22 de junio de 2022

Los pequeños consejeros de Estación Embarcaderos

El espacio cultural funciona como sede del proyecto La Ciudad de las Niños y los Niños, que incluye una mirada de los más pequeños en el diseño de políticas públicas.

“En una casa cabe entera una ciudad” es la frase que inspira toda la propuesta del espacio cultural Estación Embarcaderos de la Municipalidad de Rosario. Su proyecto educativo asume una perspectiva de ciudad que implica entender el territorio urbano como un escenario cargado de sentidos. Un lugar para compartir tiempo y espacio comunes: espacio de memoria urbana y proyección de futuro, tiempo de pausa y disfrute en los cruces de la naturaleza y la cultura, el ocio y el trabajo creativo, la lectura, la música y el juego.

Este centro cultural, dependiente de la Secretaría de Cultura y Educación, forma parte de la Dirección General de Espacialidad Cultural Pública. A la vez, Estación Embarcaderos es la sede del programa La Ciudad de los Niños y las Niñas Rosario, que ya cuenta con más de 25 años de antigüedad. Cuenta su Directora, Meri Affranchino, que “este programa convoca a chicas y chicos de entre 8 y 11 años a pensar proyectos para la ciudad, en su lógica de niños para que todos tengamos una ciudad más gratificante para todos”.

La Ciudad de las Niñas y los Niños permite que año a año las y los consejeros rosarinos piensen, discutan, y decidan colectivamente y desde diferentes puntos de la ciudad, un proyecto que le presentan a las autoridades municipales. El objetivo es que la voz de las infancias sea escuchada, para impregnar con ella las políticas públicas. Pensar la ciudad a la medida y de la forma en que lo hacen las y los chicos intenta favorecer la convivencia urbana y la planificación del espacio público para el encuentro, el juego, la recuperación histórica de los barrios, edificios y lugares que pertenecen a todas y todos los rosarinos.

Por su parte, desde hace varios años, este centro cultural desarrolla diferentes módulos de Cuestiones de Chicas y Chicos, una propuesta que se establece como encuentros para reflexionar sobre el espacio, el tiempo, el movimiento, la naturaleza y la salud. “Tenemos un promedio de entre 60 y 100 chicos por año, y la mayoría de ellos siguen unidos a La Ciudad de las Niñas y los Niños durante todo el año, reuniéndose una vez por semana bajo la supervisión de los coordinadores. Ahí nos empiezan a contar qué le cambiarían a la ciudad, siempre pensando en aportes al espacio público, y así año tras año van seleccionando un proyecto que a fin de año es presentado al ejecutivo municipal”, cuenta la Directora.

El diseño de Estación Embarcaderos se configura como un lugar para el encuentro, el aprendizaje, el juego y el disfrute; entendiendo a los espacios públicos como bienes colectivos de todos. Se trata de una iniciativa del pedagogo italiano Francesco Tonucci de crear Consejos como una forma de lograr que las personas que toman las decisiones en las ciudades escuchen a los chicos y chicas que las habitan. De esta manera, Embarcaderos da lugar a la realización de los proyectos surgidos de sus Consejos de niñas y niños, como modo de socializarlos en la comunidad y permitir que ésta los sienta propios.

“De estos proyectos vamos haciendo dispositivos lúdicos que compartimos en un espacio que se abre cada domingo, que se llama “Descanso al Paso”, que se da en el marco de la calle recreativa y es nuestra mayor bandera de difusión de los proyectos de los chicos”, cuenta Affranchino. Este espacio propone un recorrido libre por diferentes actividades y dispositivos que promueven una pausa en la rutina y habilitan el encuentro y la comunicación con otras personas, como una nueva manera de habitar el tiempo en la ciudad. Cuenta con una programación diversa y plural que articula diferentes ejes temáticos y lenguajes artísticos, con el fin de socializar distintos aprendizajes y saberes que, a partir del hacer, promuevan múltiples vivencias.

Proyecto presentado

Una vez que entregan el proyecto, desde La Ciudad de las Niñas y los Niños acompañan a las Secretarías implicadas. Así por ejemplo, el último proyecto plantea la necesidad de que el programa público Mi Bici Tu Bici, tenga bicicletas más chicas para permitir que los niños puedan circular en ellas. Y a partir de esa presentación llevan adelante un trabajo conjunto con la Secretaría de Movilidad, pero al mismo tiempo se encuentran trabajando con escuelas y agrupaciones de ciclistas para que el andar en bicicleta sea incluso para chicos más pequeños, creando la posibilidad de hacer bicicleteadas de niños acompañados de coordinadores para que puedan empezar a movilizarse de manera segura pero con cierta independencia.

“Es un proyecto que tiñe al programa del Ente de Movilidad, y en lo primero que ayudamos fue en la realización de bicicletas con sillitas para chicos, y ahora estamos trabajando en ver los prototipos de rodados 20 y 16 para que los chicos intermedios puedan, con una tarjeta habilitada por un adulto, circular en determinados espacios de la bicisenda”, agrega Affranchino.

Sobre su hacer cotidiano, Estación Embarcaderos recibe por las mañanas y por las tardes a públicos de todas las edades en sus diversos territorios. Transversalmente a las diferentes programaciones y ejes, se trabaja con especial acento en proyectos que faciliten la comunicación entre grandes y chicos, entre vecinos y ciudadanos.

Desde el comienzo de la experiencia se han producido cambios significativos que pueden ser medidos a partir de la apropiación y la participación de quienes diariamente concurren a las diversas actividades. La constante incorporación de nuevas propuestas ha permitido llegar a públicos diversos. Desde la apertura de Estación Embarcaderos como espacialidad cultural, ésta se ha convertido en un enclave estratégico no sólo para la convivencia de las y los vecinos de los barrios inmediatos sino también para toda la ciudad.

Bandera de un mismo cielo

El domingo 19 de junio, Estación Embarcaderos junto a Fundación Rosario y la Secretaría de Cultura de la Municipalidad de Rosario, llevaron adelante un programa patriota que se relacionaba con el fin de semana de la bandera, en la ciudad que la vio nacer.

Con un izamiento a orillas del río Paraná en el Mega Mástil de 40 metros como punto de partida, se realizaron diversas activdades como elaboración de delicias patrias, entrega de escarapelas con tizas blancas y celestes para la realización de dibujos colectivos en la vereda.

La jornada culminó con música en vivo y una Estación totalmente teñida de celeste y blanco para esperar el Día de la Bandera Argentina.

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