido con distinciones, como la beca John Simon Guggenheim (1994), los premios Konex en Ciencia y Tecnología (2003), Moselio Schaechter otorgado por la American Society for Microbiology (2015), Houssay a la Trayectoria en el Área Ciencias de la Salud (2017) y la distinción como Investigador de la Nación Argentina (2017) otorgada por el poder Ejecutivo Nacional, entre otras.

 

Fuente: La Capital