30 de diciembre de 2020

Vermut Pichincha, una bebida a base de malbec e identidad rosarina

Matías Jurisich, bartender y productor de la bebida local, dialogó en una nueva edición de Cara a Cara, un ciclo de charlas organizado por Fundación Rosario. La pasión por este proyecto, su impronta y el toque rosarino en su marca.

“Cuando los proyectos adquieren su relevancia es porque están bien hechos y pueden tener más vida a largo plazo”. Matías Jurisich es bartender, asesor gastronómico, fotógrafo. Sus pasiones lo movilizan, y así fue como nació Vermut Pichincha, una bebida de producción rosarina que ha sido reconocida entre los nueves mejores vermut del mundo, según el sitio especializado “The Manual Guide”, siendo la única bebida de Argentina en dicho ranking.

Cuenta Jurisich que su pasión por el vermut no viene de su casa o de costumbres familiares ya que no eran consumidores de esta bebida, sino que fue algo que descubrió cuando tenía poco más de veinte años. “Me gusta y me apasiona el mundo del vino, y así fue como me crucé con la botella de un vermut bastante amargo, y cuando leo la etiqueta decía infusión de hierbas aromáticas y vino. A mi me gustaba mucho lo amargo sin alcohol y también el vino, entonces salí y me compré mi primer botella de vermut y podría decir que fue amor a primer sorbo”.

Actualmente el vermut es la cuarta bebida más tomada en Argentina, por detrás de la cerveza, el vino y el fernet. El bartender, quien ha estudiado Comunicación Social en la Universidad Nacional de Rosario, ha sumado también su impronta de comunicar y exportar saberes de su producto: “Si bebemos responsablemente las bebidas alcohólicas la podremos hacer de por vida, y trato que mi cliente tenga la posibilidad de disfrutar de esto durante toda su vida, entonces como consumidor, productor y comunicador de bebidas, esa información es la que inicialmente empecé a buscar y a compartir”.

“Es una bebida que tiene graduación alcohólica medianamente baja, de 16 a 18% de alcohol, y si lo tomás con soda es como tomarse una cerveza, por lo que además de ser menos alcohólica, suma al ritual de la mesa y es algo que me apasiona”, agrega Jurisich.

Vermut Pichincha

“Queríamos hacer hincapié en nuestra historia y cercanía. Encaro el proyecto con el rosarino Jorge Echeveste y buscábamos un producto que nos lleve a la identidad rosarina. Gran parte de esa identidad viene de la inmigración italiana que ingresó por el puerto que tenía Pichincha allá por el 1910. Fue el barrio portuario, y que hizo el ingreso de muchas cosas que posteriormente se hicieron típicas de Rosario”, cuenta Jurisich sobre el nombre de su vermut.

“Cuando comenzó a comercializarse la cerveza artesanal me di cuenta que a esa gente le gustaba la cerveza, entonces empecé a preguntarme cómo yo no iba a hacer mi propio vermut”. Consciente de que más allá de la pasión que lo motivaba, necesitaba sumarle conocimientos, control y muchos otros detalles. Así empezó una investigación personal que lo llevó a cruzarse con Nicolás Cestari, Ing. En Alimentos, quien luego de escuchar su sueño se ofreció a ayudarlo y encaminar este proyecto.

Las investigaciones y pruebas duraron dos años y medio hasta llegar a una fórmula determinada, que era la de trabajar sobre un vermut de características propias, sin copiar nada a nadie, con su personalidad sobre la base de un vino tinto que no es usual para los vermut ya que todos son a base de vino blanco. “Eso también me motivaba, el hecho de rescatar el vino tinto para este tipo de preparaciones, y sobre todo la cepa emblema de nuestro país que es la malbec”, agrega Matías.

Consultado sobre la forma de consumirlo, el productor de Vermut Pichincha expresó que recomienda probar a todas las bebidas solas, a cierta baja temperatura. Al mismo tiempo agregó que “con agua tónica se lleva de primera, aunque muchas veces la referencia está en tu paladar, y eso no te lo puedo enseñar. Te puedo contar con qué cosas se va a llevar mejor un producto u otro, pero no decirte estrictamente si a tu paladar eso le puede parecer o no”.

Vermut Pichincha aún no ha salido del mercado local. “Solo estamos abasteciendo diez puntos de ventas para estar cerca del consumidor, para conocer su respuesta y hasta el momento es muy buena. Hay mucho respeto con quien encara este tipo de proyecto, y no hubo indiferencia en todo aquel que lo probó y es algo que con Jorge lo valoramos muchísimo”, agrega.

Pichincha está hecho con amor, esfuerzo, investigación, y con todas las incertidumbres que genera cada proyecto para un emprendedor”, concluye Jurisich, quién dejó motivarse por la pasión y agregarle de manera profesional todos los saberes para hacer de su producto, un proyecto de vida a largo plazo.

 

Por Matías Zupel | Fundación Rosario

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