7 de junio de 2021

Cómo pensar el nuevo centro rosarino

Detalles de cómo rearmar el microcentro bajo la mirada de jóvenes arquitectos, que plantean escenarios de reconversión a corto y largo plazo, sin inversiones estrafalarias, pero con un sentido único del uso del espacio público.

El intendente de Rosario, Pablo Javkin, se imagina un microcentro diferente al actual, uno con más vida, con personas jóvenes viviendo y habitándolo, con edificios de usos mixtos, negocios ordenados y peatonales amplias y limpias que inviten a pasear cualquier día.

A sabiendas de que los recursos estatales escasean y tienen un enfoque exclusivo para atenuar los embates de la pandemia del coronavirus, se pensó en una idea estratégica y económica para de todos modos poder avanzar con el plan de refuncionalizar el centro rosarino. Así, fue que se organizó un concurso de ideas que se llamó "Volver a la Peatonales".

Diego Arraigada y Leonardo Rota son los arquitectos que obtuvieron el primer premio de este concurso, del que participaron 15 equipos. Ellos presentaron el proyecto urbanístico más interesante y de amplia flexibilidad, para repensar todos los espacios de las peatonales con una impronta "europea", similar a la que supo convivir con la ciudad décadas atrás.

"Planteamos acciones de fondo. Diagnosticar por qué hay deterioro urbanístico, junto con el económico y social. Buscamos deshacer cosas que se arruinaron y enfocarnos en reglamentaciones que habiliten a que pueda vivir la gente, que haya vida nocturna, que se ordenen los comercios", fueron algunos de los puntos clave que se destacaron del proyecto ganador, contó a Mirador Provincial el arquitecto Diego Arraigada.

La idea de los profesionales es ahorrar e invertir lo justo y necesario. "Hay que incentivar a que inviertan aquellos que estén interesados en cambiar". En este sentido, tratar de liberar los espacios y ordenarlos. Los kioscos, por ejemplo, "pueden ocupar los locales vacíos y explotarlos", señaló.

El uso de sillas y sombrillas sobre las peatonales "también es parte del proyecto". "Necesitamos que haya una idea común de cómo utilizar el espacio público como sucede en Barcelona, donde solamente se usan uno o dos modelos de sillas y esto genera que todos se adapten al reglamento", puntualizó Arraigada y agregó: "Hay medidas de corto plazo y otras de largo aliento, porque la reconstrucción del centro pueda tardar 70 años, dado que hay muchas épocas superpuestas en las peatonales".

Aunque el concurso no es vinculante, las autoridades locales se mostraron muy conformes con los aportes de los profesionales y jóvenes de los 15 equipos que participaron, y destacaron que utilizarán todo ese caudal como disparador de nuevos enfoques y herramientas normativas que permitan arribar a situaciones de rehabilitación urbana.

Las recovas también fueron un punto de interés para los profesionales. "Cuando hablamos de recovas en las peatonales, nos referimos a un edifico convencional que tiene la planta baja que se mete para el centro de manzana donde están las vidrieras y arriba las casas viejas, una suerte de Frankenstein en mal estado".

Si bien los arquitectos piensan en eliminarlas, en los '50, mediante una ordenanza, tuvieron su razón de ser, previo a que existieran las peatonales, con el objeto de "ensanchar las veredas angostas". Pero, cuando se peatonalizó el centro, "esa normativa dejó de tener sentido", con lo cual se tendió a "destruir la fisionomía arquitectónica" que tenía la calle. Por eso, la intención es "recomponer las fachadas originales y no alentar más las recovas", explicó Arraigada.

Poder recuperar el estado original de los edificios, es otra de las metas –a largo plazo- del proyecto ganador. Los arquitectos entienden que generando una recuperación de los inmuebles se logrará "una mirada arquitectónica más bella y agradable", a la que actualmente existe, pese a la gran cantidad de edificaciones majestuosas que se observan. El camino es largo y sinuoso, por eso plantean la necesidad de una reglamentación que "marque el rumbo".

Para lograr que las personas jóvenes vuelvan a ser tentadas con vivir en el microcentro, hay que repensar las estructuras. Para ello, el master plan ganador del concurso propone realzar la vida nocturna. Pero, ¿cómo llevar a cabo una refuncionaliazción profunda con tantas edificaciones antiguas?

Arraigada contó que, desde su óptica, se puede "promover el uso mixto de las plantas altas, al igual que las viviendas que se ubican arriba de los edificios donde actualmente hay depósitos".

Para fomentar esa idea, "habría que aplicar alicientes impositivos para los titulares de los inmuebles como una forma de bajar un mensaje que indique que 'si vive más gente en sus edificios, pagarán menos impuestos'". Y, también, "explotar al máximo las terrazas, que son inmensas y están poco aprovechadas", indicó.

En el proyecto ganador hay una mirada "europea" sobre cómo revitalizar el centro. Explica el arquitecto que "hace muchos años la zona tenía esa impronta porque las construcciones eran realizadas por extranjeros que llegaban al país con ideas de allá". Poder recuperar esa impronta, "es parte de nuestra idea también", comentó.

Insisten en la necesidad de nuevas reglamentaciones que generen un lineamiento que sostenga el ordenamiento. "Si un comerciante o dueño de un edificio de peatonal Córdoba, por ejemplo, quiere poner un negocio tiene que amoldarse a ciertos requisitos como no invadir la peatonal, utilizar las plantas bajas de los inmuebles, sostener la fachada original del edificio".

Por supuesto que para que se cumpla de forma rigurosa, el Estado "podría proveerle de ayuda mediante profesionales que armen proyectos, beneficios impositivos, créditos accesibles para que puedan llevar adelante las obras, es decir trabajar de forma mancomunada", argumentó el arquitecto.

Diego Arraigada y Leonardo Rota lideraron el grupo vencedor, que estuvo integrado por Franco Brachetta, Lisa Domecq-Casaux, Sebastián Flosi, Constanza Pisano, Rodrigo Salgueiro y Juan Cruz Theiler. En el segundo puesto se ubicaron Carina Mercado y Emiliano Güizzo. El tercer trabajo premiado fue el de Cecilia Carreño y Paula Olea. En tanto, consiguieron una mención honorífica Mónica Peccioloni, Ignacio Cuenca y Guido Picasso.

En sus consideraciones, el jurado destacó el respeto por el entorno patrimonial y la ponderación por lo existente que promueve el trabajo ganador. "Instala una postura que trasciende las operaciones de urbanismo táctico, dirigiendo una mirada profunda hacia las peatonales de la ciudad", remarcó el fallo.

Para fomentar esa idea, "habría que aplicar alicientes impositivos para los titulares de los inmuebles como una forma de bajar un mensaje que indique que 'si vive más gente en sus edificios, pagarán menos impuestos'". Y, también, "explotar al máximo las terrazas, que son inmensas y están poco aprovechadas", indicó el profesional.

 

Fuente: Mirador Provincial