30 de junio de 2021

Rosario fue reconocida a nivel internacional por la producción sustentable de alimentos

Obtuvo el primer lugar en el certamen internacional organizado por el Centro Ross de World Resources Institute. Estas políticas representan una nueva fuente de ingresos, ayudan a la ciudad a aumentar su resistencia a las inundaciones y a combatir el efecto de isla de calor urbano.

En el marco del certamen internacional organizado por el Centro Ross de World Resources Institute para Ciudades Sostenibles edición 2020-2021, Rosario fue premiada por su proyecto “producción sostenible de alimentos para una Rosario resiliente»”. El certamen convocó a ciudades de todo el mundo a mostrar cómo pueden abordar de manera conjunta el cambio climático y la desigualdad. La ciudad recibió el premio de 250.000 dólares.

La iniciativa es clave en la estrategia climática de la ciudad y lleva 20 años fomentando la producción local de alimentos, la preservación de espacios verdes urbanos y periurbanos, y la producción agroecológica desde una perspectiva inclusiva y de protección del ambiente, involucrando a huerteros y huerteras, productores, consumidores, técnicos y académicos.

Rosario resultó ganadora frente a otras cuatro ciudades que también fueron finalistas entre 262 postulaciones de 54 países que  presentaron proyectos para abordar el cambio climático y la desigualdad urbana. Los cinco finalistas fueron iniciativas presentadas por las ciudades de Ahmedabad (India); Nairobi (Kenia); Monterrey (México); y Londres (Reino Unido), además de Rosario.

Las propuestas fueron desde reducir las emisiones del transporte hasta la agricultura urbana y la protección contra inundaciones en los barrios marginales. Cada uno adoptó un enfoque diferente, pero todos mostraron que las ciudades pueden ser más sostenibles y más productivas para más residentes a través de cambios empoderadores, participativos y climáticamente.

La experiencia de Rosario

La política municipal para la producción agroecológica de alimentos, en un principio y desde el 2001, a través del Programa de Agricultura Urbana y más adelante extendida al cinturón verde, es un ejemplo de cómo la ciudad puede dar respuesta a los desafíos sociales y ambientales, particularmente entre los complejos escenarios de cambio climático.

La sostenida política pública de Agricultura Urbana hoy alcanza 7 parques huerta y 6 huertas grupales, incluye a más de 250 huerteros y huerteras que producen mediante técnicas agroecológicas alimentos saludables que son comercializados de manera directa a los y las consumidores.

“Nosotros trabajamos estos espacios y a través de la Municipalidad canalizamos nuestras ventas a través de las ferias o deliverys de bolsones, y por sobre todas las cosas utilizamos estas huertas para nuestro consumo. De esta manera me parece que las generaciones futuras van a tener una mejor calidad de vida. Van a poder vivir más, llevarse mejor y disfrutar de lo que hacen, que al mismo tiempo contribuye a la felicidad de las familias”, sostuvo Marta Queñas, huertera del Parque Huerta Oeste.

“Mi sueño es que todos los espacios verdes que todavía están quedando dentro del bosque se puedan cultivar. Para trabajar la pobreza nos tenemos que integrar entre todos”, añade Tomasa Ramos Celia, huertera del Parque Huerta El Bosque.

En total son 25 hectáreas en agricultura urbana y 50 hectáreas en el cinturón verde, que producen agroecológicamente unas 2.500 toneladas al año de hortalizas, comercializando en 7 espacios permanentes. Además de este enorme capital social estos espacios han transformado el paisaje urbano, recuperando suelos degradados y generando espacios de encuentro y una rica biodiversidad.

Por su parte el proyecto cinturón verde, que avanza en la reconversión a la agroecología de las producciones hortícolas y de cultivos extensivos en el periurbano de la ciudad, actualmente cuenta con 17 establecimientos que producen con técnicas sostenibles y muchos comercializan también de manera directa a consumidores y consumidoras.

Este proyecto busca consolidar la producción frutihortícola en un sector de la ciudad protegido por ordenanza para tal fin, ya que además del potencial para generar alimentos sanos de cercanía, sin agroquímicos, presta servicios ambientales clave a la hora de enfrentar el incremento de lluvias y preservar la biodiversidad.

Testimonios

“Esta reconversión de tierras también ayuda a la ciudad a aumentar su resistencia a las inundaciones y a combatir el efecto de isla de calor urbano. El suelo de los jardines absorbe agua durante las lluvias torrenciales, lo cual alivia la presión sobre los sistemas de drenaje debilitados y ayuda a enfriar el aire naturalmente”, comenta el ingeniero Raúl Terrile, coordinador del programa alimentario de la Secretaría de Producción Empleo e innovación de la Municipalidad de Rosario.

Antonio Lattuca es ingeniero agrónomo y pionero de la Agroecología creando el Programa de Agricultura Urbana: “Cuando yo empecé, hace 30 años, éramos diez locos en el país los que estábamos con esta iniciativa. La idea es que esto se multiplique en todos los lugares libres que hay en Rosario, porque la agroecología beneficia a todo el mundo, no tiene enemigos. Transforma todo, desde el cambio climático a la inclusión social”.

“Nuestra producción agroecológica recibe el premio con orgullo en el año en que cumplimos 20 años de política pública sostenida. Ahora más que nunca es momento de entender que tenemos que cambiar nuestra forma de relacionarnos con la naturaleza. Nuestra experiencia marca que esto es posible; este impulso nos va a generar un aceleramiento del programa”, expresó el intendente Pablo Javkin.

“Espero que en el futuro cercano seamos cada vez más las ciudades que apuestan a la agricultura agroecológica a nivel local. Es menester entender la producción local y sustentable de alimentos en su impacto social y ambiental de la manera más comprensiva posible. El paisaje de la ciudad se ha transformado, terrenos muy degradados se han convertido en lugares de producción de alimentos. Estos terrenos se han transformado a partir de familias que trabajan la tierra. Hay un espíritu cooperativo fundamental en cada una de las huertas. La ciudad se ha llenado de ferias de comercialización de estos productos. Esta cadena virtuosa tiene rostros: cientos de familias que con gran esfuerzo hacen este proyecto posible y viable”, subrayó el intendente.

Ani Dasgupta, presidente y director Ejecutivo del World Resources Institute, expresó: “Felicitaciones, Rosario por ganar este gran premio. Los programas de agricultura urbana tienen numerosos beneficios más allá de los beneficios climáticos. El programa ha creado una cultura de sostenibilidad en la que las personas no solo son conscientes de lo que comen, sino también de dónde viene la comida, cómo se hace y cómo se trata la tierra misma. Rosario demuestra poder dar respuesta a una crisis con la cadena virtuosa. unir la resiliencia de la sostenibilidad y el desarrollo económico, la transformación inclusiva de Rosario. Esta iniciativa sienta las bases para el futuro”.

 

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