7 de abril de 2021

Andrés Preumayr: “Es necesario dejar la cámara a un lado y ponerse a planificar”

En una nueva conversación organizada por Fundación Rosario, el fotógrafo rosarino detalla la importancia de la planificación en su trabajo, la confianza ganada y las acciones solidarias que dirige desde FotoPositiva.

“En mi familia todos son artistas, saben dibujar o pintar, de hecho mi vieja da clases de pintura desde hace muchos años. En broma siempre digo que como no era bueno dibujando, a los seis años me regalaron una cámara de fotos. Lógicamente era para jugar, pero desde allí comenzó esta pasión, más aún teniendo como referencia a mi tío y abuelo que sacaban fotos”. Andrés Preumayr es Licenciado en Ciencias Empresarias, Fotógrafo Profesional y Director Fundador de FotoPositiva.

En un nuevo “Conversaciones por Rosario”, ciclo de charlas organizado por Fundación Rosario, el rosarino hizo un recorrido de su vida profesional con determinados sucesos que marcaron su estilo: “A los 16 años pude ahorrar para comprarme una cámara, dejando de lado ese juego que traía desde niño para ser un hobby y empezar a darle un poco más de forma a esta actividad”.

A la par que estudiaba Administración de Empresas en la Universidad Austral sede Rosario, estudió Fotografía en el ISET 18, pensando en aquellos días que era más un entretenimiento que una preparación para su futuro. “De todo se aprende. De mi carrera universitaria y de todas las empresas donde trabajé aprendí muchísimo. Hoy lo traigo a mis días para organizar lo que es mi propia empresa, mis cursos, los eventos, la marca, la manera de comunicar y mostrar lo que hago. De hecho dando talleres para fotógrafos, lo que más remarco es la necesidad de organizarse y pensar nuestra actividad como un negocio, como una empresa, a pesar de que la rama artística buscar tomar distancia de esa palabra, pero los números tienen que cerrar”, comenta Preumayr.

“Una cosa es saber hacer buenas fotos, que mucha gente lo sabe hacer, pero vivir de eso requiere, como cualquier otro trabajo, estar organizado planificando los ingresos y egresos, y demás”, dice Andrés, agregando que en una capacitación escuchó que en un determinado país, de todos los fotógrafos solo el 2 o 3% llega a ser fotógrafo durante cinco o más años. “Eso no se da porque no logran hacer buenas fotos, sino porque no saben hacerlo sustentable, y realmente es necesario dejar la cámara a un lado y ponerse a planificar para desarrollar esta actividad. Así fue como la combinación de carreras que estudié me fue muy útil para desarrollarme profesionalmente”, sostiene.

Por su cabeza no pasaba la idea de ser fotógrafo de bodas, hasta que una pareja amiga le pidió (casi obligó, según el mismo Andrés) que sea quien capturara los momentos del evento: “Me parecía demasiada responsabilidad hacerlo, pero estoy agradecido ya que gracias a su insistencia me puse a estudiar y aprender qué era esto de las fotos de casamientos que siempre había rechazado. Tenía el prejuicio mal hecho de pensar que era todo igual, de pedirle a la gente que pose y sacarles fotos. Ahí aprendí la espontaneidad de hacer fotos medio a escondidas, sin ser el centro de la escena. De hecho mi personalidad también me acompaña porque no busco ser el protagonista y no me gusta decirle a la gente lo que tiene que hacer. Ese casamiento fue una prueba, pero me super organicé y me di cuenta de que no estaba tan mal. Las fotos también me gustaron y el boca en boca, que en Rosario es muy fuerte, hizo que continúe por este camino”.

Desde su cuenta de Instagram @andres.preumayr, el rosarino cuenta que busca momentos que sean reales y espontáneos, y que al verlas capturadas lleven a los presentes a recordar lo que sentían en ese momento. “Cuando algo es espontáneo, hace que se despierte una memoria emotiva más fuerte. También se hacen las fotos clásicas y formales, pero me siento satisfecho cuando me dicen que los capté tal como son”.

Asimismo detalló que cuanto más conoce a las personas, mayor posibilidades tiene de captar esos momentos que busca él y su equipo. “Son eventos únicos y son muy personales, cada pareja es diferente. Causalmente las fotos que más me terminan gustando son con parejas que pude conocer mejor porque pude interpretar qué iban a hacer, o quién era importante para ellos, lo que me permite anticiparme a una situación. La parte humana es un plus enorme que tiene este trabajo, siempre trabajé con personas buena onda y soy un agradecido de poder hacerlo”, relata Andrés. Cuenta que a su equipo le pide no forzar situaciones. No pedir un beso, un abrazo o una mirada, porque rompería un poco la naturalidad de cada foto.

La boda de Lionel Messi y Antonella Roccuzzo

"Está confirmado. Me designaron como el fotógrafo de la boda. Es el acontecimiento más importante de mi carrera profesional. Estoy muy contento de que me hayan elegido", expresaba Preumayr al diario La Capital de Rosario. El 30 de junio de 2017 fue el fotógrafo oficial del casamiento de Lionel Messi y Antonella Roccuzzo.

“El momento exacto de cuando supe que iba a ser el fotógrafo oficial de la boda fue en agosto de 2016. Salía de dar un curso de edición en Puerto Norte, veo el teléfono y me había escrito la hermana de Antonella para preguntarme mi disponibilidad para esa fecha, y me mencionó que era 'para Anto'”, relata Andrés.

Llevaba un tiempo trabajando con la familia Roccuzzo en eventos familiares, lo que fue generando mucha confianza, más allá de la conformidad de su trabajo. “He estado en bautismos, cumpleaños y demás y nunca se filtró nada, ni apareció nada raro, sabiendo que puede haber mucha repercusión cuando hay una imagen tan conocida como es Leo Messi. Tratar a la gente como gente normal, con la seriedad y profesionalismo que lo hice me llevó a su boda”, suelta el rosarino.

Preumayr asegura que el hecho de que le hayan avisado con tiempo le permitió una preparación adecuada para armar un buen equipo de trabajo y tener un plan B. “Si bien puertas adentro fue un casamiento normal con familias y amigos, toda la parte de afuera, la logística y la repercusión era claramente algo único y diferente, por lo que tenía que tener más precaución”, cuenta.

“Claro que para mí fue un antes y después. Seguí haciendo mi trabajo de la misma manera que lo venía haciendo, pero sí fue una puerta para mostrar un poco más mi trabajo. Y en particular la puerta que me abrió fue en Europa, en España principalemnte, porque es una carta de presentación fuerte. Así fue como en 2019 fuí a hacer un par de casamientos, que llegué por ser amigo de amigos, pero con un acontecimiento en el haber que me respalda”, agrega Andrés.

FotoPositiva

“Surge como una idea casi espontánea. Siempre me gustó participar en eventos solidarios de diferentes ONGs, llevaba mi cámara por puro placer y de paso le dejaba las imágenes. Particularmente lo hice mucho con la organización TECHO cuando venía a Rosario, y muchas veces me llamaban que iban a venir, o aparecía otra organización que se contactaba, pero llegó un momento que tenía menos tiempo y ya no podía hacerme esos lugares en la agenda. Fue así que en 2015 surgió que yo no iba a estar, entonces le pregunté a mis alumnos a ver si alguno quería ir a sacar fotos. Lo hice y funcionó, y de forma improvisada lo comenzamos a hacer hasta que la convocatoria a ex alumnos se hizo más grande y comenzamos a organizarnos formalmente, creciendo mucho hacia 2019 con muchísimos eventos y ONGs”, dice Andrés.

FotoPositiva es un grupo de aficionados a la fotografía, principalmente ex-alumnos de los cursos de fotografía de Andrés, quien fundó y dirige la organización, que ofrecen su ayuda a distintas ONGs que realicen acciones sociales cuando necesiten fotos, de manera absolutamente voluntaria y gratuita. “Pensamos que es una buena manera de colaborar desde lo que nos gusta hacer y puede resultar útil para apoyar la comunicación y archivo de determinadas actividades que desarrollan”, señala su descripción en www.fotopositiva.com.

“Alegremente me sorprendió la convocatoria de mis ex alumnos, nos permitió conocer un montón de ONGs. Muchas veces se hacen muchísimas cosas que no se muestran, o porque no forma parte de su actividad o simplemente no tienen los recursos. Así es que el hecho de poder mostrar su trabajo lleva a que más gente los conozca y colabore, que de alguna manera es el objetivo de FotoPositiva”, señala su Director.

Rosario

“Tengo mucha suerte de haber nacido en Rosario y de vivir en esta ciudad”, señala Andrés, destacando a título personal el tamaño justo de la misma, porque no la ve gigante y tampoco chica, lo que entiende que permite dar muchas oportunidades. “A mí me dio esto de arrancar con un evento para una pareja amiga y que el boca en boca me haya llevado a que las bodas sean mi actividad principal. Lo mismo con los eventos, la mayoría de mis alumnos son de Rosario y se da porque me conocen por algún amigo en común”.

“Que no sea demasiado grande hace que en pocos minutos estemos de un lugar a otro, todo está cerca. Que no sea demasiado chica nos da una diversidad difícil de encontrar en muchas ciudades, no me gustaría vivir en una ciudad más grande y tampoco en una más chica”, agrega Andrés.

Consultado por los lugares que más lo atraen de su ciudad natal, el fotógrafo se quedó con las zonas de los galpones y el Parque España, a orillas del río, ya que lo percibe súper fotogénico. Asimismo destaca la oportunidad de ese acceso al río que tienen los rosarinos, y no solo por lo que representa para una fotografía y lo que ofrece para cada fotógrafo, sino para la cotidianeidad de sus habitantes.

Su imaginación para cada fotografía no es sólo causal de una familia de creativos artistas, sino también de su ciudad: “Rosario es una ciudad creativa, en amplios sentidos. Tiene muchos artistas, crea oportunidades, momentos, fomenta la movida cultural, y se reinventa con más sectores verdes o más balcones al río, por ejemplo”.

Para finalizar, Preumayr concluyó destacando otro aspecto distintivo de su Rosario natal: “De grande descubrí la arquitectura que tiene la ciudad. Sin tener mucho conocimiento, analizo la parte visual, la mezcla de estilos que encontramos acá es realmente para valorar porque no es común para una sola ciudad”.

 

Por Matías Zupel | Fundación Rosario

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