31 de diciembre de 2018

La solidaridad, el fundamento de toda acción política

El diario La Capital, en su edición del lunes 31 de diciembre de 2018, publica una columna de opinión firmada por el secretario general del Sindicato de Luz y Fuerza y titular del Movimiento Sindical Rosarino, Alberto Botto. El dirigente hizo un balance de lo que dejó un año angustiante para los argentinos y ponderó el valor de las acciones solidarias

“Sin desmedro de tantas personas y organizaciones que trabajan por el otro, me permito destacar la labor que han desarrollado los trabajadores de Luz y Fuerza, quienes con un alto compromiso han multiplicado la Campaña Solidaria Permanente en la ciudad de Rosario”, afirma Botto en su escrito.

A continuación, el texto completo de la opinión de Alberto Botto:

Se va 2018, un año que fue adverso para muchos sectores sociales argentinos; un año que resultó angustiante para las clases más vulnerables, con una inflación histórica, aumento del desempleo, pérdida del poder adquisitivo y una realidad apabullante para los jubilados del país.

El balance es claramente desfavorable con un gobierno que por un lado sigue apostando a recetas económicas que jamás han dado resultado, como lo demuestra la historia, y con máculas políticas que lo ponen en igualdad de condiciones con supuestas irregularidades cometidas por otros sectores a los que critican. Y esta no es una expresión caprichosa, puesto que lo ha dicho claramente y sin rodeos la misma fundadora de Cambiemos, Elisa Carrió, proverbialmente distanciada del poder en razón de lo que ella considera no solamente la presencia de actos de corrupción, sino de políticas equivocadas.

Ante esta situación, algunos sectores de la oposición, hay que decirlo, no han estado a la altura que las necesidades requerían y requieren. Algunos, digo, porque otros han desplegado acciones de pacífico reclamo, como el Movimiento Sindical Rosarino.

Y muchos otros sectores, opositores y no opositores, han desplegado acciones que son dignas de elogio como las acciones solidarias. Acciones que no resuelven el problema de fondo, es cierto, pero que por lo menos son un paliativo, una ayuda para personas en situaciones críticas y para instituciones comprometidos con la ayuda al prójimo.

En este punto, y sin desmedro de tantas personas y organizaciones que trabajan por el otro, me permito destacar la labor que han desarrollado los trabajadores de Luz y Fuerza, quienes con un alto compromiso han multiplicado la Campaña Solidaria Permanente en la ciudad de Rosario.

En los últimos días hemos asistido a la confirmación de que la pobreza ha aumentado este año que se va en Argentina y que la mitad de nuestros chicos son pobres. Ciertamente un escenario triste.

Por otra parte, en Argentina sobrevivir es ya casi como una “forma de vida”, un acervo cultural. Y esto sucede porque los gobernantes no tienen corazones sensibles ¿Cómo puede gozar un jubilado que percibe diez mil pesos por mes? ¿Cómo puede gozar una mujer a quien no le alcanza el dinero para alimentar a sus hijos? ¿Cómo puede sentir placer un joven que no consigue trabajo porque el país no ofrece oportunidades? ¿Cómo puede sentir placer un comerciante que advierte que debe cerrar su negocio y que tiene al Estado como socio metiéndole las manos en la caja de forma desmedida? Toda esta gente, muchísima, lucha, sobrevive, su felicidad se transforma en batalla y, muchas veces, la felicidad desaparece y se vuelve depresión y eso es una tragedia. Esta es la tragedia política argentina en la que hay, sin dudas, muchos responsables.

Como lo hemos sostenido en numerosas oportunidades, no habrá política capaz de solucionar esta situación lamentable si primeramente no se enarbola la bandera de la solidaridad. Solidaridad que debe ser el fundamento de todo gobierno.

Es de aguardar que en este año que se inicia los valores solidarios, que son una forma de vida en tantas personas e instituciones, se enquisten fuertemente en los gobiernos para que en este país inmensamente bello y rico todos puedan vivir con la dignidad que se merecen.

 

Fuente: ConLaGente