9 de octubre de 2017

Hay ruido de Crack, Bang, Boom

Eduardo Risso es el motor de la convención del mundo del cómic que este año llega a su octava edición y se realizará el el fin de semana próximo en el CEC. Contó todos los detalles de la muestra, a la que vendrá Frank Miller.

El sol lastima los ojos como un puñetazo de Batman lo hace sobre el rostro del peor de los villanos. El cómic explota y se respira por todos los rincones del estudio del dibujante Eduardo Risso, que muestra sus lápices, sus fibrones —en fin, sus armas— a pocos días del inicio de una nueva edición de la Crack, Bang, Boom la convención de cómics que ya ocupa un lugar de privilegio entre los fanáticos de la historieta y que lo tiene como el gran ideólogo de esta movida.
Risso nació en Leones, provincia de Córdoba, y desde antes de escolarizarse se relacionó con el mundo de la historieta. Y llegó muy alto. La publicación especializada en el género SyFy lo eligió como uno de los 25 mejores artistas del mundo de las historietas de los últimos 25 años, un privilegio que comparte con Frank Miller, invitado estelar de la esperada octava edición de la muestra."Esa palabra es mejor, reniego de decir cómic porque ese término es una denominación americana", cuenta en una entrevista con Más en un escenario donde los premios, las fotos, los dibujos y los recuerdos sostienen una lucha cuerpo a cuerpo por ocupar un lugar de privilegio visual.Antes de desgranar aspectos de la convención que se realizará entre el 12 y el 15 de este mes en los galpones de la Juventud y la Música y el Centro de Expresiones Contemporáneas (CEC), Risso contó parte de su historia y cómo llegó a pensar que en el país hacía falta una muestra que pusiera sobre la mesa la capacidad de reinventar la industria de la historieta.—¿Cómo nació tu relación con la historieta?—Empecé antes de saber leer. Se ve que en ese momento me pegó de una manera excepcional, porque después de ver imágenes de cómic en esas revistas que ya ni recuerdo cuáles eran, porque las descubrí en la casa de un vecino, todas las noches volvía para verlas. Y fue casi inmediato el querer copiar o dibujar cómics. Era consumir todas las historietas que podía, las que no podía comprar se canjeaban o había un tío que las compraba y me las prestaba, íbamos a los locales de canje. Me gustaba sí, mucho más, la historieta realista, aquellas míticas revistas de Editorial Columba, como El Tony, D'Artagnan, Fantasía. Era leer y dibujar. También estaban Patoruzú, Isidoro Cañones, Piantadino, Lupín, Hortensia en su momento.Luego de algunas frustradas experiencias en Rosario, decidió hacer pie en Buenos Aires y lo hizo en la hoy desaparecida Editorial Columba. Su vida comenzaría a cambiar, para siempre. Conoció a personajes como Carlos Pedrazzini y Alberto Breccia, con quienes aprendió mucho. En la editorial publicó una adaptación de una película que se llamaba Firefox. El inicio del gran salto estaba próximo a llegar."Estábamos en el año 84 u 85, época de hiperinflación. Surgió la posibilidad de trabajar para el extranjero, pero al mismo tiempo me convocaron dos guionistas importantes, Carlos Trillo y Ricardo Barreiro. Con éste hicimos Parque Chas, en la revista Fierro, que fue lo que me catapultó hacia otros mercados. Fue una vidriera para España, pero en Francia lo vieron enseguida. Pero Trillo me decía que teníamos que expandirnos, hacer historietas para todo el mundo, pensando un poco en el mercado francés, que es un poco la meca de los mercados en Europa. Hicimos Fulú y con eso los franceses nos prestaron atención", desgrana durante la entrevista.
 
Risso cuenta que el desembarco en Estados Unidos se dio por otra crisis y que le costó mucho tiempo, envío de dibujos, y sobre todo, dinero. Hasta que se dio cuenta que la única manera de tener chance en ese mercado era estando de cuerpo presente. "Me gasté lo que no tenía para viajar. Lo que me ayudó mucho fueron los libros que había publicado en Europa. Estar allá es la respuesta, mostrarse. Nada es fácil, nunca fue fácil. Pero yo sabía que lo mío valía. Tenía que encontrar el tipo que comprara mi trabajo", recuerda.Tiene en claro que el reconocimiento a tu trayectoria se dio cuando, junto a su socio Brian Azzarello, publicó 100 Balas, "una serie larga, que se ganó la posición de boca en boca porque la editorial nunca apoyó", comenta. Después llegaría su participación en Batman. Y una serie de premios por su trabajo y el reconocimiento a su aporte al mundo de la historieta.—Y un día, te pusiste a pensar que en Rosario se podía, y se debía, hacer una gran muestra de historietas. ¿Cómo fue la génesis de la Crack, Bang, Boom?—La idea de hacer la Crack, Bang Boom me surgió diez años antes de hacer la primera, que fue en 2010. Me planteaba cómo podía ser que la Argentina no pudiéramos hacer un evento que valiera la pena, que fuera serio. Se hicieron un montón, pero siempre había algo que rompía el canon. Se rompía ese respeto que tenía que haber entre la organización y el público y por eso terminaban fallando. Lo armé todo hasta que encontré un referente en la ciudad, que era Pichi De Benedictis, que estaba por entonces al frente del CEC, un tipo con una visión, que sabe leer el futuro y que estuvo dispuesto a ayudar. Después me presentó a Horacio Ríos, otro tipo con otra cabeza. Los dos habían leído cómics y ambos eran dos tipos que sabían que había potencial y que se podía hacer algo bueno. Esos dos interlocutores me dieron el pie necesario para largar con Crack, Bang, Boom.—¿Cuáles eran los ejes que planteaste para la Crack, Bang, Boom?
—Eran varios, el primero y más importante era ayudar a movilizar la industria del comic. Culturalmente tenía que ser una pata muy importante porque a nivel regional Argentina es un foco al que todo el mundo mira. Años atrás, Argentina era una de las cinco escuelas reconocidas a nivel internacional en el mundo de la historieta. Se habla del comic, del manga, de la línea francesa. Pero en América del sur era Argentina. Todo eso no se podía perder. Pero a lo que se hace se le debe poner calidad. No podemos seguir atando las cosas con alambre, y ese fue uno de los focos que puse para la Crack, Bang, Boom. Hoy, el evento es reconocido en todo el mundo porque se hizo siempre con seriedad, porque no defraudó a nadie. porque le damos la posibilidad de venir a todo el mundo con una entrada accesible.
—Parece que la muestra no tiene techo...
—El techo lo ponen los espacios. Este años tenemos cinco espacios. Uno ya estaba montado, que es la muestra del Fontanarrosa y le pedimos a la provincia que la deje porque consideramos que no podía haber una muestra de esta magnitud sin la presencia del Negro, más al cumplirse diez años de su muerte. Sumamos los tres espacios de los galpones de la Juventud, el de la Música y el CEC y una carpa para los clubes de fans.—¿Con qué novedades se encontrará la gente en la Crack, Bang Boom 2017?
— Siempre nos reformulamos, pero como novedad está en espacio para los fans de las historietas, totalmente gratuito. Pero las muestras varían, porque más allá de los invitados, como Frank Miller y Brian Azzarello como estrellas principales, está el homenaje a Quino, que ojalá pueda venir porque no está pasando un buen momento con su salud. Y después los Desfiles de Cosplayers y el Callejón de los Artistas. —¿Hay un target etario de asistentes?
— Por suerte hay gente de todas las edades. Y, de hecho, una de las cosas que tienen estos espacios que están sobre el río, es que toda la familia puede llegar a conocer este mundo extraordinario, el que mucha gente desconoce. La mayoría de la gente no sabe que detrás de todo esto hay una profesión de la cual se puede vivir.
  • Un visitante de superlujo
Sin dudas la presencia de Frank Miller, uno de los más grandes exponentes del cómic a nivel mundial, le dará más vuelo a la ya jerarquizada Crack, Bang, Boom, la convención que a días del inicio de su octava edición ya registra más de 130 mil asistentes desde su primera versión, allá por 2010.
Miller es reconocido por trabajos como The Dark Night Return, Batman: Año Uno; Daredevil, Born Again; Ronin; Sin City y 300, entre otros.
Eduardo Risso describe al invitado estelar como "un tipo que piensa muy bien y es un muy buen narrador gráfico. Como profesional es alguien que ha roto la línea de Batman con Dark Night, un Batman diferente y es allí donde se da un antes y un después".
El organizador de la convención detalla que "Miller empezó a viajar de nuevo desde hace un tiempo atrás, luego de algunos problemas personales. No sé si va a todas las convenciones pero a las que va les cobra un caché interesante. Aquí por suerte viene sin cobrar. Pero creo que él hace la diferencia entre los eventos. El llega el jueves, el día que arranca la Crack, Bang, Boom. El viernes estará en una charla panel en el teatro La Comedia, en la que también voy a estar presente. Será un espacio donde todo el mundo lo podrá escuchar, porque la segunda charla va a ser en el galpón de la Música donde habrá cierta restricción con el acceso al público. Para nosotros es un lujo y un gran orgullo que pueda estar en Rosario".
 
Fuente: La Capital