15 de abril de 2021

Nadia Podoroska. “Estar sana”, el objetivo que se propuso la rosarina hace años y que hoy es una clave de su explosión

En su momento, el crecimiento de la mejor tenista sudamericana del ranking se detuvo por severas lesiones, pero hace tiempo que halló la estabilidad, cambió sus hábitos de entrenamiento y se potenció; cómo es el trabajo “circense” que hace con su kinesiólogo.

Nadia Podoroska padeció su cuerpo durante años. Su crecimiento tenístico fue interrumpido por distintas lesiones. Espalda, cadera, muñeca. Lloró, se frustró. Después de tomar envión e ingresar en el Top 200 en 2016, entre 2017 y 2018 estuvo siete meses inactiva por un severo daño en la muñeca derecha. Así y todo, con incertidumbre y temor no se alejó del court: sin usar la mano hábil se movió como pudo y hasta ensayó empuñando la raqueta con la izquierda. Poco a poco fue hallando soluciones. Se apoyó en Diego Rodríguez, ex kinesiólogo de David Nalbandian y por entonces trabajando con Juan Martín del Potro. Hoy, tras un 2020 mágico, en el que llegó a las semifinales de Roland Garros, es la 45° del mundo. Pero, sobre todo, está sana. Esa es una clave de su evolución.

“La prioridad es estar sana, poder jugar sin dolor y mi objetivo para el año que viene es elegir bien los torneos para que el cuerpo no sufra, quiero que me dure muchos años”, comentaba Podoroska, en diciembre de 2017, en el diario La Capital de su Rosario natal. La Rusita, apodo que nació en ese mismo medio, tomaba a Del Potro como espejo de resiliencia y buscaba su propio destino. No pasó tanto tiempo, y sin embargo, hoy el escenario es muy disímil. Su explosión en el circuito durante 2020 se debió, en una buena porción, a la estabilidad atlética que halló (además de otros matices, claro, como el psicológico). Y ahora, con un lugar en la súper elite, su desafío es seguir potenciando su cuerpo y sostenerse en la vorágine. Para ello necesita que el cuidado sea extremadamente celoso.