29 de junio de 2023

Juntan fondos para que un joven rosarino pueda viajar a un torneo de ajedrez en Uruguay

Luciano Carrizo tiene 14 años y vive en Puente Gallego. El año pasado salió subcampeón argentino sub 14 y ya lo describen como una "joven promesa" Por Laura Vilche

- Mamá quiero que me compres el Ajedrez Mágico.

- Pero Lucho ese juego es de Harry Potter, no existe.

- Sí existe y yo quiero uno.

- Bueno, dejame ver cómo traes la libreta y si puedo hacer magia....

Palabras más, palabras menos, así fue el diálogo entre Luciano Carrizo, hoy de 14 años, y su mamá Natalia Hernández. La conversación se dio cuando "Lucho" tenía 4 años y ya soñaba con aprender a jugar al ajedrez, algo que nadie conocía en su casa. Pero él se empecinó. Le pedía prestada la computadora a la abuela y miraba videítos e insistía tanto que su mamá le compró un primer tablero de cartón y le pidió "por favor" a un maestro de la escuela que lo acepte en las clases cuando cursaba recién primer grado y sus compañeritos cuarto. Y, a falta de rivales cercanos, Lucho hasta le enseñó a jugar a su papá.

Así fue como aquel pibito que vive al suroeste de Rosario, en Puente Gallegos, nunca logró tener las 32 magníficas piezas animadas que se ven en la película del joven aprendiz de mago; pero sí aprendió finalmente a jugar y es de los buenos.

En 2021 fue subcampeón argentino en la categoría sub 14 y ahora sus docentes lo impulsan a participar en junio próximo en el Festival Panamericano de la Juventud, en Uruguay, del 25 de junio al 2 de julio.

Pero para eso necesita ayuda económica: tras un accidente que tuvo su papá hace dos años, su mamá es cabeza de familia y no llega para solventarle los gastos. Por eso en diálogo con La Capital, deja su teléfono (341- 6 894892) y dice emocionada que a "quien llame para ayudar, le daré el CBU, además de las gracias".

La familia comenzó a juntar fondos el domingo, "algo tenemos", dice la mujer. Pero el presupuesto necesario para participar del torneo es alto. La cifra estimada que cubriría pasajes (para Lucho y un acompañante), alojamiento, viáticos e inscripción es de 333 mil pesos. De todos modos, previo a la cita internacional hay otras dos instancias importantes: el Abierto de Mar del Plata (del 9 al 16 de abril) y luego la Semifinal del Campeonato Argentino Superior (con fecha a confirmar).

En carrera

Luciano es hincha de Boca y cursa 2do. año en la escuela pública "El Ceibo", N° 572. Pero empezó sus primeros pasos entre peones, alfiles, reyes y reinas, en otra escuela pública, la N° 798 "Anastasio de Echeverría", dentro del programa municipal y con el maestro Diego Castro. Luego continuó clases con Celia Zalazar y otros y cuando ganó el campeonato rosarino fue becado.

"Las escuelas, sus docentes y el programa fueron toda la contención para Luciano y para mi familia. El viajo a los Juegos Evita a Mar del Plata gracias al ajedrez y también si nos va bien con la colecta podrá salir por primera vez del país, algo que no pudimos ninguno de mi familia aún. Estoy orgullosa de él y de su hermana, Malena, quien también estudia y con su trabajo en un kiosco nos ayuda a todos", dice Hernández.

Actualmente el profe de ajedrez de Lucho es Matías Muguerza, quien a la vez coordina el programa municipal.

Desde 2019, Luciano participa del programa Municipal y se destaca por sus resultados deportivos. Actualmente está entrenando con los mejores ajedrecistas pero necesita competir para llegar al objetivo de los panamericanos de la mejor forma.

Dicen que ahora Luciano tiene un sueño más: ser "Gran Maestro", lo que significa obtener el título internacional que alcanzan los jugadores de excelencia.

Pero, el jovencito que llegó a entrenar en pandemia hasta ocho horas diarias aclara que "la falta de recursos es un freno" y no solo para él, "sino también para muchos compañeros". Expresa que quiere "mejorar día a día" y no sólo entrena y estudia sino que ayuda a sus compañeros por videollamadas.

Y, ojo, en ningún momento de la nota dice que desistió del Ajedrez Mágico, con los apasionados nunca se sabe cuál es el techo.

 

Fuente: La Capital