3 de agosto de 2021

La ciencia rosarina arma su agenda para la pospandemia

El sector público y privado, actores destacados y gobiernos redefinen el camino a seguir. La importancia del financiamiento.

Si hay algo que quedó en claro tras más de un año y medio de pandemia es que gracias a la ciencia hay posibilidad de salir de la crisis sanitaria. Tras la irrupción del Covid-19 científicos e investigadores de las más diversas disciplinas focalizaron su trabajo en la búsqueda de soluciones para campear este coronavirus que tanto impactó tuvo. Los casos más emblemáticos son las vacunas que en muy poco tiempo estuvieron disponibles pero hay cientos de investigaciones que se convirtieron en productos o servicios para enfrentar la situación. El sistema científico tecnológico de Argentina dio grandes muestras de lo que es posible hacer y Rosario, en particular, también expresó de muchas formas todo lo que puede ofrecer. Pero la ciudad tiene un potencial que aún no explotó, o tal vez no se visibilizó, y la comunidad científico tecnológica junto a los referentes de la academia y del gobierno municipal y provincial está dispuestos a lograr que investigadores y científicos rosarinos tenga la oportunidad de participar de las soluciones que el futuro inmediato, y no tanto, requiere.

“Dónde estamos parados y hacia dónde vamos: el impacto de la pandemia” fue el disparador del encuentro que reunió a destacados referentes de la ciencia rosarina. Referentes de organismos de investigación local, provincial y nacional debatieron sobre la necesidad de pensar una agenda público-privada de ciencia, tecnología e innovación post pandemia.

El evento que se desarrolló de forma virtual contó con la presencia de los doctores Oscar Fay, Roberto Rivarola, Alejandro Vila y Diego de Mendoza; la Secretaria de Ciencia, Tecnología e Innovación del Ministerio de la Producción de Santa Fe, Marina Baima; el Secretario de Desarrollo y Empleo de la Municipalidad de Rosario, Sebastián Chale; y el Rector de la Universidad Nacional de Rosario (UNR), Franco Bartolacci.

La iniciativa impulsada por el equipo de ciencia y tecnología de Fundación Rosario, que lidera Raúl Siri, fue el comienzo de una serie de encuentros. En agosto habrá una segunda edición donde se hará foco en el sector biotech, un área clave en la región.

“Hay una verdadera revolución científica en los tiempos modernos. Es una nueva senda del conocimiento porque es fundamentalmente trasversal, se comparte el conocimiento con todos

El encuentro arrancó con la disertación de Fay. El docente e investigador habló de las oportunidades para la ciencia rosarina en el actual contexto de pandemia y en la pospandemia. “Hay una verdadera revolución científica en los tiempos modernos. Es una nueva senda del conocimiento porque es fundamentalmente trasversal, se comparte el conocimiento con todos. Se va dejando lo que fue el siglo pasado de algo más individual, interdiciplinario de vez en cuando, ahora hay un intercambio del conocimiento y los límites en el que se va a producir su avance están marcados por la edición génica y la inteligencia artificial”, subrayó Fay. Antes mencionó tres grandes momentos que marcaron y marcan la historia: los descubrimientos de Albert Einstein, también las investigaciones de James Whatson y Francis Crick que demostraron la estructura de doble hélice del ADN y la tecnología informática.

El actual vicepresidente del claustro académico de la Academia de Ciencias Médicas de Santa Fe habló del rol “indispensable” del Estado y de la necesidad de una ley que garantice la sinergia entre todas las partes.

Fay consideró que no estamos en medio de una pandemia sino de una sindemia (la suma de dos o más epidemias o brotes de enfermedades concurrentes o secuenciales en una población con interacciones biológicas, que exacerban el pronóstico y carga de la enfermedad). Y planteó que las consecuencias de todo lo que está ocurriendo se verán a largo plazo”. Resaltó que la ciencia es “la garantía de que hay una solución”.

“Ya está testimoniado, hace un año y medio que anda dando vuelta este bicho y en un año tenemos más de 7 u 8 plataformas produciendo vacunas, mejor o peor pero funcionan y el virus está siendo combatido. No se vio nunca y eso es producto de la ciencia y de la respuesta social”, subrayó. Destacó que “la oportunidad es ahora, es momento de trabajar para el futuro y utilizar lo que tenemos en la provincia para protagonizar esta situación”.

Propuestas con peso nacional

Por su parte, Rivarola describió el estado de situación de la ciencia e investigación en nuestro país.

El vicepresidente de Asuntos Tecnológicos del Conicet recordó que el organismo autárquico del que forma parte tiene 63 años de vida y actualmente cuenta con 16 centro científicos tecnológicos (CCT), uno de los cuales está en Rosario, y 11 centros de investigación y transferencias, y más de 300 unidades ejecutoras. Actualmente tiene 11.315 investigadores y 12.128 becarios, pero suman 2.7638 trabajadores incluidos administrativos y personal de apoyo.

El presupuesto del Conicet para este año es de $ 3.567 millones, un 72,8% respecto del año anterior que se ubicó en 2.024 millones. La ley de financiamiento del sistema nacional de ciencia determina que el Estado debe ir aumentando el presupuesto del actual 0,28% hasta alcanzar el 1% en 2032, señaló Rivarola.

Durante 2020 Conicet aprobó más de 15 empresas de base tecnológica sumando unas 30 a lo largo de toda su historia. El año pasado se patentaron 88 documentos de patentes en todo el mundo, de los cuales 35 corresponden a nuevas invenciones. Además, en 2020 se patentaron 7.036 servicios tecnológicos de alto nivel, 375 de los cuales fueron habilitados por primera vez. Del total de servicios patentados 808 (el 11,5%) se presentaron en las sedes del CCT Rosario y CCT Santa Fe.

Experiencias locales

De Mendoza y Vila hablaron del camino recorrido y de los proyectos que están en marcha en la ciudad, de las empresas de base tecnológica que nacieron en espacios públicos como el Instituto de Biología Molecular y Celular de Rosario (IBR) y hoy se expanden gracias al empuje del capital privado y también de la más reciente iniciativa la incubadora de emprendimientos científicos de la UNR.

De Mendoza —profesor honorario de la Universidad Nacional de Rosario y miembro de la Academia Nacional de Ciencias— contó la experiencia de Inmet SA, una biotecnológica rosarina en la que se desarrollan organismos genéticamente optimizados para la producción de compuestos de alto valor agregado y mínimo impacto ambiental, a partir de materias primas de bajo costo. Estas soluciones reemplazan a los productos químicos por materiales biológicos sustentables y biodegradables, generando tecnologías inocuas para el hombre y amigables con el medio ambiente.

Inmet se inició en el año 2011 por iniciativa de los investigadores de Conicet Gustavo Schujman y De Mendoza, e Indear. La base d nació en los laboratorios del IBR. La firma se unió a socios estratégicos para otros desarrollos. En colaboración con Saberr, están investigando con natamicina para conservante de alimentos, en colaboración con Senestech con rodenticidas triptolide para la esterilización de ratas y así evitar su reproducción. Con Saporiti se enfocaron en las encimas industriales, en la producción de lipasas para evitar el uso de emulsionantes químicos, mejorar el manejo y estabilidad de la masa y disminuir costos y optimiza el horneado.

También están enfocados en la generación de encimas amigables con el medioambiente, en la producción de plástico biodegradable que se hacen de polidroximetilato, y tienen un mercado muy importante en Asia, Europa y Estados Unidos, en Argentina todavía es muy baja la demanda. “Programamos a las bacterias para darle glicerina que se descarta de la producción de biodiesel o linaza, u otros desperdicios, y las bacterias sintetizan bioplásticos”, explicó De Mendoza. ¿El uso?: “Se pueden hacer desde sorbetes hasta bolsas para los biopesticidas, que hoy se ponen en tanques que hay que lavar”.

De Mendoza valoró la importancia de la ciencia básica para llegar a la ciencia aplicada y de la importancia de la curiosidad por entender cómo funcionan los fenómenos biológicos. Desde el laboratorio que dirige, a pesar de estar interesado en proyectos básicos, salieron investigadores que formaron cinco empresas de la región: Esteban Lombardia con Terragen, Hugo Menzella con Keclon, Gustavo Schujman con Inmet, Carlos Peréz con Bioheuris, y Fabian Fay con Heritas. “De proyectos extremadamente básicos, sólo con interés científico, salen empresas exitosas”, resaltó.

“Resulta muy difícil convencer a los gobernantes de que la investigación científica básica merece apoyo. Ellos preferirían lograr el desarrollo de la investigación aplicada sin necesidad de invertir en la básica. Para un científico esto sería como edificar los pisos altos de un edificio sin construir los de abajo

Y citó una frase de Luis Federico Leloir. el Premio Nobel de Química en 1970, que dice: “Resulta muy difícil convencer a los gobernantes de que la investigación científica básica merece apoyo. Ellos preferirían lograr el desarrollo de la investigación aplicada sin necesidad de invertir en la básica. Para un científico esto sería como edificar los pisos altos de un edificio sin construir los de abajo”.

 

Incubar emprendimentos

Vila, investigador superior del Conicet en el IBR, se convirtió recientemente en el director científico de la incubadora de la UNR, un nuevo espacio que buscará unir el mundo de la ciencia con el de los negocios y durante el encuentro resaltó la necesidad de “todos” tirar para el mismo lado. “Con Diego (de Mendoza) trabajamos en bacterias, que tienen 3.500 millones de años, sobreviven porque aprendieron a vivir en comunidad”, dijo.

“Tenemos un sector científico pujante, damos de comer al mundo, y de qué forma vamos a seguir produciendo los alimentos es clave, seguramente la forma de cambiar el modo de producción es modernizarla con ciencia y el sector financiero acompañando. Sabemos que hay muchos proyectos y los queremos acompañar”, relató al tiempo que subrayó que es necesario trabajar y complementar el sector como un verdadero ecosistema y articular lo público y lo privad y en ese camino uno de los engranajes es la incubadora de la UNR.

Convocatoria

Sobre el final del encuentro Baima anticipó que la provincia invertirá $ 120 millones en una nueva convocatoria del Plan de Excelencia en Investigación Científica (Peic) para proyectos de investigación y la compra de equipamiento científico-tecnológico. De este modo se busca fortalecer y ampliar las capacidades de Investigación y Desarrollo e Innovación (I+D+i) del sistema científico tecnológico provincial.

“La ciencia, la tecnología y el conocimiento son las herramientas que nos permitieron expandir nuestra capacidad de respuesta en la generación de soluciones frente a la pandemai”, sostuvo. la secretaria de Ciencia y Tecnología.

 

Fuente: La Capital