9 de abril de 2018

La presencia de extranjeros hace de Agote un barrio cosmopolita

Brasileños, haitianos, colombianos y peruanos viven en la zona de la Facultad de Medicina, que se adapta a sus nuevos vecinos.

El comedor estudiantil del área salud de la Universidad Nacional de Rosario (UNR) aparece cosmopolita como nunca. Un brasileño y un colombiano almuerzan juntos, un haitiano espera en la puerta, otra chica brasileña se apura a llegar a una clase y dos peruanos disfrutan el almuerzo del mediodía. En el edificio de calle Francia todos se mezclan . El portugués se escucha mucho, ya que en número los brasileños son un fenómeno en sí mismo en Medicina. Eso en el barrio tiene un alto impacto: comercios y edificios así lo notan, y en el Mercado del Patio hasta hay cortes de carne especiales para ellos y comidas adaptadas a su paladar.
"No sé si hay más o menos, sé que hay muchos, ya desde hace un tiempo largo, años diría", relata Flavio detrás del blíndex de un maxiquiosco que está a 50 metros del ingreso a la Facultad de Ciencias Médicas, y hasta hace su propia estadística: de cada seis clientes que van su comercio, dos son brasileños.
Si bien algunos desembarcan en la Escuela de Enfermería, la facultad que mayor número de estudiantes extranjeros concentra es sin dudas Medicina.
Eli Mari es paulista, desde hace dos años vive en Rosario y apura el paso para llegar a una clase. "Me enamoré de la ciudad", confiesa y remarca la tranquilidad con la que se vive si se la compara con el centro económico de Brasil.
Por recomendación, por amigos o familiares, es lo que más se escucha tras la pregunta de cómo llegaron a elegir Rosario para estudiar. Y fundamentalmente, la ciudad aparece accesible y de fácil adaptación. "Llevo un año, pero me gusta todo: la gente, la comida, todo muy amable", comenta Bruno, del centro este brasileño en la mesa del comedor de la Universidad.
Enfrente está sentado Julián, colombiano de Medellín y recién llegado. "Hace apenas dos meses que estoy, pero me adapté muy bien porque la ciudad y la gente son muy acogedoras", cuenta. Incluso Alex, también recién llegado de un pueblo muy chico del sur de Colombia, habla bien de la recepción de la ciudad: "Me recomendaron mucho Rosario y, como me dijeron, es muy agradable y bonita".
Impacto
En los alrededores, el impacto de esta presencia es notoria y así lo remarcan los comerciantes. Sucede lo mismo desde quioscos y fotocopiadoras hasta en los bares de la zona. Y no sólo porque estudian en Medicina, sino porque muchos de los extranjeros viven en esas manzanas de los alrededores de la facultad y cercanas a la Terminal de Omnibus.
Fabián vive en la zona de Pueyrredón y Urquiza, y los tiene de vecinos. "Hace dos años meses que se instalaron en el edificio, se comentó que venían a estudiar y enseguida notamos el olor a feijoada", dice como una marca registrada de los nuevos habitantes.
Según relata el vecino de la torre de seis pisos, "son varios los chicos que viven acá y con mucha circulación de visitas y gente, siempre brasileños. Se los escucha porque son de tener muchas visitas, sobre todo los fines de semana" asegura y aclara que "toda la zona está así de poblada de estudiantes, y uno se los cruza habitualmente en los comercios".
 
Fuente: La Capital